CAPÍTULO 11: Oasis de deseo.

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Voten 🌻





Con tan sólo un par de meses ya estoy aclimatada a este lugar.
Se me hace increíble creer que estoy siendo buena, amable y con amigos; hace mucho no me sentía así.

Es gratificante.


Ahí vas de nuevo, no te engañes.

Salgo de ducharme; mi teléfono resonaba por toda la habitación.
Apresurada limpio una de mis manos en la toalla que tengo puesta y lo tomo con la mano que aún está húmeda.

¡Mierda!.
Así o más estúpida.
Luego de darme una bofetada mental contesto.

— Bueno— Hablé a la vez que acercaba el móvil a mi oído.

Hola hija ¿Cómo estas?, espero que te encuentres bien.

— Si Will todo esta bien, ¿pasa algo?, no sueles llamar a estas horas— pregunté. Era muy tarde como para que me este contactando, solía ignorar sus llamadas a estas altas horas de la noche, pero bueno aún estoy despierta, debía contestar.

Bueno. -- sonó nervioso— Como sabes se sigue investigando el caso de Hellen—   su voz se opaco. --- El detective Hudson me estuvo preguntando por ti y tuve que decirle que consideraba mejor enviarte al extranjero a estudiar, lejos de todo esto—    me senté sobre la cama para captar mejor cada palabra que decía.

No le agrado para nada mi decisión ya que te considera una pieza clave en su investigación.

— Entiendo— respiré profundo— ¿Qué es lo que necesita de mí?.

Bueno como eres la única persona que estuvo al momento que todo sucedió, pensó en interrogante.

— De nuevo— chillé.
Quería colaborar con lo que sea, pero ese hombre tenía una peculiar forma de interrogar, hacía hipótesis que concluían en una culpabilidad arrastrante.

Si, al parecer siente que hay algo que falta, hija—    suspiró con pesadez, como si estuviese agotado. --- Si recuerdas algo sólo dímelo, pequeña.
Mi vos se apagó, sin poder articular ninguna sola palabra. Ahogada en lo profundo de mi silencio, dentro de mi lucha la esperanza de recordar.

— Yo-yo— tartamudié— No puedo recordar Will, cada vez que pienso en eso breves y nublosos recuerdos llegan a mi mente pero no son nada concretos— sollocé indebida, tenía que ser fuerte, hice un esfuerzo para controlarme. Si no me gustaba que me viesen llorar, peor aún dejaría que alguien me escuche.

Entiendo cariño, me tengo que ir pero antes necesito que me prometas que no te meterás en problemas.

— No me pidas eso.

Por favor hija, se que si te lo pido por mi no lo harás, hazlo por ella, Anaya. Solo así estaré tranquilo.
Mierda por que la incluye en mi manera de actuar. Si Hellen estuviese aquí también me hubiese pedido lo mismo; mi padre era un hombre inteligente, ya veo de donde salio mi astucia, involucrar a mi madre para que me comportara como una joven normal había sido una gran jugada de su parte.

ANAYA                     Where stories live. Discover now