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Lucy salió un momento del salón, necesitaba algo de aire fresco, la fiesta que el rey de Fiore les había ofrecido a los gremios era divertida y estaba bastante animada. Observó a Laxus acercarse con una sonrisa a donde estaba ella.
— ¿Qué haces afuera? ¿no deberías estar divirtiéndote con tu equipo? —el recién llegado se apoyo en la orilla del balcón.
— Salí a tomar un poco de aire fresco, ¿qué hay de ti? Después de tu baile con Hisume varias chicas se te han acercado ¿no deberías estar bailando con alguna de ellas?
— Baile con Hisume porque es mi mejor amiga y llevaba un buen rato insistiendo. Además, eso de bailar con desconocidas no va conmigo —respondió divertido.
— Entonces... —la chica se agarró del brazo del dragon slayer—. Si no aceptas a esas chicas... ¿aceptarías un baile con tu compañera de gremio? —preguntó refiriéndose a ella.
Laxus se sorprendió. Lo meditó un poco y luego suspiró. Conocía bien a Lucy y la idea tampoco es que le disgustara.
— De acuerdo —la rubia sonrió y se llevó a su acompañante hasta el centro del salón, donde empezaron a bailar al compás de la melodía.
La maga estelar apoyó su cabeza en el pecho del mago de rayo. Todos en el lugar habían dejado de lado sus actividades con el único motivo de ver a la pareja de rubios bailar.
— Quizás un baile no es tan malo —susurró el dragon slayer muy cerca de los labios de la rubia.
— ¡Estoy esperando que se den un beso! —gritó una pelirroja a lo lejos.
— ¡Hisume! —exclamó sonrojado el rubio alejándose, sin embargo, Lucy tomó la iniciativa y lo besó siendo correspondida de inmediato.
Mirajane no tardó más de un segundo en tomar varias fotos desde distintas perspectivas con su lacrima, el álbum de fotos que tenía de su pareja favorita estaría casi completo con aquellas.
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