Capítulo 9

4.2K 468 16
                                    



Capítulo nueve



El sonido de una fotografía acompañado de la intensa acompañada de la repentina iluminación de un flash me despertó por la mañana. Muy desorientada me senté rápidamente. En el portal de la puerta de mi habitación se encontraba Diego con su cámara instantánea entre sus manos. Todavía sin poder pensar con claridad, lo vi adentrarse en mi habitación y dejar la instantánea bajo un libro en mi cómoda para que pudiera revelarse.


--¿Qué haces aquí? – Pregunté. El sol se filtraba a través de mi ventana. Cuando quise ponerme de pie recordé que tenía una maldita férula en mi tobillo. Me volví a recostar en la cama.


Alexander bostezó. Él también acababa de despertar. Le dio una mirada molesta a mi hermano, y este la ignoró por completo y se sentó en la silla frente mi escritorio. Desvié la mirada de él durante unos momentos para estirarme, y cuando mis ojos se encontraron de nuevo con Diego noté que su cabello tenía un color diferente a la noche anterior. Lo que realmente no era extraño, su cabello cambia de color tan constantemente que ya nadie se sorprende.


--Mamá pidió que los llevara para almorzar – Finalmente informó.


-- ¿Almorzar? ¿Qué hora es? – Alex preguntó, incorporándose y de paso tirando de todas las frazadas lejos de mi cuerpo. Me quejé y les di la espalda. Quería continuar durmiendo.


-- Van a ser las dos de la tarde, Alex. Se han perdido el delicioso desayuno – Mi hermano dijo, sin mucho ánimo – Y es hora de que ustedes finalmente se levanten – Luego de eso él salió de la habitación, pude escuchar el eco de sus pasos en la escalera. Yo cerré mis ojos, dispuesta a continuar durmiendo.


-- ¿Karma? – Alex preguntó, moviendo mi hombro -- ¿En serio vas a volver a dormir?


-- Ajá.


No me moví. Pero no pasó demasiado tiempo hasta que sentí que me alejaban de mi suave colchón. A regañadientes, abrí mis ojos. Alex me estaba llevando hacia el baño el pasillo. Me dejó sentada en la orilla de la tina.


--Iré por tu ropa, y cuando regrese quiero que estés duchándote – Indicó. Lo miré mal. Alex salió del cuarto de baño y sabiendo que hablaba en serio me apresuré en sacar la férula de mi pie y entrar en la tina. Cerré la cortina y encendí la llave. El agua, el primer momento, salió extremadamente fría, lo suficiente para ponerme en estado de alerta, y poco a poco fue temperándose hasta tener una temperatura agradable.


Unos minutos después Alex entró al baño y dejó mi ropa sobre el lavabo y mi toalla junto a la ducha para que pudiera alcanzarla. Muy pocos amigos hacen este tipo de cosas, y esa es la razón por la cual estoy segura que nosotros somos uno en un millón.


Mi tobillo dolía demasiado todavía, por lo que tuve que apoyarme para conseguir salir de la ducha. Me sequé rápidamente para poder poner la bota en mi pie herido. Aunque no quisiera admitirlo, me sentía mejor con ella puesta. Luego comencé a vestirme. Definitivamente resultó un poco incómodo que Alex hubiera buscado incluso entre mi ropa interior para pasarme bragas y brasear. No lo mencionaría luego. Luego de vestirme solo me tomó unos minutos hacer todo lo que debía hacer antes de salir.

Behind the glassDonde viven las historias. Descúbrelo ahora