Capítulo 31: El Festival de la Unión

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-Bienvenidos al torneo del Festival de la Unión-dijo con un entusiasmo fingido el director Izuka. Pálido y demacrado, Izuka parecía estar apunto de desfallacer. -Me enorgullece ver a tantos jóvenes magos luchar por la gloria y el honor. Por el poder. Por demostrar su valía a sí mismos y a los demás.

>>Vosotros pronto llevareís adelante el futuro y responsabilidades de vuestros reinos y naciones. Hoy tenéis la oportunidad de vencer a vuestros amigos y enemigos, y de ganar su honor y respeto. Hoy pelearán futuros grandes señores, hijos de valientes caballeros y jóvenes nobles con mucho que demostrar. Pero también tenemos luchando por la gloria a hijos de caballeros caídos en desgracia, simples pueblerinos que han gastado todos sus ahorrar para poder estar entre nosotros e hijos bastardos de poderosos señores que no quieren dejar a la sangre de su sangre trabajando en las cuadras o campos de cualquier campesino. Hoy todos son un igual. La sangre por la sangre. ¿No es maravilloso?
Los alumnos más belicosos aclamaron estas palabras con aplausos y cánticos, pero la mayoría se mantuvieron impertérritos. El objetivo del Festival de la Unión distaba mucho de aquellas palabras que el director había pronunciado.

-¡Que de comienzo el torneo!-finalizó volviendo a su asiento. Esta vez el aplauso fue mucho mayor, y el público pareció animarse de nuevo. Hasta ese momento no me había dado cuenta, pero el asiento al lado del director estaba vacío. Knox no había vuelto aún.
En cuanto Izuka estuvo sentado el maestro superior Caparoja Daeros cogió el amplificador y dictó varias normas:
-¡Atención! Estas son las reglas del torneo para los alumnos de primer y segundo año. Los participantes lucharán por orden de curso, empezando por los de primer año y acabando por los de sexto. Los combates se decidirán por sorteo, según un número que os será asignado junto con vuestra respectiva joya de seguridad. En la primera ronda se peleará contra tres oponentes distintos, y solo avanzaran en la siguiente ronda los que cuenten con un balance positivo. En la segunda ronda se seguirá el mismo procedimiento, y en la tercera los luchadores se repartirán en cuatro grupos y lucharan entre los integrantes del mismo. Los cuatro mejores serán los cuatro finalistas, donde se hará un último sorteo y se celebrarán las semifinales y finales. El ganador del combate será el primero que consiga activar un mínimo de una vez y una máximo de cinco la joya protectora del rival.

Un luchador perderá el combates automáticamente si cruza la línea divisoria, si sale de su carril por más de diez segundos o si se comprueba que uno de participantes ha tomado tónicos potenciadores.

Cómo los alumnos mayores empezaban mucho más tarde todos fueron a ocupar las ya de por sí abarrotadas gradas. Con todo, aún quedamos más de un centenar de luchadores en la arena, la mayoría Caparoja. De hecho, a parte de mis compañeros de Técnicas de lucha alternativa como Willbur y Thomas solo había un par de Capaverde que no conocía. En representación de los Capaazul soloestábamoss Tariq'Karodan, Wallace y yo. Por contra no había un solo Capalmalva entre los alumnos de primero, lo cual era de esperar. Los jueces que se encontraban en la arena empezaron a repartir los colgantes, cada uno con un número grabado en él.
-Estoy va a estar tirado-dijo Nime con seguridad mientras esperábamos nuestro número.
Nolan asintió con la cabeza, mirando a los demás luchadores con los brazos cruzados.

-Solo unos pocos han conseguido aprender a levantar barreras, así que no deberían representar ningún problema.
Ambos eran Caparoja, así que conocían el potencial de la mayoría de nuestros rivales.
-Vais a comeros vuestros palabras, idiotas-dijo una voz detrás nuestro.
Fe'Nam se encontraba de brazos cruzados, similar a la posición de Nolan. Se había pintado la cara, brazos y piernas con intensos tonos de rojo y blanco, tal como hacían varias tribus de los magos de fuego Lanson.
-¿Qué haces con esas pintas?¿Acaso te averguenzas de ser un Monardo?-se burló Nolan.
-No hay mayor virtud en un luchador que reconocer el poder de un gran rival-respondió el Monardo con calma-. Y olvidáis que las tribus Lanson más poderosa son las formadas por Monardos. Ellos son el terror de las praderas.

Crónicas del aprendiz de Mago: El temor del hechicero oscuroWhere stories live. Discover now