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Había despertado feliz, ese día me mudaría a Los Ángeles a vivir con mi padre, se llama Scooter, es manager de algunas celebridades, viviría con él porque hace bastante tiempo no lo veo y además ya tenía 18 años, había terminado la escuela e iría a la universidad en Los Ángeles, estudiaría teatro, me fascina.

Mi vuelo salía a las 13:30 y eran las 11:25 tenía todas las maletas listas. Me duché, cepillé mi dientes y salí a coger un taxi.

Al llegar al aeropuerto bajé mis maletas con ayuda del chofer, pagué y entré a hacer el check in. Esperé a que llamarán a mi vuelo en una cafetería del aeropuerto ya que no había desayunado nada.

Entré en el avión y las azafatas me saludaron amablemente, sólo sonreí, busqué mi asiento, estaban los tres de la corrida desocupados. Pensé que nadie los tomaría ya que estaba la hora de mi reloj indicaba que ya deberíamos despegar. Mi asiento era el del medio, pero cogí el de la ventana. Pasaron aproximadamente 10 minutos desde que me encontraba sentada en el avión y aún no despegaba, los asientos junto a mi seguían vacíos y estaba totalmente aburrida.

Después de 5 minutos más sentí a alguien sentarse junto a mi, volteé ya que probablemente yo estaba en su asiento.

-creo que estás en mi puesto -dijo sonriente un chico, era muy lindo, cabello un poco largo y despeinado, castaño claro, unas facciones muy lindas, sin duda muy guapo.

-lo lamento, ¿no te importa si me quedo aquí? -pregunté refiriéndome al asiento.

-no, tranquila -sonrió - mi nombre es Chaz, Chaz Somers

-un gusto Chaz yo soy...- fui interrumpida por la azafata-

-señores pasajeros, dentro de unos minutos estaremos despegando con destino a la ciudad de Los Ángeles, favor de abrocharse los cinturones, subir las mesas y colocar derecho el respaldo.

Abroché mi cinturón y Chaz hizo lo mismo.

Hablamos durante gran parte del viaje hasta que nos quedamos dormidos.

Desperté ya que la azafata estaba dando unas indicaciones.

-señores pasajeros estamos próximos a aterrizar en el aeropuerto de la ciudad de Los Ángeles, favor abrochar sus cinturones, subir las mesas y colocar derecho el respaldo.

Desperté a Chaz el cual seguía durmiendo.

-¿qué sucede? -preguntó con voz dormilona.

-estamos por aterrizar -respondí.

-gracias, -hizo una pausa- no me has dicho tu nombre.

Scooter's daughterWhere stories live. Discover now