Jet Black Heart

517 105 18
                                    




Todo el mundo tiene sus demonios, ya sea despierto o dormido.

Michael también tenía los suyos. El teñido siempre es el que termina yéndose, él lo hace bien.

Michael sufría de depresión, sus padres lo habían llevado a los mejores psicólogos, pero lo único que hacían era darle pastillas y terapias, que él creía ya no hacían efecto, por eso dejo ir.

Cuando era más joven se había metido en varios problemas en la escuela, siempre que veía una guerra quería lucharla. Lo mismo pasaba con su enfermedad, cada pelea intentaba ganarla, quería salir adelante estar mejor, quería ser un adolescente normal otra vez.

Estaba roto, atrapado en el momento y ahora que sus padres lo sabían al parecer ya no les importaba. ¿No podían ver lo roto que se encontraba por dentro?

—Michael, tu padre y yo vamos a salir a una reunión muy importante de negocios —Le dijo su madre.

—Mamá no te vayas —Rogo el teñido.

—Lo siento hijo, esto es realmente importante, pero volveremos temprano adema-...

—¡Karen apúrate no tenemos todo el día! —La interrumpió el padre de Michael.

—¡Ya voy, no tienes que gritar! —Exclamo la mujer —Adiós Mike, te queremos.

Su madre cerró la puerta de la gran casa en la que vivían y lo dejo solo, solo a él y a su oscuro corazón negro azabache.

Sentía que tenía un huracán debajo de él, logrando mantenerlo alejo de los que quería.

No podía soportarlo más, no quería seguir así, no había nada después de la media noche que lo haga querer quedarse en este mundo cruel. Se encerró en su habitación, saco su libreta con su pluma dispuesto a escribir sus últimas palabras.

Agarro el vaso con agua que descansaba sobre su escrito y empezó a mesclar los productos químicos que había echado, era su oportunidad para empezar de nuevo, en otra vida.

Se dirigió al baño y saco la cuchilla escondida detrás del espejo.

Un corte, dos cortes, tres cortes, la sangre en sus venas solo estaba hecha de errores.

Sostuvo el vaso dispuesto a olvidarse de quien era y sumergirse en la oscuridad, pero el timbre de su teléfono lo detuvo.

—¿Hola? —Contesto sin ánimos el teñido ya que alguien lo había interrumpido.

—Hola Michael, soy Luke.

Se sintió emocionado, como si miles de colores estallaran dentro de él haciéndolo volver a la vida.

Tal vez, solo esta vez, ya no quería morir.

Al menos no esta noche.

🎶

COMENTEN Y VOTEN (*'︶'*)

Sounds Good Feels Good »muke«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora