Capitulo 13. El joven de corazón noble

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-Yo no quiero jugar…- refunfuño el hijo de Bella sentándose en el suelo de brazos cruzados tratando de verse firme… pero solo se veía adorable

-Yo tampoco…- dijo el otro imitando la posición del menor

Jay resoplo y rodo los ojos balanceándose en el árbol del que había bajado y había vuelto a subir –son unos llorones… ¿entonces qué hacemos?- hizo una mueca mientras se paraba de cabeza en aquella rama

-No se…- suspiro el menor de los tres tallándose los ojos –yo quiero ir con mi mami a tomar lechita con galletitas…- murmuro mientras sus mejillas se tornaban rojizas

-No te vayas Ben, ¿Por qué no solo platicamos y traemos algo para comer? Este lugar es agradable- propuso Archie a lo que los otros dos accedieron; fueron a la cocina robándose tres vasos de jugo y una bandeja de galletas recién horneadas y sin más se sentaron en aquel bello jardín donde los rayos cálidos del sol daban perfectamente junto a la sombra, un lugar perfecto.

Los sirvientes luego también llegaron acomodando en tiempo record una mesa y sillas blancas para que los reyes tomaran el té, junto a postres franceses tradicionales pues aquellos reyes querían salir ya que era un hermoso día en el reino de Versalles.

Salieron para tomar asiento en aquella decorada mesa repleta de postres al otro lado del jardín del que se encontraban sus pequeños comiendo galletas.

El rey de aquel reino llego con un adormilado Carlos que se tallaba los ojos mientras su padre le tomaba de su manita, Carlos parecía haber sido obligado a despertar y convivir con aquellos pequeños pues pronto aquel castaño rey se acercó a ellos con su hijo detrás de él abrazando su pierna tratando de no mirarles.

-Cariño no seas tímido…- susurro el Rey empujándole levemente de la espalda separándolo de su pierna, el menor miraba asustado a aquellos reyes y a sus hijos, aunque estaba acostumbrado a tener mucha gente en su hogar saber que aquellos eran sus pretendientes cambiaba todo, le hacía sentir intrigado y asustado –Recuerda debes convivir con ellos porque cuando seas grande alguno de ellos será tu esposo y te hará muy feliz, y vivirán felices para siempre… pero tienes que hablar con ellos desde ahora ¿puedes amor?- pregunto mirándole tiernamente a lo que el pequeño asintió con sus pecosas mejillas sonrojadas

El rey sonrió y dejo a su pequeño hijo con el pequeño grupo de niños que le miraban con una ceja alzada sin dejar de comer… salvo Ben, el espero hasta que el rey se fuera para seguir comiendo

El niño de rizos bicolores se mantenía parado encogido de hombros mirando sus zapatos como si fuesen lo más interesante del mundo, mientras movía sus dedos nerviosamente y su sonrojo llegaba de sus mofletes hasta sus orejas.

Los niños se miraron entre si y asintieron,  Ben se levantó y le tomo de la mano para dirigirle para sentarse con ellos pero Carlos removió asustado su mano antes de que pudiera tomarla, Ben le sonrió –No temas, soy Ben ¿Recuerdas? no te hare daño… ven a sentarte con nosotros- tendió su mano y Carlos la tomo gustoso, yendo a sentarse hasta donde se encontraban los otros pequeños que resultaban ser sus prometidos. Ben volvió a sonreír y pregunto -¿Quieres jugo?- levanto su vaso con dicho liquido hacia él, pero el menor negó con la cabeza -¿Quieres algo de beber?- pregunto esta vez mirándole fijamente

-Teshito...- murmuro el pequeño señalando la tetera de porcelana en la mesa de sus padres

Ben sonrió -¡Yo voy por el!- y se fue corriendo por dicha bebida hasta la mesa de los monarcas donde el Rey Johan servía un poco de té en una taza entrenadora

Los rosados labios de Carlos se mantenían sellados durante todo el rato, Jay ladeo la cabeza logrando que varias de las migajas que estaban en sus mejillas cayeran y pregunto -¿Por qué estás tan asustado?- el niño no contesto solo se encogió de hombros -Tranquilo nosotros no somos hijos de villanos... no tienes por qué temer somos niños buenos- trato de confortarle logrando que aquellos enormes ojos chocolate le miraran con esperanza ante que lo dicho era cierto y todo estaría bien

The PrinceWhere stories live. Discover now