Con el pie izquierdo.

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Y los declaro marido y mujer.

Recordada cada cosa de aquel momento en que me casé con Alvaro Morata.

Y soy feliz junto a él. Durante estos  cuatro años junto al madrileño ya se cosechó una nueva vida que cumpliría con todos los propósitos de amor y unión.

Los llantos de Mateo invadieron la atmosfera de tranquilidad a media noche. Murmuraba una y otra vez  mamá y papá.

Una vez más, un mal sueño.

Quería levantarme y al ver que Alvaro no reaccionaba, tome mis pantuflas y me dirigí a la habitación.

–Nunca podré evitar ver esta hermosa escena. Mis dos personas favoritas en el mundo –Alvaro se recostó en el borde de la puerta–. Ve a dormir, lo haré yo.

–No, yo.

–No, yo.

–No, yo.

–Me rindo esta vez, Morata –Dice y besé sus labios–

Me acosté una vez más en mi cama, y minutos después sentí la pulsada de la cama sobrecaer un poco más a mi lado.

–Buenas madrugadas.

–Buenas madrugadas, Lucia.

(...)
Día viernes. Nuevo día.
La llegada de Mateo cambió nuestras vidas.
Convertida en una periodista de la cadena Real Madrid. Vivía día y noche en el Santiago Bernabeu y en Ciudad Valdebebas.

Tomé un sorbo de café y observe llegar el auto de Morata.

Mi bolso y mis lentes pertenecían a mi outfit de este día. Junto a una libreta pequeña, me subí al auto y nos dirigimos a Ciudad Valdebebas.

–Luces hermosa todos los días –Murmuro–. Cada vez luces mejor tus prendas.

Solo pude sonreir.
Mateo se encontraba en la escuela.
Con una simple mueca, nos despedimos. Me dirigí a mi oficina, conversé con Fiorentino.

Me encontré con Rebecca mientras imprimía unos cuantos informes.

–¿Puedo contarte algo? No quiero que nadie sepa esto aún –Asentí–. Creo que Isco me esta engañando.

–¿Que? ¿Y tienes pruebas?

–Ha llegado a casa lleno de perfume de mujer e incluso con un beso en la parte de atrás de la camisa –Se sentó con tristeza–. Y lo que aún no sabe es que estoy embarazada.

–¡Que bueno, Rebe! Solo habla con él, es lo mejor que puedes hacer ¿si?

–Esta bien...

Ya el día de trabajo finalizo. Los jugadores como estaban acostumbrados, invitaron a un almuerzo.

–¡Fiesta en mi casa hoy! –Marcelo grita emocionado–. Celebremos la victoria de ayer, no sean aguafiestas.

–Bien, nosotros iremos –Dice Alvaro tomando mi mano–

(...)
Llegamos a casa. Tras descansar y ayudar a Mateo con su tarea, salimos a dar una vuelta por el parque.

Es bonito recordar que llegué aquí tratando de olvidar lo feo que me traje de mi país, vivir sin mis padres y sin mis amigos, era mi país en donde he nacido y nunca dejaré de ponerlo en alto.

–¡Mami! –Dice Mateo mientras estrecha su mano una paleta de helado–

Pude sonreirle. Y me acorde de Lucas. Cuando me casé con él, Sergio se me acercó y me comentó Jessica esta mal, irán al hospital.

Desde ese momento, no vi a Lucas junto a ella. Ni en fotos, en nada.

Y después me dijo Lucas debe irse, impedirá la boda y es lo que menos quiere.

Ese día me olvide de todo y quería basarme en una vez en mi vida, sobre la felicidad.

Veía a Lucas todos los días del mundo. Lo entrevistaba, a veces nos reuniamos en su casa para hablar extraer nuevas noticias sobre él.

–Mi amor.

Morata quien tenia toda la camisa llena de chocolate acompañado de un pequeño de igual manera a él.

–¿Que pasa?

–¿Ya nos vamos?

Asentí y nos dirigimos a casa.

Mi viaje a casa fue analizando todo con Vazquez, quien marcó increiblemente mi 2016.

Nos arreglamos para la fiesta y tomamos rienda a esta.

Cuando llegamos, Mateo corrió con Enzo.

Me acerque a Clarice quien llevaba en brazos a Liam, moría de ternura.

–Hola Lucas –Dice Clarice y él sonrio–

–Hola chicas, hoy están muy guapas.

Jessica estaba detrás de él y no saludo ni nada por el estlado.

Su cabello estaba perdido. No tenía cabello, lo primero que pensé fue que tenía cancer.

–Tiene leucemia, Lucia. No ha ido a ninguno de los juegos, ni a las prácticas porque tiene que estar en quimioterapia.

–¿En verdad? –Asintio–

–Lucas no ama a Jessica, estan casados por su enfermedad.

Pasamos el rato bien, hasta que las copas hicieron efecto.

Lucas discutió con Jessica quien disfrutaba poco del evento. Así que se fue.

Y el Lucas ebrio apareció.

–Prueba 1...2...3 –Todos reimos al verlo en el escenario– Hoy tengo que agradecer que tengo a un amigo como Marcelo, eres especial bro. Pero no solo vengo a hablar de eso. ¡Lucia casate conmigo, olvidate de Morata! Me casé con Jessica por su enfermedad, no podría dejarla sola así.

Comenzo a llorar. Se sentó en la tarima y siguió llorando y sus compañeros lo bajaron de ahí.

Te lo dije susurro Clarice a mi lado.

Amor sin Limites|Lucas Vazquez❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora