Confesiones

2.6K 157 8
                                    

Estaba perpleja, mi cuerpo no respondía.

Mis pensamientos se mantenían dentro una burbuja sin sentimientos, sin emociones mientras que mí cuerpo estaba torturando a mi cabeza para que haga lo que siempre quise hacer: besar esos carnosos labios. No entendía nada de lo que pasaba, no encontraba alguna explicación lógica para saber por qué Dylan me besaba. Él se iría dentro de tres días. Iba a comenzar una nueva vida en otra ciudad, iba a olvidar todo. En todo este tiempo he estado depresiva, quería correr hacia su cuerpo bien marcado y apoderarme de esos labios; besarlo hasta cansarme. Pero, no lo hice y decidí quedarme encerrada mientras veía que él se escapaba con sus amigos y eso incluía a Clara. Entonces la pregunta volvió a mi cabeza, ¿por qué?

Lentamente se separó de mi. Si he calculado bien sus labios solo han estado un par de segundo sobre los míos y, al percatarse de que yo no lo correspondía entonces se alejaron de mí. Los ojos avellanas de Dylan me observan confusos, veía la tristeza y la confusión en ellos. Tenía un rostro tan entristecido que mi corazón se partió en dos. Bajó la cabeza y dejó escapar un suspiro, llevó sus grandes manos a su cabeza y revolvio su cabello hacia atrás. Me dio una última mirada como si me pidiera perdón y se alejó. Vi como se alejaba para tomar el picaporte y cerrar aquel momento que aún me mantenía inmóvil. Con un rápido movimiento, el cual me pudo haber convertido en flash, me desplace a la puerta hasta posicionarme ante ella. Dylan me miró más confuso que antes.

-¿Por qué me besaste? -articular aquellas palabras fue algo muy complejo. Estaban enterrada en mi interior y no esperase que lograran salir de mi boca. Dylan arrugo las cejas y volvió a ver el suelo. No iba a decírmelo.

No quería que se vaya. Lo quería aquí, conmigo. ¡A la mierda todo! Mi cuerpo y la tentación no lograron con la lógica así que en un acto reflejo me arroje hasta Dylan y cerré nuestra distancia que tanto me molestaba. Nuestros cuerpos se unieron como si estuvieran hechos uno para el otro, y la respiraciónes de ambos se mezclaron. Al estar tan próxima a su cuerpo pude sentir ese olor que tanto me gustaba: Shampoo y el maravilloso perfume Chanel. La textura de sus labios era algo que me juré jamás olvidar y no lo haría.

Estaba a punto de separarme de él, arrepentida porque no me había correspondido; sin embargo, sus largos brazos me enrollaron en mi cadera y me atrajeron a él. Al segundo me correspondió moviendo sus labios lentamente y siguiendo mi ritmo de principiante. Cerré mis ojos guardando este momento en mi memoria para nunca olvidarlo. Al paso de los segundos el beso fue cambiando a un ritmo más apresurado, volviéndose más salvaje. Me volví unos pasos más atrás sin separarnos hasta chocar con la puerta. Dylan se llevo las manos a mi cadera y me atrajo más a él. Los minutos pasaron y necesitábamos tomar aire así que poco a poco fui cortando el beso. Dylan tomó mi labio inferior entre sus dientes mientras sonreía.

-No sabes cuanto he esperado por besar esos labios, Mia -me dijo mientras me miraba fijamente a los ojos-. Me gustas demasiado. Pronto me volveré loco.

Me gustas esa palabras causó un tsunami dentro de mi. Mi corazón se aceleró en un segundo a otro (más de lo que ya estaba) y sentí como el alivio y la felicidad me invadian como un balde de agua. Estaba felíz y no podía negarlo. Dylan acaba de pronunciar esas palabras.

-Dylan yo...-no sabía que contestar. Quería decirle todo lo que siento por él y como desató la cordura dentro de mi ser pero estaba tan nerviosa que mis palmas sudaban a mares.

-Solo besame. Con eso puedo confirmar mis sosprechas.

Está vez me acerqué lentamente a su rostro. Quería volver a sentir de nuevo sus labios sobre los míos. Y así fue, lo bese de forma dulce y tierna. Ambos estabamos sonriendo como dos enamorados y es que es así, estamos enamorados. Aún me pregunto cuando fue que Cupido decidió flechar mi corazón y unirme a Dylan. No lo sé pero la respuesta me da igual.

Al dia siguiente cuando me desperte fue Dylan quien me dedicó una hermosa sonrisa. Solo con eso mi día mejoró.  

Cuando mis padres se despidieron  y se fueron al trabajo junto con los Johnson, Dylan y ya ya nos encontrábamos abrazado sobre mi sillón. Habíamos terminado de ver una película mientras estábamos abrazados, las horas fueron segundos y es que entre besos, caricias y risas todo pasaría rápido. Dylan no paraba de sonreir en todo el rato y no me importaba donde andaba o qué hacía siempre terminaba con sus brazos en mi cintura y sus besos apasionados; sin embargo, tenía que dejar algo en claro.

-Dylan tenemos que pensar que vamos a hacer.

Él me observó de abajo hasta arriba y viceversa. Dentro de tres días él se iba a ir y no podíamos impedirlo: sus padres ya habían comenzado con la mudanza. Elisa se quedaría y es más, ya tiene un trabajo de medio tiempo para ayudar a pagar la Universidad, sus padres insistieron que no pero nadie gana a Elisa. En cambio, Dylan se va.

-Prometo venir cada tanto, me quedaré aquí varios días y luego volveré -dijo como si todo ya estuviera planeado.

Negué en respuesta. Eso nunca funciona. Él terminará enamorado de otra chica en su nueva universidad y pronto nuestra relación caerá en picada al vacío.

-Eso nunca funciona. Eso acabará mal.

-¿Qué planeas, Mia? -estaba inseguro, el tono de su voz lo confirmaba.

Las siguientes palabras me dolieron por adentro. No quería pronunciarlas, no quería negar nuestro futuro pero desde el principio todo lo impedía. Aún tenía el asunto pendiente con Clara pero eso dejémoslo para después.

-Disfrutemos mientras estemos juntos. Luego te irás y no quiero ser una carga.

Su rostro se quedó pálido, sin emociones. Me miraba una y otra vez y, tragaba saliva nervioso. Llevó sus manos a mi rostro con calidez y con el pulgar me dio unas leve caricias.

-Sabes que no podré con eso.

-No podemos estar junto. Eso lo sabes más que nadie, Dylan -Él se llevó las manos a su sedoso cabello y se recosto en el sillón.

-No me hagas esto, Mia. Me estás volviendo loco.

-Prometo que si nos volvemos a encontrar seré tu novia y pasaremos tanto tiempo juntos hasta cansarnos -eso era mentira. Es imposible que nos volvamos a encontrar.

Un silencio incomodo nos invadió derrepente. Él estaba tirado a mi lado, destrozado. Pensando en una respuesta para convencerme que deberíamos estar junto pero ya había tomado esa desicion. No iba a tomar otra. En un segundo a otro él sonrió como el gato Cheshire y me miró con esperanza en sus ojos.

-¿Qué planeas?

-No te lo diré. Ya te darás cuenta dentro de unos meses.

No entendía nada de lo que dijo.¿Dentro de unos meses? Si, claro. Él ya estaría en otra ciudad con alguna chica a su lado. Pero me limite a negar con la cabeza con una sonrisa en el rostro. Esperaré, a ver si no se rinde.

Me acurruque a su lado, abrazando su pecho mientras él pasaba una mano por mi cintura y besaba mi frente. Estaba a punto de prestar atención a la televisión cuando una pregunta pendiente apareció como el sol en el horizonte en cada mañana.

-¿Qué hacías con Clara Butler? -su mirada se clavo en mis ojos. Estoy segura que no sabe nada de nuestro pasado.

-¿Cómo la conoces? -me miro nuevamente.

-Ella es alguien de mi pasado -dije secamente así que volví a repetir:- ¿Que hacías con Clara Butler todas estás semanas?

Él se tenso.

Conviviendo con mi pesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora