Queriendo arreglarlo todo.

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Lucas y yo pasamos la tarde entera conversando. Y me di cuenta quien si valía la pena para mi, en este momento.

–Espero que estés bien.

–¿Ya te irás?

–Son las once de la noche –Rió–

–Quedate conmigo.

–¿En serio?

–Si, si, si. Mateo esta con James por ahora, y te necesito junto a mi esta noche. No me dejes.

Solo sonrió y se sentó a mi lado.

–No te dejaría por nada del mundo.

Y pude revivir una vez más mi epoca de adolescente, en donde, el amor de mi vida estaba allí apoyandome, cuando nunca dejó de hacerlo.

(...)

La mañana siguiente, me desperté y Lucas estaba acostado mirandome.

Fue tan incomodo ver eso. Aunque fue gracioso ya que se sonrojó.

–Buenos días princesa. Daría todo por vivir todos los días esta experiencia –Sonrei– Deberiamos irnos, ya son las siete de la mañana y no creo que querías soportar a Zidane enojado.

–Está bien, dejame alistarme y nos vamos ¿si?

Me levanté de la cama pero quedé estática por un momento. Mientras lo observaba acostado en la cama.

Besé sus labios y él rió al sentir esa sensación.

–Te quiero, Lucia Rodriguez.

–Y yo a ti, Lucas Vazquez.

Al alistarme y todo lo demás. Lucas me dejó en casa de James para buscar a Mateo, quien no dejaba de preguntarle a su tío que le sucedió a su padre y madre.

–Mateo, es algo de adultos.

–Tengo cinco años mamá, ya estoy grande –Me digné a reirme–

–Por ahora lo que te puedo decir, es que papá y mamá no estarán juntos –Bajo la cabeza con tristeza– Pero podrás ver a papá cuando quieras.

–¿Puedo quedarme hoy con él? –Pregunto y asentí– Gracias mamá.

Le sonreí y Daniela aprovechó de llevarlo al colegio junto a su prima Anna.

–Lucia, explicame todo bien –James dice–

–Alvaro me está engañando, con Alice...

–¡Lo sabía! –Exclame y lo mire impresionada– Lucia –Tomó mis manos– Alvaro te quiere pero perdió los estribos al saber que Lucas piensa recuperarte.

Bufé –¿Y que hicieron ayer Lucas y tú? –Baje la cabeza– ¿¡Qué, tuvieron relaciones!?

–No, no, no, no, no, no. Solo un beso –Sonreí al recordar cada instante de aquel día–

–Volverás con Lucas, ya lo verás...

–Aun no sé. No es seguro.

–Amas a Vazquez, quiere decir que, en poco tiempo, en tu nombre estará De Vazquez.

–Si tu lo dices.

Llegamos a Ciudad Valdebebas. Observé a Rebecca quien se bajaba del auto. Y después a Alvaro, no se acercó al grupo.

–Buenos días –Salude a Fiorentino–

–¿Que pasa con Morata? –Preguntó y suspire– ¿Alice? –Asentí– No me digas más, lo supuse.

El día laboral transcurrió como se acostumbra, sin problemas, sin inconvenientes.

Bajé para irme a casa junto a James, y tuve que esperarlo.

–Debemos hablar.

–Todo está dicho –Respondí en seco–

–No, tu y yo debemos hablar seriamente, Lucia. No pienso quedarme con este remordimiento.

–¿Remordimiento? ¿Puedes decirme cual remordimiento? Si cuando estabas con Alice, eras feliz, Alvaro. No pienso perdonartelo, no lo haré. Por tus celos discutiamos un millón de veces y eras la peor persona conmigo cuando te enojabas. ¿Crees que caeré en tu juego? Pues no, moverás mar y tierra como para que vuelva junto a ti.

–¿y Mateo? ¿Que pasará con la familia unida que prometimos ser?

–Pudiste pensarlo antes de engañarme –Suspire–

–Lucia.

Y llegó Lucas.

–¿En serio? ¿Con este?

–Este tiene nombre –Dice y ríe con ironía Morata–

–Te aseguro que ocuparé un mayor lugar con ella, que cuando lo pudiste hacer.

–Tu no tienes derecho de... –Alvaro tomó a Vazquez de la camiseta y lo pegó contra la pared–

–¡Sueltense! –Grite y los separé– No peleen por mi, no soy un trofeo el cual deben ganarse por pruebas. Gananse mi corazón por su cuenta chicos –Suspire y solté mis hombros– Mejor me voy, son la culpa de mi jaqueca, tengalo por seguro.

Bufé y camine hacia el auto.

–¿Nos vamos? –¿Quien no sería capaz de reconocer aquella voz sin igual?–

–Iré a casa de James a buscar a Mateo, quiero pasar la tarde con él, nos podremos ver mañana –Asintio y me abrazó–

–Quiero verte feliz ¿si? –Beso mi frente y se alejó para irse–

(...)

–Viviremos por unos días aquí, solo será temporal, podrás ver a tu padre cuando quieras, espero que te guste.

–Con tal de estar contigo, está bien –Sonrio y me abrazo–

Mientras Mateo jugaba serví las hamburguesas que compré antes de llegar. Terminó de hacer sus deberes y dormimos un rato. Hasta que el timbre nos despertó.

–Buenas noches.

–¡Papi!

–Hola campeón ¿Como haz estado?

Morir de ternura sería poco con lo que estaba viendo. Tan parecidos y tan preciosos eran, y perdía el alma al derretirme de amor.

–Son para ti.

Un ramo de flores. Más grande. Con más rosas. Con más todo.

–Sé que me equivoque, quiero arreglarlo todo, por favor.

Amor sin Limites|Lucas Vazquez❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora