Capítulo II - El Despertar -

1.5K 192 81
                                    

Abrí con dificultad mis ojos y lo primero que noté es que no estaba en el cielo, dudo mucho que en el cielo se experimente esta sensación de malestar y ¡Auch! ¡Dolor! Definitivamente el dolor es terrenal.

—Yuri —escucho que me llaman, no distingo quién es, intento moverme para ver mejor y el dolor se intensifica, empiezo a ver destellos y me percato que en efecto no son destellos angelicales. Es el dolor lo que los provoca.

—Bienvenido al infierno Yuri —me dijo la voz —espero que lo disfrutes.

¿El infierno? — pensé para mis adentros —No, no puede ser hace demasiado frío para ser el infierno ¿no? Siento algo en mi nariz y en mi boca, trato de tocarlos pero no puedo mover mi brazo, ambos están atados.

En ese momento me di cuenta que tenía tubos y agujas, recordé todo, había intentado suicidarme y no lo conseguí, me imagino que alguien llegó justo a tiempo y me “salvo”. ¡Genial! Supongo que tendré que agradecerle al ángel guardián —pensé con sarcasmo —¡Perfecto!

—Es broma Yuri, es peor que el infierno. —dijo nuevamente esa voz—

¡Vaya! Esto es alarmante. Empecé a sentirme irritado.

—Yuri, te noto confundido, no sé si es arrepentimiento o decepción pero estás agitado, tendré que sedarte nuevamente.

Traté —sin éxito —de ver quién hablaba conmigo pero de inmediato sentí que regresaba nuevamente a ese extraño lugar en donde momentos antes me encontraba.

—Víctor, ¿estás seguro de lo que me dices? —le pregunté con estupor —No podía creer lo que me decía o no quería creerlo.

—Si…

No puede ser…

—Yuri yo…

—¡Cállate! ¡No quiero oírte, no quiero verte!

—Pero, Yuri…

Me di la vuelta rápidamente, no quería escucharlo, no quería ver su rostro, me dolía, dolía mucho…

¿Ha sido un sueño? Si, eso parece. Aunque haya sido un sueño, el simple hecho de haberlo tenido me irritaba pero sin embargo al recordar su sonrisa, no sé por qué, me duele el corazón.

Debo dejarlo ir, tengo que seguir mi camino aunque mi corazón se rompa lentamente así que solo lloraré hasta el amanecer y nunca más derramaré otra lágrima —me dije en ese entonces —pero, es más fácil decirlo que hacerlo.

—¡Aaahhh! Basta, no quiero recordarle. Amor, lágrimas, sólo quiero tirar todo eso a la basura del sentimentalismo.

Escucho voces a la distancia. Por fin abro mis ojos sin dificultad. No sé cuánto tiempo he estado dormido, recuerdo levemente haber despertado con tubos aún conectados en mi boca y nariz. Ahora ya más despierto me doy cuenta que ya no los tengo, solo queda una aguja clavada en mi brazo. La habitación está sumida en la penumbra, hay un monitor algo ruidoso, la cama en donde me encuentro y una silla. Hay alguien que no conozco sentada en ella.

Me dolía la cabeza, me notaba el cuerpo agarrotado, las articulaciones entumecidas.

—¿Podrías desatarme los brazos? —le pregunté —

—¡Sr. Katsuki, ha despertado! Lo siento no estoy autorizada para hacerlo. Llamaré al doctor encargado.

La enfermera salió apresuradamente de la habitación.

—Estoy vivo —pensé —va a empezar todo otra vez, lo hago todo a medias… todo…

—Yuri, bienvenido. ¿Cómo te encuentras?

El tiempo que te he amado [Victuuri] [Drama] #LoveandLifeAwards2018Where stories live. Discover now