Capítulo III

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Mia

Pasan los días y todo sigue exactamente igual; he pillado a Matthew desprevenido una par de veces mientras me observa y cada vez que lo veo me causa todo tipo de sentimientos unos buenos y otros no tanto. Cuando prefiere no acercarse —por ejemplo— me duele.

Mi teléfono vibra en el bolsillo de mi bata, lo saco y reviso; es un texto de Liam. Lo abro:

¿Un café?

Sonrío y respondo de inmediato.

Ahora prefiero un té.

Tarda un minuto en responder.

¿Eso es un ?

Claro. En el lugar de siempre.

Guardo el teléfono y voy a cambiarme.

Cuando termino mi teléfono vibra de nuevo.

No llegues tarde, siempre me haces esperar.

Voy a quejarme pero de hecho siempre lo hago.

Eso intentaré ;)

Sonrío y así salgo.

...

Me estoy duchando y mi teléfono suena pero dejo pasar.

Insisten una y otra y otra vez, me preocupo y salgo apurada a contestar; son llamadas perdidas de Brenda y un texto:

¡Necesito tu dirección!

Frunzo el ceño y se la envío.

¿Ocurrió algo?

No responde.

Brenda, me estas preocupando.

Sigo intentando, pruebo con llamarla pero no me contesta.

Contesta el teléfono de una buena vez, me tienes con los nervios de punta.

Espero unos segundos hasta que por fin responde.

Sólo voy de visita. Quiero hablar contigo. Voy conduciendo.

Suelto el aire, «debo de dejar la paranoia», sacudo la cabeza y dejo caer el teléfono sobre la cama para ir a secarme el cabello y me vestirme.

Escucho sonar el intercomunicador.

—Señorita Smith, aquí hay alguien que quiere verla. Supongo que es su hermana, ya sabe... Es muy parecida a usted —informa el portero.

Pongo los ojos en blanco.

—Sí, déjela subir.

Espero y el timbre empieza a sonar desesperadamente, «definitivamente esa es Brenda».

Voy a abrir.

—Cálmate, loca. Me vas a dejar sorda.

—Si sabes que voy subiendo, ¿por qué no estas en la puerta? —pregunta mientras entra.

—Te abrí, es lo importante. ¿Y ese milagro que vienes sola?

—Derek viene a recogerme en un rato, quiso llevar a Dominick a pasear.

—¿Y qué haces aquí? —Me dejo caer en el sofá.

—¿Acaso no puedo venir a visitar a mi hermana? ¿a mi única familia en este país? —Coloca una mano sobre su pecho con falsa indignación.

Soledad Compartida | Libro IIWhere stories live. Discover now