Capítulo 3

7.4K 693 50
                                    


Capítulo tres


--¿Vas a algún lado? – Pregunté a Thomas. Era casi medio día y mi madre había comenzado a preparar el almuerzo. Sólo había visto a Thomas para el desayuno, cuando tomó un plato y corrió a su habitación antes de que alguien lo obligara a comer con el resto de la familia. En primer lugar, pensé que se sentía enfermo. Pero ya no creía un poco en mi anterior teoría. Mi hermano se veía espléndidamente. Había bajado las escaleras oliendo al perfume que le regalé para su cumpleaños y arreglado como muy pocas veces lo había visto. Cuando escuchó mi voz dio un pequeño sobresalto y volteó hacia donde me encontraba sentada -- ¿Vas a quedarte callado o responder mi pregunta?

-- Sí, voy a salir – Contestó el muchacho encogiéndose de hombros – Adiós.

-- ¿Mamá sabe dónde estarás? – Pregunté. Junto a mí, Alexander enterró su codo en mis costillas para dejarlo ir de una vez. Lo ignoré, solo porque lo nervioso de Thomas me resultaba más divertido que una discusión con Alex. Mi madre no es realmente sobreprotectora, desde que tengo 16 he podido ir a cualquier lugar que desee siempre y cuando esté informada de donde me encuentro. Mis hermanos suelen olvidar que nuestra familia es realmente permisiva y más de una vez los había visto mientras intentaban salir por las ventanas de sus alcobas o cosas así. Incluso Alex una vez vio a Diego mientras intentaba salir por su ventana, y según su versión, incluso le había dado una mano.

--No, y tú no se lo dirás – Respondió, dando unos pasos hacia la puerta peo deteniéndose en el umbral de la puerta para intentar darme una mirada amenazadora. No le salió demasiado bien, pues pareció más una súplica -- ¿Verdad? – Una carcajada seca salió de mi boca al ver el cambio de actitud por parte del muchacho. Me limité a hacerle una señal para que se marchara de una vez. Suspirando, dio media vuelta cerrando suavemente la puerta detrás de él.

-- ¿Qué crees que hará? – Pregunté volteándome para quedar frente a Alex. Me encontraba acurrucada junto a él en el sofá de mi casa mirando una película que él había traído cuando llegó a mi casa hace una media hora. La mayor parte del tiempo habíamos estado hablando y ya que no siempre pausamos la película, estaba segura de que nos hemos perdido importantes escenas. Lo único que no había podido ignorar fueron los momentos en los que Logan Lerman estuvo frente a la cámara.

-- Déjalo, un muchacho de diecisiete tiene el derecho de mantener secretos – Dijo, encogiéndose de hombros y luego volviendo a presionar el botón de reproducir. La película volvió a tener movimiento y el sonido volvió a llegar a nuestros oídos. Después de que mi hermano se marchara, no volvimos a tener otra interrupción hasta después de que terminara la película y mi madre nos llamó a almorzar. Como generalmente pasa –a excepción de la mañana anterior- Alexander se comportó completamente encantador con toda mi familia. Me alegré de que nadie mencionara el pasado incidente, pues nosotros no habíamos siquiera intentando hablar sobre eso. Y al menos yo no tenía ganas de hacerlo. Mi madre no preguntó siquiera por el paradero de Thomas. Luego de que ayudáramos a mi madre a limpiar los platos y levantar la mesa.

-- Oye, Karma... -- Alex me dijo una vez que salimos de la cocina – Necesitamos hablar – Odié escuchar esas palabras, realmente eran las que más odiaba en nuestro idioma. Me pregunté que sería lo que lo había puesto de pronto a Alex tan... serio. Me limité a asentir manteniendo la neutralidad en mi rostro – Tal vez este no sea el mejor lugar para hacerlo.

-- Tienes razón – Con toda mi familia rondando a nuestro alrededor y pudiendo interrumpirnos en cualquier momento definitivamente no lo era. Lo guié hasta la puerta – Vamos a caminar un rato, ¿Está bien?

Él accedió. Salimos de mi casa en completo silencio y comenzamos a caminar hacia la zona rural de la ciudad. Vivir en el límite de la ciudad tiene ciertas ventajas, como el poder elegir si quiero estar envuelta entre una multitud de personas y rodeada por brillantes luces solo al comenzar a caminar hacia el norte o tomar el camino contrario para alejarme de la vida que acostumbro para integrarme en el bosque, donde además de tranquilidad un gran porcentaje de hombres lobos habían puesto sus hogares, solo para encontrarse más cerca de la casa paquete y tener la libertar de no tener que ocultar las diferencias con los seres humanos. La familia de Alex es un ejemplo de ellos. Él vive en una hermosa casita ubicada justo al medio de la nada, pero tanto sus padres como él adoran vivir ahí. Aunque Alex pase una gran parte de su día conmigo y no con sus padres.

Behind the glassDonde viven las historias. Descúbrelo ahora