54. Sólo por un beso

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Llegamos a mi departamento y él se acercó a la heladera. La abrió y sacó el agua mineral. Lo miré algo extrañado.

—¿Qué sucede, cariño? —le pregunte. Él me miró.

—Me siento extraño —dijo. Algo preocupado me acerqué a él —Lo que pasa es que... casi toda mi vida he visto a mis padres enfrentados. Y ahora fue muy extraño verlos de esa manera.

—¿Por qué... se separaron? —le pregunté. Kibum soltó un suspiro. Me miró y levantó su mano para acomodar un poco mi cabello.

—Sinceramente creo que nunca supe la verdadera razón de todo. Pero por lo que yo veía en esos tiempos, todo fue culpa de la rutina. Mi padre llegaba siempre a altas horas de la noche de la oficina. Mi madre se la pasaba de viaje en viaje buscando nuevas modelos y esa clase de cosas. Un día empezaron a discutir, mi madre le echó en cara la falta de atención hacia ella y hacia mí. Mi padre simplemente le dijo que no la amaba más y todo se fue al caño.

—¿Tú estabas presente en esa discusión? —le dije. Él asintió.

—Pero escondido debajo de la mesa... como todo niño entrometido.

—¿Y ahora te sientes mal porque están juntos? —pregunté. Kibum sonrió.

—No creo que estén juntos. Lo más probable es que se estén matando... quizás ya cada uno se haya ido por su lado. Pero ya no pensemos en eso. Tengo sueño —me dijo.

Me acerqué más a él y lo alcé en brazos. Kibum soltó una leve risa.

—Vamos a dormir nuestra primera siesta romántica —le dije.

—Y no va a implicar nada de eso que estás pensando —me aseguró.

—Oye, no todo en mí es querer hacerte el amor —dije y lo miré —Bueno, en realidad sí. Pero aunque no lo creas yo también quiero dormir.

Kibum sonrió y mordió su labio inferior.

—Bueno, entonces vamos a dormir juntitos, muy juntitos —susurró y rozó mis labios.

—Así me haces casi imposible querer solo dormir —le aseguré.

Soltó una divertida carcajada y entre al cuarto sin bajarlo al suelo. Lo apoyé en la cama y me acerqué a la ventana para bajar las persianas y que la luz de la tarde no nos molestara. Giré para mirarlo y él se estaba quitando el pantalón.

—¿Qué haces? —le pregunté. Me miró y alzó ambas cejas.

—Me estoy sacando la ropa para dormir. No pienso dormir con esta ropa incómoda. Solo voy a quedarme con la remera. Además ¿Qué tiene de malo?

—No, nada. Pero eres una tentación.

—Por dios, Jonghyun—dijo divertido.

—Entonces, ¿yo también puedo dormir en calzoncillos?

Él me miró a los ojos y una sonrisa pícara se curvó en sus labios.

—Sí puedes.

Él terminó de acomodarse y se acostó en la cama. Me quité la molesta ropa y me acosté a su lado. Lo abracé contra mi cuerpo y besé su frente.

—¿A qué hora nos despertaremos? —le pregunté.

—A la hora que sea —dijo y se abrazó más a mí. Besó mi pecho y luego levantó la mirada para encontrarse con la mía —Pero eso sí, cuando nos despertemos yo iré a mi casa para ordenar un poco mis cosas y cambiarme de ropa.

Arriesgada Adicción • JongKey  [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora