Capítulo 36: Cómo conspirar contra el destino.

7.9K 321 63
                                    

Comenten pls, amo sus comentarios :3♥

Esto es incómodo.

Perturbador me atrevería a decir, pero es que es imposible no sentirse de esta manera con la mirada de Jackson plantada en Mackenzie pensando quién-sabe-qué, ya que al parecer el imbécil no ha procesado el hecho de que ahora ella forma parte de la familia. Bryan murmurando maldiciones cada vez que sus ojos llenos de rabia chocan con los de Mackenzie al otro lado de la mesa. Mamá charlando con el señor Jefferson con total normalidad como si ellos fuesen los únicos en su atmósfera y nadie más existiese. Y finalmente, yo, entre el medio de Jackson y Bryan intentando disfrutar la cena gourmet que preparó mamá con sudor y lágrimas para que todo saliese bien y, la verdad es que sí, pero en el fondo no se siente así.

Es que... ¿Mackenzie? ¿Por qué ella? Cuando por fin mamá logra encontrar al amor de su vida tras pasar una terrible desgracia de abandono, resulta ser que la hija de su amado príncipe tiene que ser la persona más repudiada y odiada por mi ser (y quizás también el mundo entero).

Esto definitivamente está mal planteado o es una especie de complot que el destino arma contra mí cada vez que pienso que todo está saliendo bien.

El padre de mi archienemiga a punto de casarse con mi madre. Me encanta —nótese el maldito sarcasmo—, la verdad, me parece muy lindo tener que lidiar con esa desgracia del señor todas las mañanas ahora que veo el futuro de esta pequeña familia. En serio.

—¡Familia! —exclamó Mackenzie llamando la atención de todos, luego de que su cerebro de nuez haya seguramente notado la tensión en el comedor, así que se levantó de su asiento con su copa de vino en manos para hablar—. Pienso que a partir de esta cena, todos deberíamos empezar a tratarnos como una familia, ¿no creen? Ya saben, dejar los posibles rencores entre los miembros atrás y comenzar algo nuevo —su discurso empezó a llamarme la atención. ¿De verdad es Mackenzie?—. Ahora, señora Helen, papá, Bryan, Samantha y... —se quedó pensativa un momento hasta que mi primo le susurró con cierto dejo de molestia un «Jackson»— Jackson, brindo porque luego de esta cena, las familias Williams y Steinfeld serán solo una —entonces alzó su copa, siendo mamá y el señor Jefferson los primeros en conmoverse para chocar sus copas en el brindis.

—Así se dice, hija. ¡Por un futuro próspero y lleno de salud! —proclamó el señor Jefferson antes de darle un trago a su copa.

Todos habían concernido el brindis, solamente faltaba yo...

—Y tú, Sam —apareció Mackenzie a mi lado con su copa ligeramente levantada en el aire— ¿Por un futuro fuera de rencores? —propuso con una expresión en la que no lograba descifrar lo que escondía detrás (si es que así era).

Arqueé levemente la ceja mientras contemplaba detalladamente a una Mackenzie con su copa esperando por ser colisionada con la mía con el fin de provocar ese sonido característico del vidrio cuando se pega uno con otro para sellar una proposición de la que dudo en todos los ángulos, con esos ojos verdes y brillantes como perlas que emanaban ese destello de inocencia que engañaría a quien sea zafándose hasta del más mínimo delito. Parecía un conejo bebé rogando misericordia.

Engañaría a quien sea... pero no a mí. Es mi turno de jugar y ver qué trae ahora detrás de esa máscara de conejo bebé.

—Por un futuro fuera de rencores —alegué sonriendo con astucia para concluir con el brindis.

Sí claro...

Pasadas las ocho de la noche y terminada la cena, mamá procedió a enseñarles la casa a nuestros invitados para finalmente indicarles (en este caso, a Mackenzie, que podría alojarse en la habitación de invitados esta noche) dónde dormir, porque sí, mamá había olvidado contarnos ese mínimo y nada importante —nótese el maldito sarcasmo otra vez— detalle.

El diario de una NerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora