14. Las promesas, son promesas.

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Bueeeeeeeeeeeeno, aquí les vengo con otro regalo. Como verán subi dos capitulos cortitos seguidos, ya entre el fin de semana subiré un capitulo más largo. Me entusiasma como muchos tratan de adivinar que pasará, que es Harry y todas esas cosas.... Bueno, besotes y nos leemos luego<3 comenten y voten si les gusto el cap.

Les aviso con antisipo que pienso agregar más romances al fic: aparecera un poco de Ziam y Ziall. Y bueno ustedes pueden dejar en los comentarios cualquier otro romance que les gustaría que apareciera.

El airé era denso y frío, tanto que me congelaba con solo el roce en mi piel, Louis en un intento por mantenerme en calor me abrazo, pero era inútil, el solo provocaba más frío del que sentía. Quitó sus brazos en seguida y se alejó, alce el rostro casi con un puchero en mis labios por la carencia de su tacto. Louis solo miro a Liam quien se encogió de hombros y le susurró algo que hasta yo pude oír. “No le diré a nadie, hombre” y luego eso dio instintivas palmaditas sobre la espalda del ojiazul.

Yo aún permanecía en un estado crítico a causa del veneno de licántropo, por lo cual aún tenía alucinaciones. En uno de mis momentos de peor estado creí ver un elefante azul cantando rancheras. Louis dijo que dentro de unas horas los efectos colaterales pasarían y me sentiría mejor. Pero yo ya me sentía bien en su compañía, aun con el hecho de haber casi agonizado hace un rato. Sentía una molestia en el pecho y sabía quién era el causante de eso, tenía que saber que significaba que yo fuera compatible con aquel veneno. Los había escuchado hablar hacer un rato mientras fingía estar dormido, y luego de eso descubrí dos cosas: 1. No se llevan bien. 2. Hay algo raro en mí ADN.

Espere el momento adecuado, y cuando tanto Louis como Liam estaban sentados a mi lado dije— ¿Qué significa que el veneno sea compatible con mi cuerpo?

Louis se apegó a mí y dejo caricias sobre mi mata de rizos. Cerré los ojos y disfrute de su roce, y entonces cuando este paro, sentí miedo. Ese miedo que te da cuando tu madre te deja en el colegio el primer día de clases. Tenía miedo que desapareciera otra vez y me abandonara, ya lo había hecho, ¿Qué lo detendría ahora? —Lou… —susurré aun con los ojos cerrados mientras corría mi rostro de nuevo hacia sus manos. Este pareció comprender y en cosa de segundos ya se encontraba acariciando mi rostro y mis cabellos alborotados.

—Te gusta romper las reglas, eh Tomlinson—dijo Liam a no mucha distancia. El castaño solo provoco que el ojiazul intensificara sus caricias y atrajera mi cuerpo al suyo para rodearme con sus fuertes brazos.

Me encanta. —susurró él.

Sin mentir, estaba disfrutando de esto. Había pasado meses sin su compañía, me la había pasado meses soñando con este momento, porque si algo tenía claro era que me estoy enamorando de un monstruo. Cada caricia que el dejaba sobre mi piel sería una dolorosa cicatriz cuando el partiera, una de esas cicatrices que te marcan para toda la vida. Porque quisiera o no, Louis cambio mi vida, él me enseñó que lo imposible puede ser posible. Trate de imaginar formas para tolerar su ausencia cuando todo esto acabará, quizás podría dedicarme a escribir, o tal vez a la música, algo que me mantuviera la mente ocupada para no pensar en él, porque si eso pasa sé que volveré a ensimismarme en encontrarlo, en volver a verlo, idearía una forma para lograrlo, arriesgando así o no mi vida. No me importaría el peligro si eso me lleva hacia él.

—No te abandonaré… deja de pensar en eso, por favor. —su voz suave como el terciopelo irrumpió entre mis pensamientos y me obligo a pisar tierra. Me enderece y entonces el zafiro y el esmeralda se encontraron en una lucha por decidir qué era lo correcto y que no.

—Por favor, no lo vuelvas a hacer… —dije mientras me deleitaba con sus finos y rosados labios, batallando para mantener la poca cordura que aún me quedaba, oculté el rostro en el hueco de su cuello y este puso su barbilla sobre mi mollera.

—Solo quería mantenerte a salvo—murmuró, su frío aliento me provoco un fuerte escalofrío. Éramos completamente opuestos. Yo era cálido, él era frío. Yo hacía lo posible por mantenerlo a mi lado, él por alejarse. Yo estaba perdidamente enamorado, él no.

Prométemelo Lou… prométeme que no volverás a dejarme…

 

Me removí entre las colchas mientras el recuerdo de un “Lo prometo” invadía mis sueños. Cuando volví a abrir mis orbes verdes ya no estaba en el bosque, estaba en mi habitación. Los fuertes brazos de Louis fueron remplazados por un par de frazadas, y su cuerpo por una cama. Sentí un vació en mi pecho que no pude explicar. Jale de la mata de rizos exasperado mientras trataba de recordar cómo había llegado hasta aquí. Una suave brisa primaveral se coló por mi ventana abierta e inundo mis fosas nasales con olor a fresas y vallas. De seguro Louis me había venido a dejar, y como siempre se fue por la ventana. Me sentí un idiota por creer en las palabras del castaño, por creer que no desaparecería. Era un imbécil por extrañarlo tanto.

Me levante con brusquedad y fui a mi armario. Me quite las prendas sucias y rotas que cargaba y las remplace por un pantalón ajustado y una sudadera. Saqué un sweater y me lo coloque para tapar el vendaje de mi brazo. Lo último que quería era que mi madre se enterara de todo lo que paso dentro de estos dos días.

Baje las escaleras a saltos para llegar a la cocina y darle los buenos días a Ane, pero ni ella ni mi desayuno estaban allí. Mierda. Las tripas me rugían con ferocidad, pero no había ni pan ni fruta sobre la mesa.

—En serio mamá, paso dos noches afuera y tú decides salir justo cuando llego? —refunfuñé caminando hacía la entrada. Tome mis botas, me las coloqué y saque un juego de llaves. Con el entrecejo fruncido camine hacia la puerta, tome el pomo y lo giré, pero alguien ya lo había girado del otro lado.

La puerta se abrió con un click y pude ver tras ella a mi madre cargada de bolsas y otras cosas. Trate de ayudarla pero quede desconcertado al ver quien la acompañaba.

— ¿Pensabas ir a algún lado, cariño? —acarició mi rostro y se coló hacia la cocina. Yo me quede parado como idiota, mirando al chico que se encontraba detrás de ella hace un momento. El alma se me cayó al piso al escuchar su voz.

— ¿Creíste que te había vuelto a abandonar?

Louis sonrió y se coló hacia la cocina con mi madre para ayudarla con el desayuno. 

Forbidden ~ Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora