Prólogo

40.7K 3K 310
                                    

Ser mujer era difícil.

Desde que salían del vientre materno, eran categorizadas como inferiores, sin mencionar que era un sexo poco deseado, sobre todo en las clases altas de las sociedades, puesto que se necesitaban herederos, hombres para que llevaran las empresas, los títulos e incluso la voz del pueblo.

Sí se tenía la pesada carga de ser mujer, la única solución para sobrevivir, era ser perfecta, tan perfecta como los hombres lo dictaminaran y eso era fácil; se debía ser sumisa, hermosa y qué mejor sí tenía una buena dote.

No debían abrir la boca si no se les llamaba, no tenían por qué aprender a leer, escribir o contar ¿Para qué necesitaban pensar? Eran seres dependientes del hombre y enviadas al mundo solo para almacenar en su vientre a los futuros herederos o trabajadores.

Para Giorgiana, todo lo anterior no eran más que tonterías, a pesar de ser la hija mayor de los Charpentier, acaudalados personajes de Francia, ella no podía desentonar más con lo que una mujer rica y refinada debía de ser. A temprana edad se había dado cuenta que ella jamás encajaría en lo que se esperaba de una mujer, con tan solo once años había demostrado tener un carácter difícil de llevar, complicada de complacer, demasiado curiosa y se negaba a estarse quieta.

La mayor de los Charpentier había roto esquemas de señorita ideal en su primera temporada en sociedad, puesto que, a pesar de su belleza, la joven se negaba a aceptar caballeros, puesto que decía que no deseaba casarse, lo cual era poco ordinario en una mujer; para ellas su único ideal era casarse y entre más joven lo hiciera, mejor.

No conforme con las habladurías alrededor de ella, Giorgiana había escapado de su casa y con solo dieciocho años, había viajado por el mundo y se había enamorado de esa libertad, ese viaje le había cambiado la vida, jamás volvió a sentir Francia como su única casa, ella pertenecía al mundo y no se concebía a sí misma encadenada a un esposo o a los hijos que pudiera darle.

Por esa razón había decidido separarse de sus padres a pesar de que amaba a su familia, había deseado quitarse cualquier estigma de mujer rica y se convirtió en una mujer más del mundo. Sería libre hasta que pudiera, viajaría a donde quisiera y algo que tenía en mente desde hacía años, era que deseaba tener su propio negocio, no le importaba cuanto tardara o cuánto tiempo le llevara realizarlo.

Giorgiana ya no era una niña, había pasado como si nada la edad en la que toda mujer decente debía de casarse y ella apenas lo notaba. La joven aún no estaba preparada para recorrer un altar, seguía teniendo sueños e ilusiones que cumplir antes de siquiera pensar en matrimonio.


Una dama indomable (Saga Los Bermont 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora