capitulo trece

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Camila

Dando las siete de la noche los empleados empezaron a irse, Lauren estaba en la oficina de Allyson platicando.
Mire los tulipanes que estaban en un jarrón sobre mi escritorio.
Cuando los ví en la mano de Lauren, sentí felicidad y mas cuando se quedó estática viéndome desde el otro lado de la puerta.
Suspiré, aún tenía que checar mi agenda y planear mi día de mañana , para no tener ningún pendiente.
Pero mi cabeza seguía en Lauren, me eché hacia atrás en el sillón, con la vista en el techo.
¿Debería darme una oportunidad con ella?
Un golpecito en la puerta llamo mi atención. Mire a la morena que me sonreía del otro lado.
Empujo la puerta y pasó.
-¿Estas lista para irnos?-Se colocó detrás de mi asiento, tomando la gabardina.
-Creo que si.-me puse de pie, me ayudó a colocarme la gabardina.
Reí cuando corrió hacia la puerta para abrirla para mi.
Estaba a mi lado, nuestras manos se golpeaban entre ellas con los pasos que dábamos.
Deslice mi mano por su brazo, hasta llegar a mi meta, entrelazando nuestros dedos.
Pasamos por la oficina de Allyson, quien nos sonrió al vernos.
Le guiñe un ojo haciéndola reír.
-Esta hablando con Dinah, ¿Sabes?
Reí, me imaginaba de que estarían hablando.
-¿De que hablaran?-Comente como que no sabía nada.
Saque las llaves de mi bolsillo, ya afuera se las di a Lauren.
-Camila, no se donde vives.
Me encogí de hombros.
-yo te indicaré el camino.

Mi departamento estaba un poco alejado, así que tiempo sobraba para contemplar a la chica.
Ver manejar a Lauren no era nada nuevo, la manera en que tomaba el volante con una mano, mientras la otra se recargaba en la ventanilla, recargando el mentón en sus nudillos.
Con la mirada al frente.
Se percató que la miraba, aparto la vista unos segundos del frente.
-¿Sucede algo?
-Cuentame de tú familia Lauren.
Cerro los ojos con fuerza, llevando su mano a la frente.
Sé que la presione, tocando el punto más débil. Pero necesitaba saber más de ella, como también saber si ella es capaz de confiar en mí para decirme sus miedos.
Relamio sus labios.
-Vengo de una familia de dinero, pero eso tú ya lo sabes.
-Me lo imaginaba.
Clavo sus ojos esmeraldas en mí, veía el sufrimiento interno.
Por un momento me lamente hacerle esto.
-Veiamos a papá en solo finés de semana, nos llevaba a pasear en yate.-soltó una risita ingenua.-me soltaba el timón , me aterraba que el yate se volteara o algo parecido , y lo tomaba entre mis dos manos con mucha fuerza, hasta que él me enseñó.
Le sonreí queriendo hacerla sentir segura conmigo, transmitirle confianza.
-Mamá, la típica esposa de la Élite. Siempre vistiendo a la moda, creo que por eso mi gusto hacia las modelos.-rio.
Aunque lo último a mí no me hizo reír.
-Me refiero, a las modelos que posan y transmiten su belleza en miradas y posees, que visten a las tendencias, no las modelos en sí, Camila.
Llevé mi mano a los labios, disimulando mi sonrisa, el color de mis mejillas debían estando delatandome.
-Te decía, mamá siempre quería destacar con sus amigas con ropa importada. Papá la consentía trayendo su perfume favorito desde París, la mal acostumbro.
Antes me parecía absurdo, pero ahora...-Giro su rostro, y en unos segundos me transmitió todo en su mirada.-Lo entiendo.
Abrí los labios sorprendida de que se estuviera abriendo conmigo, mostrando sus sentimientos, no solo con su familia. Sino conmigo también.
-Tengo dos hermanos, el mayor es Chris, el tiene una fundación que ayuda a las mujeres inmigrantes.
A él siempre le gustó ayudar a las personas, siempre lo he considerado como mi héroe, que me defendía en la escuela cuando un chico me acosaba, era lo genial de tener a tu hermano en la escuela.
Mire al frente, con un movimiento de mano le indique que entrara al estacionamiento del edificio.
El portero nos detuvo antes de dejarnos pasar, Lauren bajo la ventanilla.
-¿Nombre?-Pregunto Karl.
-Viene conmigo Karl.-dije alzando un poco la voz para que me escuchará .
Asomó la cabeza, por la ventanilla, al verme sonrió.
-Lo siento señorita cabello, no la había visto.
Se hizo a un lado, dándonos paso.
Lauren no tardo en estacionarse, giro la llave apagando el auto. No hizo ademán de querer bajarse, entonces espere.
-Tay, es la pequeña. Aún está estudiando, no tiene ni idea que quiere como carrera, está en plena juventud donde solo quiere conocer gente y experimentar.
Es una agradable joven, se llevarían increíble, sobre todo por el gusto que comparte hacia las flores y el romanticismo.-suspiro.-eso es todo por ahora Mila.
Me quité el cinturón, acerque mi cuerpo a Lauren , pegando mis labios en los de ella.
-Gracias Lau.
Con una leve sonrisa se bajó del auto para abrirme la puerta, me tendió su mano que tome enseguida.
Caminamos hacia la entrada del edificio, donde las recepcionistas me conocían. Pero no a Lauren, la miraban preguntándose quien era ese rostro conocido. Apresure el paso antes de que la reconocieran por las revistas donde Lauren ha salido en la portada.
Logré ver antes de que las puertas del elevador se cerraran como una de ellas se acordó de quien era Lauren por sus facciones, pegó un gritó pero las puertas ya se habían cerrado.
Estaba con el celular en la mano texteando para Dinah que su curiosidad le ganaba. Queriendo saber todo.
Aún no había mucho que decirle, solo que era la primera vez que traía a mi departamento a Lauren.
Camine con ella al final del pasillo donde quedaba la 137.
Lauren tenía las llaves, alzó una ceja con una pregunta silenciosa en sus labios.
Empuje su hombro con el mío divertida de la situación.
Esta vez fue ella quién me torció los ojos, metió la llave principal ,seguido giro el picaporte. Sonreí cuando dió el primer paso hacia adelante.
Con suavidad la empuje por la espalda apresurando sus pasos, con mi pie cerré la puerta .
-¿camila, donde...?-Se dió la vuelta, encontrándome apoyada en la puerta con una sonrisa traviesa.
Mis manos se alejaron de la puerta, y en un movimiento me subí a su cintura.
Sus ojos viajaron por todo mi rostro, queriendo memorizar cada parte de mí .
-¿ Con que pasta, eh?
Rió, pronto su risa se convirtió en una exclamación ahogada cuando mis dientes tomaron su labio superior.
Besar a Lauren me recordaba cuando comía Pay de limón, no me bastaba con un pedazo.
Delinee su labio con mi lengua queriendo entrar en su boca, en una resistencia absurda que ella ponía para no darme el control.
Vencida por mi resistencia, deliró cuando mi lengua acarició su boca.
A pesar de que no quería aparte mis labios de la dulce tentación.
-Si giras a la derecha, está mi habitación.

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