Capítulo 18: Paso a paso

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La mañana siguiente me desperté, me vestí, y me asomé a la ventana para disfrutar  del paisaje, esperando a que Johan estuviera listo. Mientras observaba a los dormidos estudiantes me di cuenta que aquello sería parte de mi rutina.
Estaba mirando el horizonte, detrás detrás de las banderas ondeantes del Coliseo, cuando de pronto un reflejo me dio en los ojos. Giré la mirada hacía el origen y me encontré una sorpresa Una chica con el pelo corto de color castaño de primer año había abierto la ventana de su habitación, y los cristales habían sido la causa del reflejo de la luz.
Lo más increíble era  que la chica iba completamente desnuda de cintura para arriba.
Me la quede mirando totalmente embobado. Apenas le veía la cara pero si podía ver el resto de su cuerpo. La chica se estaba vistiendo de espaldas a mi, sin darse cuenta de mi presencia. En un movimiento para coger algo del suelo me vio y cerró rápidamente la ventana.
 -¿Qué te pasa? Estás rojo como un tomate-dijo Johan distraído mientras se desperezaba.
Me aparté rápidamente de la ventana. Un movimiento realmente sospechoso, pero Johan estaba demasiado dormido como para darse cuenta.

 -¿Cómo tienes el brazo?-pregunté.
 -Genial. Creo que incluso lo tengo mejor que antes.

Johan hacía movimientos exagerados mientras se vestía, como queriendo dar más veracidad a sus palabras.
 -¿Hoy también tienes clase con lord Korver?
 -Solo los jueves descansamos-explicó Johan-. Y con descansar me refiero a que hacemos una hora menos. Es horrible.
Estuve a punto de reprocharle por no haberse unido a los Capaverdes, tal como había dicho hacía tiempo. Pero sabía que aquello no iba a ayudar a mejorar las cosas.
 -Estoy seguro de que tarde o temprano acabarás alcanzando el mismo nivel que el de los demás.

Johan se calzó las botas y se puso de pie.
 -¿Alcanzando? Que poca fe tienes en mi-dijo fingiendo decepción-. Anda, vamos a desayunar.
Fuimos a desayunar y nos sentamos con nuestros amigos. Miré disimuladamente por si veía la chica de la ventana, pero no me pareció reconocerla.
 -¿Donde esta Nime?-preguntó Johan.
 -Estaba molida. He ido a avisar a una de las Capaverde de tercer grado que aún se encontraba en el edificio y ésta ha ido a ayudarle-respondió Marion.
 -Nime es una auténtica guerrera, pero su falta de tamaño y fuerza le obligaron a moverse con mucha rapidez y a dar golpes veloces pero débiles. Ella es la única chica del grupo, por lo que sus desventajas son obvias-explicó Nolan, como si él fuera un auténtico experto en lucha.- Hoy volveremos a realizar varios combates como los de ayer. Al parecer lord Korver quiere reorganizar los grupos. Literalmente dijo que le importaba una mierda quien tuviera mayor nota en el examen, y que él creará los grupos según nuestros dotes de lucha.
Johan cogió su jarra llena de cerveza y se la bebió de un trago.
 -No voy a dejar que me partan otra vez un brazo por culpa de aquél idiota-dijo Johan con los ojos llenos de rabia. Pero los sentimientos de Johan a menudo se alejaban de sus palabras y acciones-. Creo que me dejaré perder y así estaré en el último grupo. Allí seguro que brillo y podré estar lejos de ese maniaco.
 -No creo que sea buena idea-opinó en cambio Nolan-. Lord Korver no se las anda con chiquitas. Seguro que dará órdenes para tratar a los del último grupo con más dureza que a los demás.
 -Odio lo tremendamente lógico que suena eso. Tal vez tengas razón-coincidió Johan- Maldita sea, espero que hoy no me toque con un Monardo entonces. Prefiero mil veces a uno de esos debiluchos Eorian.
Parecía que Nolan iba a decir algo, pero finalmente se encogió de hombros y siguió comiendo sus salchichas.
 -¡Tu!¡Date la vuelta, mirón!
Sin darme tiempo a reaccionar una mano me dio un fuerte empujón y me gire de inmediato. Reconocí a la chica que había visto en la ventana.
 -Vaya...¡Hola!-dije ruborizándome.
 -¿Cómo que “hola”?-exclamó la chica, poniéndose colorada de rabia- ¡Eres un cerdo! Deberías pedirme perdón.
 -¡No! Solo a sido casualidad, de verdad. No quería verte los pechos ni nada por el estilo.
Estaba tan nervioso que dije aquello demasiado alto. Un estallido de carcajadas inundó la Cantina y la chica se puso aún más roja.
 -¡Ah, así que era eso! ¿Por que no me avisaste?-me preguntó Johan. Repasó con la mirada el cuerpo de la chica y pareció darle su visto bueno.
 -¡Pero bueno! ¿Que os pasa a vosotros dos? Uno me espía y el otro se queja porque no le ha avisado. ¿Cómo habéis conseguido sobrevivir en un mundo civilizado?
Eso me dolió. Johan era mi mejor amigo, pero no me gustaba que alguien me viera capaz de hacer lo mismo que él.
 -De verdad que todo ha sido un error. Lo siento.
 -Ojala yo hubiera cometido ese mismo error-añadió Johan, divertido.
La cantina se volvió a llenar de risas. El rostro de la chica mostraba el reflejo de la rabia y el odio más puro.
 -No deberías decir esas cosas-dijo Marion, mirando con el ceño fruncido a Johan. Éste tuvo la decencia de borrar la sonrisa de su cara y bajar la mirada, como si aquello no fuera con él-. Roshe, tranquilízate. Balwind es un buen chico, nunca haría nada así, de verdad. Si lo hubieras dicho de otro-Marion volvió a mirar a Johan con el ceño fruncido-. Pero creeme, siendo Balwind debe haber sido un error.
La chica miró a Marion y luego a mi. Inspiró hondo y habló algo más calmada.
 -Esta bien, confiare en tu palabra, Marion. Espero que esto no vuelva a repetirse-sentenció Roshe. Luego dio media vuelta y se fue a otra mesa.
 -Esa chica tiene carácter. Me gusta-dijo Johan con alegría.
Fue uno de los cientos de comentarios que Johan decía habitualmente, pero una sombra cubrió el rostro de Nolan.
 -Gracias por ayudarme-dije a Marion- ¿De que la conoces?
 -Es otra de las chicas Capaverde de primero, pero lo cierto es que yo ya la conocía de antes. Roshe es hija de Celas, el Capaverde a nuestro servicio y hombre de confianza de mi padre. Con todo, no conozca mucho más sobre ella, aunque en Frisia su nombre siempre se encontraba entre las malas lenguas. Espero que su mala fama no haya llegado hasta aquí.
 -¿A qué te refieres?-dije sin entenderlo muy bien.

Crónicas del aprendiz de Mago: El temor del hechicero oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora