Las motos: su vida. El club: su única familia. Ellos son los dueños de la ciudad. Todos les temen y respetan. Nadie se atreve a meterse con un miembro de los Clouds Temple.
(Inspirada en la serie SOA)
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Sin quitar mis ojos de los de Roy, apoyo la cabeza de Burrows en el suelo y me pongo en pie.
— Tú...— murmuro y todo el mundo está atento a mis palabras.— ¡Tú eres el culpable de todo esto!
— ¿Qué?— dice Roy incrédulo.— Mejor cállate la boca, niñato. No sabes de lo que hablas.
— Un cobarde. Un puto cobarde de mierda, ¡eso es lo que eres!— grito mientras noto como la sangre hierve en mi interior.— Esos tipos venían a por ti, eso es obvio y nadie te lo podría haber echado en cara. Todos sabemos cómo funciona este negocio. Pero si hubieses dado la cara... ¡Burrows aún seguiría aquí!
— No te consiento que me hables así,— Roy se acerca serio a mí y se me planta frente a frente.— Te he aguantado muchas pero ésta ha sido la gota que ha colmado el vaso. Estás fuera de la banda.
Suelto una carcajada que resuena por todas partes.
— Mira que eres imbécil. Si no fueras tan egoísta te hubieras dado cuenta de todo lo que estaba pasando a tu alrededor. Para mí el club tenía los días contados; lo tengo claro desde hace mucho tiempo. Lo único que me mantenía aquí era la lealtad que tenía hacia a ti,— siseo dándole golpecitos en el pecho con mi dedo índice.— Ahora el Club se está yendo a la mierda y todo por tu culpa.
— Has cambiado, Kurt...
— ¡No te hagas la jodida víctima! ¡No te lo consiento!— vuelvo a gritar empujándole y los chicos se mueven nerviosos a nuestro alrededor.— Aquí la única víctima es Burrows. Cuando vaya a Phoenix a ver a su hija, le diré que su padre ha muerto por el hijo de puta cobarde de su jefe que no quiso dar la cara por él y a cambio su padre recibió un balazo en el estómago y murió desangrado y sufriendo.
— Parece que se te ha olvidado quién manda aquí— dice acercándose amenazadoramente a mí.
— Créeme, lo tengo muy claro,— siseo entrecerrando mis ojos.— Quizás vaya siendo hora de que eso cambie.
— Parad de una vez,— se interpone Jason entre nosotros pero Roy le aparta de forma brusca.
— Jodido niñato de mierda, ¿¡me estás retando!?— grita en mi cara.
— Sólo digo que tengo dudas de tu disposición con el club.
— ¿Ah, sí?— ríe.— ¿Y tú si que estás implicado al cien por cien en esto?— frunzo mi ceño.— No creo que tú estés en posición de juzgar los actos de nadie y menos a tu jefe, pero claro, la culpa es mía por no ver antes que la puta de tu novia te ha lavado el cerebro.
Le mato. Acaba de firmar su sentencia de muerte.
Con todas mis fuerzas, a pesar de saber que esto me traerá muchos problemas, le pego un puñetazo en la cara, haciendo que Roy retroceda unos pasos, los suficientes como para coger impulso y devolverme el golpe, tirándome al suelo sin verlo venir.
