Capítulo 9

505 33 5
                                    

Pasaron los días y todavía seguíamos estando en "medio de ninguna parte". Ya que no veíamos ningún tipo de rastro humano. Todo estaba demasiado vacío.

En estos días fui conociendo un poco mejor a Bradley, me explicó cosas sobre su infancia como que tuvo que estar interno en un internado durante gran parte de su vida, y que allí tuvo el "placer" de conocer a monitoras robot (o como sería conveniente decir, monitorbot). Me explicó que era horrible, porque pedías ayuda a máquinas sin sentimientos que no sabían comprenderte.

También me habló de sus padres, quienes murieron en un accidente nuclear. Según Bradley me contó, trabajaban ambos en una central cerca de Jacksonville, pero un día hubo un accidente en el que muy pocos trabajadores sobrevivieron. Fue entonces cuando una tía lejana de Bradley lo hizo interno en aquel internado, porque decía que era lo mejor para favorecer su educación. Yo creo que más bien era porque no se quería hacer cargo de él. Básicamente.

Luego me contó como conoció a su novia Susy (cosa que me importaba más bien poco), se conocieron cuando Bradley empezó a trabajar en la oficina de un importante jefe ejecutivo de una empresa. Un día este hombre le presentó a su hija Susan, y se hicieron buenos amigos. Al paso del tiempo, terminaron enamorándose. Parecía el relato de una telenovela antigua. 

— Es increíble como una amiga pueda acabar convirtiéndose en el amor de tu vida. — Dijo Bradley con los ojos iluminados.

— Emmm sí claro, preciosa historia. — Dije sonriendo falsamente.

— Háblame sobre ti, ¿has tenido novio alguna — Me preguntó Bradley. ¿Enserio quería saber más sobre mí? Pero si ha leído mis memorias, ¡qué más quiere saber!

— No, nunca. — Dije yo cortante. A veces era incómodo admitir que nunca habías tenido novio, pero otras veces es algo de lo que me siento orgullosa, porque del único hombre que he dependido en mi vida ha sido de mi padre.

Bradley me miró extrañado durante unos segundos.

— ¿Enserio? - Dijo perplejo. — ¿Cómo puede ser que una chica tan guapa como tú no haya tenido nunca novio?

Enfadada, le pegué una patada en la tripa. Se supone que en estas situaciones tendría que sonreír, ruborizarme y decir "Gracias". Pero no, en mi caso no. ¿Qué demonios estaba insinuando? No me gustaba nada el tono con que lo decía. Pero nada de nada.

Bradley hizo una mueca de dolor llevándose la mano a la tripa.

— ¿Qué clase de problema tienes? — Dijo muy molesto. — Se supone que cuando te dicen un piropo te alegras, pero no pegas a quién te lo ha dicho.

Subí una ceja.

— No me gustan los piropos. — Dije con voz firme. — Estoy acostumbrada a que los que me dicen vayan acompañados con sarcasmo, por lo que con el tiempo les he ido cogiendo asco.

— Quién te haya dicho un piropo con sarcasmo, realmente es idiota. — Me dijo Bradley mirándome a los ojos. No sé por qué, pero esa frase me hizo sentir mejor. Un poquito mejor.

Bradley pudo notarlo debido a que se me escapó una pequeña sonrisa, que él me devolvió simpáticamente.

— Tengo un regalo para ti. — Me dijo él sonriendo. Mi cara se llenó de sorpresa.

— ¿Un regalo? — Dije sorprendida — ¿Qué clase de regalo?

Antes de contestar, Bradley buscó en uno de los bolsillos de su mochila. Sacó un par de guantes oscuros. Pero no eran guantes normales, eran largos y muy finos. Debían de llegar hasta el codo. Los plegó un poco y extendió la mano para entregármelos.

OuterSpace ©Where stories live. Discover now