En el pasado había estado brevemente emocionado por estar finalmente libre de las responsabilidades que le habían otorgado; de Voldemort; de todo. Había estado ansioso por volver a empezar su vida con Ron y Hermione. Pero la dulce ilusión rápidamente se hizo añicos. A medida que pasaban los años, no le llevó mucho tiempo notar la detención del desarrollo de su cuerpo, especialmente cuando sus amigos maduraron y su edad comenzaba a hacerse visible. Mientras tanto, Harry todavía no se miraba mayor que diecisiete... no desde la muerte de Voldemort.

Muy pronto, Harry se marchó de Gran Bretaña después de despedirse de Ron y Hermione, todo ello bajo la débil excusa de necesitar algún tiempo para sí. Después de dos meses de investigación, finalmente encontró sus respuestas en un pequeño pueblo mágico de Albania donde vivía un pequeño grupo de magos oscuros obsesionados con las reliquias de la muerte.

Al principio, Harry había estado reacio de reunirse con personas que se habían sumergido en las Artes Oscuras, pero la necesidad imperiosa de saber lo hizo buscar su compañía sin pensarlo dos veces. Se reunió con ellos bajo un glamour. Eran un grupo de personas mayores que no disfrutaban mucho de la compañía de extraños. Después de pasar unos pocos días allí, Harry se sorprendió de no unir las piezas por sí mismo. Las tres reliquias estaban en su posesión. Él era el Maestro de la Muerte.

Con este descubrimiento en su mente, tuvo la intención de pasar unos días en Alemania para ordenar sus pensamientos, pero los días se convirtieron en meses y los meses en años. Incluso sus cartas con Ron y Hermione se volvieron algo parecido a una carga. Simplemente no fue capaz de volver a Gran Bretaña y pretender que todo estaba bien. Ni siquiera había asistido a su boda con la excusa de estar mal de salud.

En cambio, Harry se dedicó a la única cosa de la que había huido toda su vida: comenzó a estudiar las Artes Oscuras. Había estado tan seguro de sí mismo en aquel entonces, tan convencido de que era lo suficientemente fuerte como para luchar en contra de la tentación. El tiempo le había demostrado que estaba equivocado. El conocimiento, especialmente el importante y valioso conocimiento, venía con un precio alto. Sin embargo, Harry estaba dispuesto a pagarlo. La inmortalidad sonaba tentadora, pero siempre era mucho tiempo.

Nunca regresó a Inglaterra, el nombre de 'Harry Potter' todavía estaba en los labios de un gran número de personas. Estaban desesperados de ver a su héroe, el chico de derrotó dos veces al Señor Oscuro. Harry odiaba la atención. En Alemania, todo lo que tenía que hacer era cubrirse la cicatriz y era otro adolescente más mezclándose en la multitud. Ese tranquilo periodo en su vida había quedado atrás con la llegada de esa vidente. Ella de alguna manera le siguió la pista con la finalidad de dejar que Harry conozca acerca de la profecía que había recibido.

No le había creído en un principio. ¿Por qué lo haría? Por lo que sabía, ella bien podría ser una loca u otro desesperado fan que quería conocerlo por cualquier medio posible. Eso fue antes de que entrara en su mente. Después de años de practicar con sujetos dispuestos e indispuestos, Harry se volvió bastante bueno con Legeremancia. No había tardado mucho en encontrar la memoria.

Tres frases claras hablaban de su muerte una vez que un determinado niño alcanzara la madurez. Harry había obliviado a la mujer, haciéndole olvidar sobre de la existencia de la profecía, y su encuentro con él. Entonces Harry llegó a la sorprendente conclusión de que no quería morir. Tenía mucho que aprender y ver. La posibilidad de llegar a hacerlo era ahora más atractiva que nunca. Al final, pudo entender a Voldemort. Cuando uno tenía y sabía tanto, se estaba desesperado por mantenerlo durante el mayor tiempo posible. Harry, literalmente, tenía la eternidad. La profecía puede llegar a ser auto-cumplida, pero era un riesgo que estaba dispuesto a tomar. No podía permitir que un simple niño le quitase todo lo que tenía. Al fin y al cabo, Harry merecía cada pedacito de ello después de todo lo que había pasado.

An I for an I (Tomarry)Where stories live. Discover now