An I for an I (Tomarry)

Capítulo I

An I for an I

By lorddmarvoloriddle

Traducción por Alyssa S.

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Capítulo I

Harry no podía dejar de mirar al bebé. El niño yacía en la cuna, mirándolo con aquellos grandes ojos marrones llenos de curiosidad infantil. Agarrando su varita un poco más fuerte, una sensación extraña se acumuló en la boca de su estómago. Algo que no había experimentado en mucho tiempo.

Duda.

Y la pregunta: ¿'y sí'?. ¿Y sí estaba cometiendo el mismo error que Voldemort hizo una vez? La situación era graciosa por la ironía. Oh, la ironía.

El niño parecía estar a punto de llorar, alarmado por la presencia del extraño inclinado sobre él. El 'Avada Kedavra' danzaba en los labios de Harry, pero la persistencia constante en su mente lo hizo vacilar. No tenía un Horcrux. No le hacía falta uno. Sin embargo, la mera posibilidad de que su propio hechizo rebote era más que terrorífica. Sucedió con Voldemort hace varios años, ¿por qué no iba a volver a ocurrir?

No, no podía, no usaría magia. Revisó la pequeña habitación, pasando su vista por encima de un sinnúmero de juguetes, una pequeña mesa y un armario. No había mucho que ver. Harry consideró regresar al piso de abajo, en busca de algo más adecuado cuando sus ojos se clavaron en los barrotes de madera en la cuna.

Eso tenía que servir.

Con su varita estando segura metida en la manga de su chaqueta, Harry conjuró una pequeña cantidad de magia en la punta de sus dedos antes de que tomar una de las barras y tirar de ella. Otro movimiento de su poder y el extremo plano de la pieza de madera era ahora tan filoso como un puñal. La pequeña arma se sentía extraña y ajena en su mano, sin embargo, obligó a la inquietante sensación a irse al fondo de su mente.

Harry se inclinó sobre la cuna, bajando la pieza de madera hasta tocar el pecho del niño que se retorcía, justo donde estaba latiendo su corazón. Su mano se movió sin embargo, no importa cuánto lo sentía por esta vida inocente, no podía dejar que el niño viviese. No si Harry quería seguir siendo el amo de la muerte. No si quería seguir vivo. Se preguntó si Voldemort se había sentido igual. El pensar en su antiguo enemigo reforzó su decisión. Ahora no era el momento de sentimentalismos.

El niño lloriqueó suavemente y sin mirarle a la cara, Harry lo apuñaló con un movimiento preciso de su brazo. Y de nuevo. Y otra vez. Tanto hasta que no pudo parar.

La vista del cuerpo mutilado debería haberlo hecho enfermar. O la sangre que cubría sus manos. En su lugar, Harry se sentía cansado, agotado, y un poco disgustado consigo mismo. Pero todavía estaba allí. Todavía estaba en su propio cuerpo, no era un espíritu flotante como Voldemort se había convertido después de intentar asesinarlo. Sin pensarlo dos veces, Harry dejó caer el pedazo ensangrentado de madera al suelo y se desapareció lejos.

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La casa estaba tan silenciosa como siempre cuando Harry regresó, con el corazón martilleando en su pecho. Por fin lo había conseguido. Después de estar cinco meses sin poder dormir por la Profecía y la interminable búsqueda del infante. Después de innumerables noches de dar vueltas por el piso rentado, debatiendo consigo mismo sobre el posible resultado de los eventos.

Harry se dirigió hacia su habitación, donde se desplomó a bruces sobre la cama sin quitarse los zapatos. A veces extrañaba la sensación del marco de las gafas clavándose en su rostro, aunque el casual pensamiento se fue tan rápido como llegó. Cerró sus ojos y respiró profundamente. Lo había hecho, pero seguía estando inconforme. Había algo que faltaba y Harry lo odiaba. Esta sensación de vacío que persistió durante años desde la Batalla de Hogwarts.