-- ¿Cómo estuvo tu día ayer? Perdóname por no habértelo preguntado, estuve trabajando casi todo el día - dijo mi madre -

-- Tranquila mamá, te entiendo a la perfección así que no hay problema. Respondiendo a tu pregunta, pues estuvo muy normal, nada del otro mundo. Tomé clases y el receso, estuve con Seungcheol y... - me interrumpió -

-- Joshua... ese chico no me agrada - dijo así de la nada -

-- Pero él es bastante agradable, es muy buena persona, encantador y apuesto. - defendí a mi novio -

-- Es un doble cara - soltó en seco -

-- ¡Mamá! ¿Qué te pasa? No lo conoces

-- No me pasa nada, sólo digo la verdad. Y sí... no lo conozco lo suficiente, pero tiene una vibra tan rara que hace que me moleste... no tengo planeado conocerlo.

-- Agh! deja de hablar pestes de él, es mi novio y así se va a quedar, nadie lo va a cambiar y si es posible en un futuro... me casaré con él

-- Joshua mi amor, el noviazgo adolescente no dura. Sólo es una opinión acerca de Cheol, pero no te culpo hijo, cuando alguien es adolescente tiende a decir cosas sin sentido... cuando madures te darás cuenta de como es Choi en realidad, ojalá y consigas a alguien aplicado y no un desastre.

-- Ajá como tú digas... - hice el plato de mi desayuno a un lado, el apetito se me había ido - 

-- No me hagas sentir que soy la mala del cuento Hong Jisoo - amenazó -

—¿Yo? Claro que no madre

—Ya te enojaste

—Que no

— Ves... Estás enojado, ni lo puedes ocultar

—Son tus ideas locas

—Jisoo... Solo lo dije por tu bien, en un futuro me lo vas a agradecer - hizo un guiño -

—¿Ah sí? Pues lo dudo mucho, si estuvieras en mis zapatos y vieras que tan encantador es Cheol, hasta te vas a enamorar

—No quiero, gracias por la oferta

—¡Mamá! Ya no seas así - mi boca formó un puchero -

—Ugh bueno... Has lo que quieras

—Ese "has lo que quieras" no me da buena espina

—Sabes muy bien mi comportamiento

—Ya no quiero seguir esta tonta pelea

—Yo menos hijo

— Ok, que bueno... Algún día puedo traer a Cheol a la casa?

—Ves... tú eres el que empieza - frunció el ceño -

—Por favor - uní mis manos en forma de suplica - Así se conocerán y te quitarás esa idea de él - le sonreí -

— ... —suspiró— Puede que sí... Pero sólo a comer, no a otra cosa, a tu cuarto no puede entrar ¿entendido?

—¿Para qué entraría a mi cuarto?—pregunté confundido, hasta que capté—... Ah ya te entendí... N-no! No haría esas cosas—negué rotundamente. Definitivamente mi mente era muy sana comparada a las demás—

Hechizo de amor - JiHanWhere stories live. Discover now