68. You are a liar.

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El silencio era bastante incomodo, eso me daba a pensar que Justin estaba intentando crear una respuesta coherente que yo pudiera creer.

Pero imagines creadas por mi imaginación aparecieron en mi mente destruyéndome por completa, esa chica con ese corto vestido había estado en casa de Justin, él prefería estar con ella a estar conmigo.

Imágenes de ellos teniendo relaciones en la cocina invadieron mi mente.

-Di algo Justin -susurré e intenté mirarlo a los ojos pero su cabeza estaba gacha.

Las lagrimas comenzaron a caer por mis mejillas, las imágenes seguían apareciendo y golpeando mi corazón, el cual ya estaba destrozado.

-me quedé en casa, me sentía mal, perdón -suspiró y subió la mirada.

Sus ojos estaban algo aguados, su mirada me decía que le creyera, pero no.

-¿te quedaste solo? -pregunté.

Él suspiró.
-sí -respondió con un susurro.
Fue la gota que rebalsó el vaso, me estaba mintiendo.

Lo miré con decepción, yo no merecía esto.

-¿está todo bien? -preguntó.

-no -suspiré, su cara mostró algo de asombro. -¿por qué me mientes Justin? -pregunté.

-¿de qué hablas? -

-no te hagas el tonto conmigo, sé que no estuviste solo -lagrimas cayeron por mis mejillas.- no merezco que me hagas esto, yo te amo. -agaché la cabeza.

-no llores -tocó mi hombro y lo acarició- yo también te amo.

-entonces explícame -quité su mano- ¿por qué una rubia chica salía ayer por la puerta de tu casa?

Justin se quedó en silencio.

-¿no tienes nada que decir verdad?- mi corazón realmente estaba roto y las lagrimas caían rápidamente por mi rostro.- adiós- dije y me bajé del auto, caminé a la avenida y tomé un taxi, le di mi dirección al taxista y me dedique a sollozar en el asiento trasero.

Lo admito, me dolió que Justin no corriera tras mi e intentara explicarme que todo fue un mal entendido y que en verdad no me había engañado, pero claro no era un cuento de hadas.

Llamé a Ryan y le pedí que se dirigiera a casa de papá, él acepto.

El taxi me dejó en mi hogar, pagué y bajé pero la voz del taxista me detuvo.

-niña, no sé por qué llorabas, lo que sí sé es que las princesas no lloran -dijo dedicándome una cálida sonrisa el sujeto de unos 50 o más años.

-gracias señor, que tenga un buen día -le sonreí de lo más creíble, de algo servia estudiar actuación.

Caminé a la entrada y busqué las llaves en mi bolso, al encontrarlas abrí la puerta, entré y luego cerré.

-¿Hola? -grité- ¿Hay alguien? -pero nadie respondió.

Subí las escaleras a mi habitación y cambié mi ropa por algo más cómodo.

Sentí que la el timbre de la puerta sonó, imaginé que era Ryan así que me apresuré en abrir.

Efectivamente era mi amigo, cuando lo vi lo abracé muy fuerte y comencé a llorar.

-tranquila -decía mientras acariciaba mi espalda como si yo fuera un bebé.

-él no dijo nada Ryan -susurré.

-Tranquila princesa, él no te merece -me abrazó más fuerte.

-¿qué haré ahora? -sollocé

-no debes pensar eso ahora, tranquila, ve a tu habitación y elige una película, yo iré por helado y dulces.
La tarde con Ryan en verdad me mantuvo distraída, fue todo muy divertido hasta que se tuvo que ir a hacer unos tramites, pero dijo que volvería más tarde.

Estaba sola acostada en mi cama t una manta cubriendo mis piernas, pensaba en Justin y luego unas fuertes ganas de vomitar vinieron a mi, me levanté rápidamente y corrí a mi baño, levanté la tapa del escusado y quité el pelo de mi cara, todo lo que había ingerido salió de mi cuerpo, cuando me sentía mejor no tuve fuerzas para levantarme del piso, me quedé sentada y me apoyé en la pared, lentamente cerré los ojos.

•••
-Al fin despertó -escuché la voz de papá
-va a estar bien -se escuchó la voz de Yael.

-¿hija cómo te sientes? -vi a papá dirigiéndose a mi.

-estoy bien -miré a mi alrededor -¿dónde estamos? -pregunté algo asustada.

-estamos en el hospital, te trajimos a urgencia, estabas desmayada en el baño -dijo Yael.

-oh -susurré- ¿hace cuanto estoy aquí? -pregunté.

-3 horas -respondió papá viendo su reloj- iré por café , Yael ¿quieres? -preguntó- ella asintió y papá salió por la puerta.

-¿estás bien? -preguntó Yael acariciando mi cabello.

-sí, creo -suspiré.

-cuéntame, ¿qué pasó?

Iba a responder a su pregunta cuando la puerta de abrió dejando ver a un doctor con una blanca bata, tenía al rededor de 40 años.

-excelente, ya está mejor la señorita -dijo viendo algunas maquinas, las cuales estaban cerca mío y conectadas a mi. Luego miró su tabla con datos míos.

-¿ya se puede ir doctor? -preguntó Yael.

-no lo creo, según unos exámenes no está bien de vitaminas, eso puede afectar al bebé -su cara era de preocupación.

-¿Disculpe? -pregunté

-Creo que se equivocó doctor, ella no está embarazada -dijo

-No -volvió a mirar la ficha con mis datos- los exámenes dicen que tiene seis semanas de gestación, debe alimentarse mejor señorita.

Mi cara era de impacto y la de Yael era peor, estaba embarazada, tenía un hijo de casi dos meses con Justin y él me había engañado.

¿Qué haré ahora?

Scooter's daughterHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin