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Me siento nervioso al caminar junto a Michael y sé que él está peor que yo. No sabemos que nos deparará el instituto, como se comportarán los estudiantes ni el ambiente en el que nos recibirán. Por mi parte, lo único que tengo asegurado al llegar al lugar, es la visita pendiente que tengo con el director y que intuyo, por obvias razones, que se tratará de una suspensión, algo que me hace temer aún más porque no sé como podría ayudar a Michael si no estamos juntos.


  —Si me dicen algo, los golpearé y...—lo interrumpo, tomando su mano, frenando su paso y atrayéndolo hacia mí. 


  —No, no harás nada de eso—pronuncio entrelazando nuestros dedos, intentando tranquilizar sus nervios y los míos—. No recurrirás a la violencia Michael, tu no eres así y en un momento como este, no cambiarás.


—¿Qué pasa si ellos me molestan, Luke? ¿Qué sucede si ellos se van contra nosotros? O peor que todo, ¿qué sucede si se van contra ti? Sabes que yo no podría tolerar eso, eres mi mejor amigo y es injusto que debas pasar todo esto tu también, yo...


—Silencio Michael—lo interrumpo una vez más y comienzo a caminar, arrastrándolo poco a poco—. ¿Desde cuando vivimos de las opiniones de los demás? Eres mi compañero de cada aventura y algo como esto no nos puede atacar separados. Estamos el uno para el otro en las buenas y en las malas, ¿no recuerdas?


(...)    


Tal como me esperaba, el director ha tomado la estúpida decisión de suspenderme del instituto por 3 días, comenzando por hoy. No estuve ni 20 minutos en mi lugar de estudios cuando se me prohibió el ingreso, así que ahora voy camino a casa sumido en mis pensamientos y rogando a que Michael no se meta en problemas solo para compartir los días de suspensión.


Cuando entramos al pasillo principal del instituto, un silencio lo atacó y como era habitual, nos abrieron el paso los estudiantes. Estuvimos bajo la atenta mirada de alumnos, sin que ninguna mosca emitiera su habitual zumbido. Todo estaba tenso hasta que Sam, una chica con la cuál comparto artes plásticas, se acercó a mí y frente a todos comentó que fue admirable lo que hice por Michael, que el idiota al cual golpeé era un gilipollas de primera y se lo merecía.


Luego de sus palabras, los estudiantes presentes nos sonrieron y volvieron a sus actividades que realizaban antes de nuestra llegada y nosotros continuamos caminando, con nuestros dedos entrelazados dándonos seguridad mutua y casi sin nervios de lo que nos esperaría el resto del día.


Le mandé un mensaje a Michael apenas salí de despacho del hombre que me suspendió y por eso espero que no cometa ninguna estupidez para compartir nuestra suspensión, porque conociéndolo de la manera que lo hago, sería capaz incluso de ser irrespetuoso con un profesor sin pensar en alguna consecuencia peor que unos días de ausencia en la escuela. 


Llego a casa y no me preocupo de saludar a nadie porque estoy solo. Lanzo mi mochila y bajo mis pantalones para estar en calzoncillos, algo realmente cómodo. Quito mi camiseta subiendo las escaleras y voy a mi cuarto para poner música, estar en internet y relajarme de los estudios por alguna vez, porque siempre fui lo suficiente cobarde como para tener una buena conducta y evitar castigos como este.


Lo primero que hago es revisar mi bandeja de correos electrónicos, esperando no encontrarme ninguna respuesta de alguna universidad del extranjero aceptándome en su plan de estudios. Probar fue algo estúpido porque estaría en una nación extraña, viviendo por mi cuenta, estudiando día y noche y, lo peor de todo, solo, sin Michael.

¿Es Verdad lo que Sentimos? 》MukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora