Capítulo VIII - Promesas -

984 112 146
                                    

Otabek se encontraba en su departamento sin poder creer quien tocaba a su puerta. Después de unos segundos de sorpresa se dirigió a abrirla.

—¡Víctor! —dijo sorprendido.

—¿Cómo has estado? —respondió Víctor.

—Adelante, toma asiento —dijo dirigiéndose al sillón.

—¿Quieres algo de tomar? —preguntó Otabek.

—No, gracias, por favor siéntate.

Otabek asintió y tomó asiento.

—Supongo que no es una visita social —dijo Otabek —¿Qué puedo hacer por ti?

—Vine a escuchar lo que tienes que decir acerca de tu comportamiento hacia Yuri hace unas semanas —contestó Víctor.

—¿Tanto te preocupa? Hace tres años no te sentías así con respecto a Yuri. En realidad no creo que estés enamorado de él, estás enamorado de lo que alguna vez fueron ¿Lo sabes verdad? Cuando las aguas se calmen y pase la emoción del reencuentro ¿Podrás manejarlo? Si todo empieza a ser como antes, ¿Qué harás entonces? ¿Tienes la certeza de que no huirás de su lado? —preguntó Otabek.

—Vine a hablar de lo que pasó entre nosotros y tus acciones, deja mi historia con Yuri a un lado.

—Respóndeme primero —dijo Otabek.

—Para mí, él es el mismo de hace tres años, el mismo que dejé a un lado cuando me dí por vencido, el mismo que amo desde hace diez años. Tenemos muchas historias que no conoces Beka. No huiré, ya una vez hice eso.

Otabek lo miraba con tristeza, mientras una lágrima corría por su mejilla.

—¿Por qué me haces esto? ¿Por qué te preocupabas por mi? Siempre mirándome, sosteniendo mi mano, consolandome, haciendo el amor... ¿Por qué hiciste todo eso si no me amabas?

—Eras cariñoso, justo, tenaz, eras como Yuri. Me sentí mal por tí y por tus sentimientos hacia mí. Me sentí mal de que solo estuvieras viéndome, quise alentar tu amor por mí porque en ese momento lo anhelaba. Quería atesorarte, aún quiero hacerlo Beka —dijo Víctor.

—No quiero renunciar a ti... —dijo Otabek sollozando.

—Beka, valórate, piensa en ti mismo como alguien especial.

Otabek limpió las lágrimas de su rostro.

—No interfieras entre Yuri y yo, lo superaremos o nos derrumbaremos solo nosotros dos, así que no interfieras. No te lo estoy pidiendo, te lo estoy advirtiendo, deja de tratar de hacernos tambalear.

Víctor se puso de pie, palmeó la espalda de Otabek y salió del departamento.

Días después Víctor se encontraba impaciente en su departamento, tomó el celular, marcó un número y no recibió respuesta. Tomó su chaqueta y se dirigió a la puerta, en ese momento Yuri entró.

—¡Lo siento, llego tarde! —dijo Yuri.

—¿Qué sucedió? —dijo Víctor.

—No me di cuenta de la hora, me retrasé. Lo siento, soy un despistado —contestó Yuri mientras colgaba su abrigo.

—Te estuve llamando ¿por qué no contestabas? Estaba preocupado, iba salir a buscarte...

—Olvidé mi teléfono, increíble ¿no?

—Pensé que algo te había pasado... —dijo Víctor molesto.

—Lo siento, dijiste que estabas ocupado, que no tenías tiempo, que saliera pronto. Tuve que bañarme, vestirme y estar listo en diez minutos, salí aprisa así que lo olvidé —respondió Yuri.

El tiempo que te he amado [Victuuri] [Drama] #LoveandLifeAwards2018Onde histórias criam vida. Descubra agora