Capítulo 2: RED

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Dallas estacionó el coche a la puerta de un edificio que parecía estar cayéndose a pedazos.
Debajo de la imponente construcción había un lugar que cubría casi la mitad de la pequeña manzana, era una locura lo lujoso que parecía en comparación al resto de la estructura que se erguía sobre él.
Sus puertas eran de vidrio; Apenas si se podía ver algo de la luz de adentro, roja, como rezaba el nombre en el cartel luminoso. Miré casi hipnotizada la parte superior del edificio en el que seguramente se encontraban mis hermanos jugando a algún juego en la consola o viendo películas antiguas de ciencia ficción.

Dallas compró el edificio hace cuatro años depositando en él todo el dinero que papá había recaudado para poder pagarle una universidad medianamente decente. De más está decir que él no se lo tomó muy bien.
Mi hermano mayor siempre había creído en este viejo edificio y aunque todos pensábamos que se había vuelto loco, el tiempo y dedicación que puso en este local dió finalmente sus frutos. Hace aproximadamente un año, la gente de la ciudad comenzó a reconocer su estilo y su gracia, no hay mucha gente en esta ciudad que a día de hoy no haya ido por lo menos una vez a RED.

- Así que esto es RED... ya veo por qué papá no está muy apegado a la idea, parece un prostíbulo Dallas.

Mi hermano soltó un resoplido y se agarró del volante con innecesaria fuerza. RED era como su bebé, y Dallas odiaba que hablaran mal de su bebé.

-Llevaré tus cosas adentro, me tomará un tiempo, no son tantas pero algunas pesan como si cargaras cadáveres. Si quieres subir, adelante, pero te recomiendo que te des una vuelta antes. Toma algo de aire fresco, estira las piernas y prepárate para... lo que te espera.

¿Lo que me espera? Ni que no hubiera vivido con ellos anteriormente.
La casa seguramente era un descontrol, cosas tiradas por todos lados, ropa que jamás fue lavada, tenía una idea de lo que podría llegar a estar habitándola.
Bajé del auto con cuidado y haciendo equilibrio con la pesada mochila que cargaba en la espalda.

Me encaminé a la puerta sin más, era pequeña ya que se encontraba justo al lado del local. Saqué la llave que Dallas me había entregado de camino aquí de mi pantalón y me dije a mí misma que debería buscar un llavero porque de otra forma la perdería.

Cuando la coloqué en la rendija de la puerta creí que mi hermano me había dado una que no era, pues cuando terminé de darle la vuelta, la puerta no había abierto. Estaba trabada de lo roto que se encontraba el marco, tuve que darle un golpe de cadera para poder despegarla, y un segundo golpe para abrirla bruscamente. Mientras tanto, Dallas seguía matándose para bajar mis pesadas cajas del auto.

Al terminar con la puerta miré hacia adelante, decidida a encaminarme hacia lo que me esperaba.

 ¿Qué esperaba de un lugar como ese? La verdad es que no sé, pero lo que ví no era para nada alentador. 

Escaleras. Montones de escaleras.

Apoyé con cuidado la mochila en el suelo y recogí mi pelo en una cola de caballo, me guardé la llave en el bolsillo del pantalón nuevamente, tome mi pequeño equipaje entre los brazos y me encaminé hacia las larguísimas escaleras.

Estaba lista.



Amor se escribe con 'A' mayúsculaDär berättelser lever. Upptäck nu