¿Con quien me he casado?

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Jessica se fue, seguridad la sacó al igual que a Mili. Podía decirse y sonará inmaduro pero me gustó ver como mi amiga la destrozaba en el piso.

–Dejame explicarte todo.

–No hay nada que decir. Eres un miserable. Me engañaste, es lo peor de todo –Dije sin quitar la mirada de Mateo– Ya estoy pensando en divorciarme, Alvaro. Tenlo por seguro.

–¿Dejarme por Lucas?

–¡Él es quien ha estado junto a mi, desde hace mucho tiempo, no me engañó fue lo mejor todo! ¡Un verdadero hombre no busca en otra cama a otra chica! ¡Mateo lo prefiere a él que a ti, dice que es su verdadero padre! ¿En donde quedaron las salidas de padre e hijo? ¡Dime! –Exigí–

Morata solo quedó callado.
Y no musitó más nada.
No podía decir que era la mujer perfecta pero no sería capaz de cambiar a mi hijo por un novio.

Se fue sin despedirse. Lucas habia salido a comprar la cena. Esta noche me quedaría con Mateo.

Si, fui dura con él. Pero ya estaba cansada de que me viesen la cara de tonta aquí.

Mi buen humor recorría mis venas. Tener que ver a mi hijo con los ojos cerrados manteniendo las esperanzas de abrirlos y aún así, enterarme de que la misma chica que me hizo la vida trizas en la universidad también arruinó parte de mi etapa como adulta.

(...)

Al día siguiente. Daniela me dijo que podía quedarse con Ana en el hospital y así yo pudiese ir a trabajar.

No quería ver a los chicos. No quería ni llegar a casa porque les aseguro que los juguetes de Mateo estarían esparcidos por cada rincón del departamento.

Pero esas chicas insistieron.

Llegué al departamento y me encontré con una nota en la entrada.

Nunca sabrás como me siento, me equivoqué y soy el peor padre de este mundo. Sé que ya no piensas ni mirarme a los ojos por tanto dolor que he causado en ti, pero quiero a mi hijo y seré capaz de luchar con él ante todo. Buscaré un abogado para encontrar la custodia legal y completa de Mateo. Si no te tengo a ti, no lo tendrás a él.

Tragué saliva y apenas pude contener las lágrimas porque ya sé quien es Alvaro Morata y sé de lo que es capaz.

Me arreglé como pude para ir al trabajo: multimedia.

Al llegar, Fiorentino quedó impactado al verme sabiendo la condición en la que mi hijo se encontraba seguía aquí tratando de mantener mi puesto de trabajo.

–Es un hijo de puta –Susurra Mili al leer la nota– ¿Aún tiene el descaro de querer quitarte a Mateo? ¿Puede existir tal persona con un remordimiento tan grande?

–Si, se llama Alvaro Morata.

Bajé al cafetín y me encontré con Alice solo que esta me evadió por completo y se retiró.

–Buenos días –Dice James y le sonreí pero como me conocía muy bien, reconocía que esa sonrisa estaba llena de tristeza y amargura– Debes estar allá con él. Te estás muriendo por saber si despertó o no.

–Quiero trabajar. Quiero salir adelante y sé que saldremos de esto... –Suspire y me senté en una mesa al igual que él– Alvaro quiere quitarme a Mateo. Hará todo con tal de que no lo tenga si no sigo con él.

–Que bastardo es... Iré a decirle sus...

–.–Lo tomé de la mano– Si vas hacía allá ahora mismo no te lo perdonaré nunca –Rodó los ojos– Cuando me lo encuentre le reclamaré y más adelante le podrás decir todo lo que se te plazca ¿si?

Asintió y me abrazó.

–Espero no verte sufrir más.

(...)

Ya al cabo de las dos y media de la tarde. Los chicos se dirigían a los vestuarios para irse y asistentes y demás se iban ya a sus hogares.

Y me tropecé con Alvaro.

–Mateo será mi hijo, Lucía. Ha caido en tantas cosas contigo que te aseguro que estará en buenas manos... –Dice tan arrogante que quise darle una cachetada pero no, me negué rotundamente a eso–

–Mateo ha estado bien conmigo, tu amante fue quien causó todo esto. Y no puedes decir que estará mejor contigo cuando ni le prestas ni la más minima atención –Me crucé de brazos–

–Ya verás, el juez dará su veredicto sabes que ganaré yo. Es MI hijo, es de sangre Morata y no pienso rendirme con tal de tenerlo a mi lado. Si no te puedo tener a ti, tú no podrás encargarte de él... Nos vemos después, Lucía.

Me enfurecí tanto que caminé con rapidez hacía mi auto pero Lucas me tomó de la mano y me llevó al otro lado del campo de entrenamiento.

–¿Que te dijo y por qué estás llorando?

–Quiere quitarme a Mateo –Sollocé y solo me abrazó– Dice que si no estoy con él, no podré estar con Mateo... Me está haciendo sufrir más. Quiere todo a la palma de su mano.

–Me tienes a mi. Tienes a James, tienes ganado a medio Madrid, Lucía. Ambos lucharemos con que Mateo esté con nosotros bajo tú custodia. Estoy aquí para ayudarte, amarte, apoyarte y respetar cada una de tus decisiones ser quien esté allí para cada una de tus batallas, Lucía de mi alma.

Amor sin Limites|Lucas Vazquez❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora