Capítulo 18: ¡Guerra de comida!

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A sólo un día para el Baile de la Reina de Calabaza. Las chicas populares se toman estas cosas como si fuera lo más importante de su vida. Es sólo un baile, por Dios.

Lo admito, a mí también me emociona el baile, pero tampoco es para exagerar tanto. No lograba escuchar bien mi clase, gracias a que esas descerebradas se tomaban la clase de Biología como una especie de reality show de American's Next Top Model, mostrando lo que usarían para el baile, por lo que la señorita Brenton tuvo que hacer una gran cantidad de pausas en la clase para hacerles unos llamados de atención.

El sonido tan ansiado por todos de la campana que indicaba la salida al almuerzo resonó por toda la sala provocando que todos saliesen de ella como de costumbre: una salvaje manada de jabalíes.

Con Jaden y Lana a mi lado, nos dirigimos a la fila para tomar la comida y ponerla en las bandejas, pero para mi maldita mala suerte —sí porque solamente a Samantha Williams le pasan estas cosas— ya había una larga hilera de muchedumbre formada. La fila era larga, me estaba empezando a frustrar, dentro de poco tocarían el timbre de entrada a clases y mi estómago rugiendo, —y por si fuera poco-— también tenía que presenciar la bronca que había entre Jaden y Bradley. Delante de mí estaba Jaden, que luego le seguía Bradley y así le iban siguiendo otros cuarenta y tres estudiantes —sí, tanto tiempo tengo en este maldito lugar que me puse a contar— hasta llegar a los primeros para tomar la comida.

—Odio esta maldita cafetería, ¿qué les cuesta a estos imbéciles tomar la comida tan sólo un poco más de prisa y largarse de una puta vez? Son unos malditos. Malditos todos —masculló mi mejor amiga mientras veía avanzar lentamente la fila.

Luego de veinticinco minutos de quejas hacia el servicio de la cafetería...

—¡Al fin! ¡Moría de hambre! —exclamó Lana una vez que llegamos al lugar donde está la comida.

Estuve por tomar la comida con las pinzas, cuando noté por el rabillo de mi ojo, que Jaden y Bradley se estaban peleando por la comida. Por alguna razón los dos querían lo mismo que uno de ellos elegía, y a donde iba la mano de Jaden con la pinza, iba Bradley y se daban empujones con los hombros.

Sacudí mi cabeza desaprobatoriamente ante la escena mientras elegía mi comida, hasta que llegó el punto en el que los dos bufaron y se dieron la espalda enojados. Es como si no necesitaran insultos para formar ese show, bastaba con que el otro lo mirara con odio —que no sé cuando empezaron a odiarse mutuamente— para armar una pelea. Estábamos por dirigirnos a las mesas y comer finalmente, pero Bradley chocó con el hombro de Jaden muy a propósito, causando que la bandeja de éste cayera derramando toda la comida en el suelo.

Genial, lo que faltaba: una escena vengativa. Admito que en los libros son las escenas más interesantes e intrigantes, pero en la vida real, es lo peor.

Maldita realidad, todo es malditamente contrario a bueno.

—¡Oye! —se quejó Jaden ariscamente—. ¡¿Qué te sucede, amigo?!

—Oh, que torpe soy —respondió Bradley cubriendo su boca con falsa inocencia—. Fue un accidente, cuánto lo siento —agregó con una sonrisa que escondía detrás todo resentimiento hacia Jaden.

—¿Ah, sí? ¿Un accidente dices? —no se molestó en disimular su sarcasmo.

Jaden giró su cabeza a un lado, viendo tentativamente una bandeja de pasta. Fue entonces que alzó una ceja mirando insinuante a Bradley, y tomó un gran puño de espaguetis de la bandeja de un chico que estaba sentado en una mesa al lado de él para aventárselo en la cara. La boca de Bradley se formó en una gran O al recibir el impacto, a la vez que todos los estudiantes que se encontraban en la cafetería voltearon a ver la escena en un pleno y devastador silencio.

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