El delicioso aroma de la tienda me recibe en cuanto entró, veo a una niña llorando intentando tomar una paleta mientras su mamá esta distraída coqueteando a el que atiende. Que zorra. Entro a la tienda y me voy a los refrigeradores para tomar un agua de sabor, voy hacia el mostrador y pago mientras la señora me ve con receló, la ignoro y tomó una paleta y se la doy a la niña que aún seguía llorando. Me retiro de la tienda con mi agua en manos y camino hacia mi trabajo.

Entró a mi trabajo, pronto el aroma que tanto me gusta oler llega a mis fosas nasales, veo como la linda chica Melissa también va llegando, mientras se pone un chaleco con el nombre de la tienda, se sorprende al verme y camina hacia a mi.

— ¡por dios, mujer! No te había visto —me da un leve empujón en el brazo y yo me río.

— Perdón, —me disculpo y señalo su chaleco— ¿yo también tendré que usar ese chaleco?

No era feo, pero se veía incomodo.

— ¡Oh, claro que no! Hasta tienes suerte, este solo lo usa quien cobra, tu llegabas una camiseta con el logo, nada más.

— Ah entonces esta bien, ¿hoy llega el jefe?

—No, solo dos días a la semana viene a ver el inventario, y para ver si todo esta como debe.

— Entonces a trabajar se ha dicho.

Es trabajo es sencillo a decir verdad, preguntas que desea, lo llevas donde esta el disco, van a caja y listo

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Es trabajo es sencillo a decir verdad, preguntas que desea, lo llevas donde esta el disco, van a caja y listo. Me ha ido bien, lo debo admitir pensé que seria difícil, claro que no falto el chico con las hormonas alborotadas pidiendo mi numero de celular o pidiendo y insistiendo alguna red social o de esos niños que cosa que agarraban, cosa que rompían. Tuve que obligar a una señora pagar por un disco que rompió su estúpido niño llorón y chiflado, dios odiaba tanto a esos niños.
La hora de la salida llegó, respire profundamente mientras veía al ultimo cliente salir de esta, le digo el típico “ que vuelva pronto ” y veo como desaparece de mi vista.

— ¿y que tal tu primer día? —Pregunta Melissa.

— De hecho bien, solo que me dolió la cabeza de tan sólo oír al mocoso. —me río levemente y la miro.

— ¡Lo sé! Deseaba con todas mis ganas aventarle un zapato en el rostro a ver si así se callaba.

— Por dios, y eso que estas embarazada, tendrás que acostumbrarte a esos berrinches.

— Ni creas, me encargare que sea un buen bebé.

El fuerte viento me congela hasta los huesos tan pronto que pongo un pie en el asfalto. Oigo detrás de mi como cierra la tienda, me la una mirada y se aleja al estacionamiento donde la espera su tío. Decido caminar rápido, hoy trabaje hasta las diez y ya era de noche, una que otra alma en las calles pero aún se sentía solitaria. Veo como una pareja sale de un bar y están casi cayéndose de lo ebrios que están
no puedo contener una pequeña risa mientras paso de largo de ellos.

Allyson: Después de mi primer amor [02]Where stories live. Discover now