Capítulo 12

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Desperté pasado medio día con un cosquilleo bajo mi nariz. Me incorporé y estornudé repetidsmente hasta identificar la razón. Frente a mi se encontraba mi hermano menor con una pluma en la mano. Sabía que era demasiado tarde como para molestarme por la interrupción del sueño aunque ganas no me faltaron.

-- ¿Qué quieres? -- Murmuré. Diego tenía el pelo de un tono entre verde y azul. Al mirar mi cuerpo noté que estaba vestida completamente todavía y sentía que los jeans me estaban oprimiendo.

-- Vamos a ir al centro comercial. Me dijeron que si no te levantas ahora mismo te quedarás tirada y sola por el resto de la tarde -- Dijo. Gemí. No podía creer que aún después de haberse acostado mucho más tarde que yo parecía estar cargado de energía.

-- Prefiero quedarme en casa hoy -- Murmuré. Me incorporé para llegar a mi armario. Tomé unos pantalones cortos y una camisa holgada. Fui hacia la puerta de mi cuarto y la Mantuve abierta para despachar a mi hermano menor -- Me iré a duchar.

-- Mamá hizo lasaña. Hay un poco junto al fregadero para calentar -- Informó antes de dar media vuelta y trotar al primer piso de la casa.

Dentro del baño tomé una muy larga y relajante ducha. Media hora después recién estaba vistiéndome. Mi teléfono sonó. Alexander me estaba llamando. Apreté el botón de contestar y sujeté el móvil entre mi hombro y oído mientras con mis manos abrochaba mis zapatillas.

-- Hey -- Saludé más animadamente de lo que realmente me sentía -- ¿Cómo van las cosas?

-- Fatal. Lo siento mucho, Karma, pero tengo al menos una semana tan ocupado que no podré salir de casa. El "Asunto" está más complicado que antes -- Se quejó. No me sorprendió que no pudiera verme. Sabía que sería así, pero eso no significó que no doliera al sentir como el último rayo de esperanza desaparecía lentamente. Pero sonreí.

-- No te preocupes -- Lo tranquilicé -- Se que tienes mucho trabajo. Gracias por llamar.

--¡Espera! -- Estaba por cortar la llamada pero volví a poner el dispositivo en mi oreja esperando que hablara -- Necesito que vengas mañana a la cena -- Pidió -- A la casa de la manada. Es por lo que dije de ti siendo mi novia. Estoy seguro que podría ganar un poco de tiempo si te escuchan hablar, puedes ser realmente convincente.

-- Me debes realmente una grande -- Que jamás tendrás tiempo de pagar -- Pero vale. Sólo envía un texto con la hora y estaré allí contigo.

-- Cómo te quiero -- Murmuró -- Muchas gracias. Nos vemos.

-- Vale -- Susurré. Y luego apreté el botón rojo cortando la llamada

Al menos tenía la esperanza de pasar un buen día por lo que quedaba de la tarde con mi familia el centro comercial. Pero cuando llegué al primer piso -que esperaba encontrar desierto -vi a mi hermano menor arreglando una mochila rápidamente. Quise dar media vuelta y no hacer caso a su precencia, pero como la mayor en el lugar sabía que mamá me mataría si decidiera ignorar que probablemente estaba tramando algo.

-- ¿Dónde crees que vas? -- Pregunté poniéndome justo frente a él. Mantuve mi posición firme a pesar que mi hermano era mucho más grande que yo y más intimidante.

-- Saldré con unos amigos. Volveré antes que nuestra familia -- Informó. Me incliné y tomé sus cosas. Comencé a examinar las cosas que había decidir empacar. La mitad de la mochila estaba siendo ocupada con botellas de licor y la otra mitad con cosas que usarías para entrar a la fuerza a un lugar. No parecía que sus amigos tuvieran las mejores intenciones.

-- No vas a ir a ningún lado sin permiso -- Decreté, haciendo por primera vez mi papel de hermana mayor. Él inmediatamente pareció muy indignado. Se levantó dejando claro que es más grande que yo. Pero no retrocedí.

-- ¿Quién crees que eres para decirme lo que puedo o no hacer? Yo se que cubres a Thomas cuando sale a escondidas. Pero si yo quiero hacer lo mismo en vez de ayudarme me lo prohíbes -- Se quejó. Thomas no lleva cuchillos, alicates y cuerdas en su mochila, pensé. Probablemente mi hermano del medio sólo llevaba unos condones de los paquetes escondidos bajo el colchón de la cama.

-- Thomas es mayor que tu, es más responsable, maduro y no se mete en problemas -- Expliqué. Y también tenía mejor sentido común y no se metería en un lugar prohibido. Pero Diego si-- Quédate en casa. Si sales llamaré a mamá y le diré. Van a molestarse mucho contigo.

-- Ellos no se molestan cuando tu sales de casa.

-- Antes lo hacían. Pero ahora que soy mayor de edad, universitaria y vivo sola durante la temporada de estudio saben que yo se valerme por mi cuenta y no tengo problemas. Pero tu no. Tienes problemas donde sea que vayas, Diego.

-- ¿En serio esperas que te obedezca? Es molesto que me trates como problemático. Y no puedes darme órdenes, Karma. No eres nada mío y no tengo por que hacer lo que dices. Hoy saldré, me divertiré y espero que cuando regrese no me espere una bronca. Todos sabemos que ocultas cosas que sólo compartes con Alexander y no nos metemos en tus asuntos. Al menos respeta que yo también tengo cosas en las que no te quiero.

Diego comenzó a caminar a la puerta. Lo detuve a centímetros de que pusiera su mano en la cerradura.

-- Yo soy tu maldita hermana mayor -- Vale, me estaba comenzando a irritar de verdad -- Y no pongas un sólo pie fuera de esta casa.

-- No eres mi hermana. Eres mi media hermana -- Corrigió -- Recuerda que mi papá no es tuyo. Thomas es mi hermano mayor, tu no. Y sólo a mamá, papá o Thomas les escucharía. Vienes a casa unos pocos días al año y a penas te conozco, pero aun así pareces creer que debo hacer lo que dices, pero no es así, tu no puedes darme órdenes. Nuestra sangre es muy diferente, no somos realmente hermanos. Puedes querer sentirte parte de esta familia, pero no es así. Sólo somos nosotros cuatro y nos gusta así.

La furia se fue tan rápido como la tristeza llegó. Él me dio un golpe muy bajo después de pasar toda una infancia intentando buscar un lugar al cual pertenecer en medio de dos mundos. Mamá era humana pero encajaba perfectamente con los lobos. En cambio yo sólo con Alexander y ahora lo estaba perdiendo. Siempre desee que David fuese mi papá biológico y pensaba en el como uno, pero él tenía razón. No lo era. Y por fin podía ver las cosas como Diego realmente lo hacía.

-- Lo siento tanto -- Diego se acercó a mi rápidamente pero me aparté. Por muy joven que fuera él debía comenzar a controlar esa boca.

-- Ve con tus amigos -- Indiqué con voz cortante. Él me miró por unos segundos más y luego dio media vuelta y salió de casa. Yo subí a mi habitación y en mi maletas puse mis cosas. Empaqué como suelo hacerlo para ir a la Universidad. Estaba realmente muy molesta con Diego y no pensaba soportarlo bajo el mismo techo por más tiempo. Sólo en unas semanas comenzarían las clases y me iría. Sólo adelantaría un poco mi partida.

Me iría por unas semanas a vivir con en casa de Alexander. Sabía que su madre me recibiría como una hija más y me daría una habitación sin problemas. Aunque Alex estaría viviendo en la casa de la manada por un tiempo. Le envíe un mensaje a la mujer preguntando si podía ir allí, y como esperaba inmediatamente me respondió cariñosamente.

Llamé un taxi. Diez minutos después ya había dejado mi equipaje en el maletero y di las indicaciones para llegar a casa de Alexander. El hombre pareció un poco sorprendido al pedirle conducir directo hacia la profundidad del bosque por el único camino que lo cruzaba. No hizo preguntas cuando le pedí que se detuviera en un lugar desierto. Una vez que se fue caminé los quinientos metros hasta una linda casa escondida de los ojos curiosos por una espesa masa de árboles. Golpee la puerta. 


Pero en vez de ver una mujer, quien abrió fue Alexander.



Holaaaa, ¿Cómo están? Aquí mi reina del drama (Conocida como Karma) continúa con las suyas.

Bueno, les puedo prometer que el próximo capítulo se viene muy interesante <3 ya está escrito. Si alcanzamos  55 estrellitas y 10 comentarios subiré el miércoles:3 Si no el próximo domingo.

Bueno, es todo por hoy.

Los ama...

-Valerie

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