CAPÍTULO 9: Señor casualidades.

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Teníamos media hora viendo jugar a es esos a esos simios sin cerebro, el aburrimiento me carcomía, literalmente sentía mi piel desaparecer a pedacitos, decidí irme.

- ¿Dónde crees que vas?-preguntó Camil tomándome por la muñeca. Chasqueo la lengua y me safo de su agarre.

No soporto ni un minuto más, muero de sueño.

Bajé las gradas rápido y algo incómoda por la mirada pervertida que me propinaban de un trío de chicos, ¿A quién se le ocurre venir a un partido de fútbol americano con un diminuto vestido?.

Lose, sólo a mí.

Pero no era mi culpa, mis locas y desesperadas amigas me trajeron obligada sin dar tiempo a que me cambie.



Analepsis

Los golpes en la puerta combinados con las voces de mis intensas amigas, no cesaban. Tumbada en el acolchonado, cubro mi cabeza con una de las almohadas que están cerca de mí para disminuir el ruido que llena la habitación y tiende a destruir mis oídos.

Mi estado anímico no es el mejor en estos momentos, bueno creo que jamás lo es, solo quiero estar sola y dormir, pero ellas no parecen darse por vencidas.

- Sabemos que estas dentro, ¡sal ya!, o derribare la puerta.

Después de varias amenazas prominentes de Camil y suplicas de Jane, la chica tierna, me levanto y camino a paso lento hasta la puerta, tomo la manija y la hago girar, el seguro emite un sonido indicando que la puerta fue abierta, la imagen de las chicas son presentes, visten bien como si fuesen a salir de compras o como si tuvieran una cita, a diferencia de sus rostros que muestran algo de irritación por la espera.

- ¿Si?.

- ¿Estas sorda o qué?-Camil se abre paso y entra a zancadas a mi habitación, llega hasta la cama y se sienta al borde. Jane me da un corto beso en la mejilla como saludo y se sienta cerca de su amiga.

- Quiero que nos acompañes, agarra tus cosas rápido.

- Camil, muero de sueño, tal vez otro día.

- Creo que me exprese mal, vendrás con nosotras. ¡Así que mueve tu trasero Woods!.

- No quiero ir, es mi decisión, así que me quedo- cruzo mis brazos sobre mi pecho y la miro seria, ella hace lo mismo, imitándome.

- No te preocupes, te podemos llevar atada. Jane querida, ¿Me pasas la soga?.

La castaña ríe con picardía y comienza a sacar una soga roja de su bolso; esto no me lo esperaba, ¿Qué pasó con la chica pacífica y tierna?; se la extiende a Camil y esta entra en plan de persecución, con lo adormilado que esta mi cuerpo hago un esfuerzo y corro por toda la habitación, la puerta del baño esta protegida por Jane y el armario no se ve muy resistente como para ocultarme; y con la única puerta que brinda escapatoria, termino saliendo del lugar.

- Ves como todo se puede arreglar- Miro irritada a Camil quien guarda la soga en el bolso de donde la extrajo Jane. Por otro lado la castaña se acerca entregándome mis llaves, ambas se posicionan a cada lado de mi dejándome al medio, de seguro para que no pueda escapar. Tomamos el ascensor hasta llegar a la planta inicial, de ahí emprendemos una caminata a quien sabe donde.

ANAYA                     Where stories live. Discover now