Última Noche - Parte 1

2.6K 155 6
                                    

-Ese par de piernas que tienes son envidiables. Si fuera hombre ahora mismo te pediría matrimonio.

Hago una mueca de disgusto. Victoria se ha pasado los últimos minutos elogiando mi aspecto y mis par de piernas, de igual manera, no consigo ver que un short negro tan diminuto sea algo decente y por favor, no hablemos del pequeño top que llevo puesto. Me siento como si fuera solo para coquetear con chicos y esa idea no me gusta. Simplemente no es esta mi ropa cotidiana, necesitaba mis short de un tamaño decente y mis remeras-vestidos que me encantaban.

-No me gusta -vuelvo a bajar mi short. Cada segundo se volvía para arriba y pareciese que no llevo nada-. Este maldito short es como un bóxer de mujer...

-Ya déjate de quejar. Yo no me ando quejando por todos lados que mi short es muy corto. Ya está, ahora vámonos.

Mi mirada se fija en mi aspecto una vez más. No me gusta, ¿en qué idioma necesito decirlo? Suspiro profundamente como si con eso mis preocupaciones se aliviaran. Voy a ir con Dylan, nada me pasará. Me repetí una y otra vez hasta que me convencí de ello.

Cuando bajo las escaleras, intentando no matarme con los tacones, pienso en una y mil maneras de cómo reaccionará Dylan. Si mal no recuerdo, esta es la primera vez que él me ve vestida de esta manera y por un lado me siento ansiosa y por otro me da pena, el short es demasiado corto. Cuando baje quede algo sorprendida por la reacción de todos, claramente yo no usaba este tipo de estilos. Chese y Jack silbaron, alagando nuestro estilo. Me reí ante el sonrojo de Victoria, nunca le habían silbado y la besaban mientras le decían lo hermosa que era.

Unos brazos me envolvieron con dulzura. Sentí una protección que nunca antes lo experimente. Era bastante confortante saber que mi novio está tan enamorado de mí como lo estoy yo de él.

-Te ves preciosa en esos shorts, sin embargo, tendré que apartar miradas. Capaz alguien muera.

-¡Qué tranquilizador es escuchar eso!

-Es mi trabajo -dice mientras caminamos hacia la puerta de entrada-. Tengo que matar a los que miran de manera perversa de mi novia.

Joder, esas palabras afectaron gravemente mi sistema nervioso.


En cuento el auto había estacionado enfrente de lo que iba a hacer el lugar de la fiesta ya me había dado cuenta de la terrible decisión que tomé. Estaba cien por ciento segura que aquí había más cosas que bebidas alcohólicas, y si, me refiero a las drogas. Me era imposible calcular que fueran las once de la noche y ya había personas vomitando, ebrias e inconscientes, y eso que todavía no entré a la casa.

Al parecer era una gran cabaña de playa, pues la proximidad a la playa era de unos tantos metros. La cabaña horas antes seguramente estaba perfectamente organizada, pulcra e higiénica. Ahora solo había vómito en el bonito césped, gente gritando y chicos haciendo sus "cosas" en la oscuridad.

-Por tu reacción, digo yo que es la primera vez que vienes a una de estas fiestas -la mano de Dylan acaricia mi hombro con suavidad, calmándome un poco mi nerviosismo.

-Has acertado. ¿Ya has venido a una de estas fiestas de despedida?

Él asiente con una sonrisa tímida. Pasa su mano por mi hombro, y cabe mencionar que casi muero en este momento por un paro cardíaco, y luego me lleva hacía su cuerpo.

-Tranquila, no pasará nada. Tú y Victoria estarán bien.

-Además solo estaremos hasta pasada de las una de la madrugada. Tenía pensado ir a un lugar después -Chase apaga el motor y, nos mira a mí y a Toria-. Ah, y otra cosa, no se alejen de nosotros ni tomen nada que les den.

Conviviendo con mi pesadillaKde žijí příběhy. Začni objevovat