Capítulo VIII : "Enjaulada totalmente"

172 23 12
                                    

Jaden:

La luz del día ya se traslucía por las cortinas de mi habitación, mientras yo había despertado hace un poco más de media hora. Las palabras de Jacob seguían dando vuelta en mi cabeza, aquellas palabras me dolieron como el demonio. Yo no quería decirle aquello, él no entendía. Él no me entendía. En fin, seguiré como siempre. Si se mete conmigo de nuevo ya verá quién es Jaden Reyd, y que mi puño pega más fuerte de lo que recordó.

Zanjé el tema que ya me tenía harta, así que comencé a vestirme con lo primero que encontré; una camisa gris, jeans desgastados y unos botines. El verano ya se estaba acabando, por lo que las mañanas eran un poco más frías, así que decidí hacerme un café.

Estaba en pleno proceso para cuando escuché que tocaban la puerta.

-¡Ya voy! – grité mientras dejaba el azúcar y la taza frente a la mesa del comedor.

-¿Quién será? – me preguntaba, era jodidamente temprano y la escuela comenzaba en unos 40 minutos más, eso creo.

Caminé por el living hasta llegar a la puerta, la abrí y vi al tonto más simpático que conozco.

-Hombre, ¿cómo estás? – lo invité a pasar, le pregunté si quería algo y noté que venía con unas rosas y unos bombones. Al ver aquello no pude contenerme.

-¿Así que estas en carrera de galán, Jay?, Espera… ¿es que quieres arruinar tu amistad con Drew y te vas a declarar? Yo lo sabía, espero que tengan buen futuro. – Era tan divertido burlarse de Jay, sólo nosotros comprendíamos nuestro humor y lejos de enojarnos sólo nos divertíamos.

-Ja já. Que divertida Jaden, mira la carcajada que causaste, por favor nota mi sarcasmo – decía Jay mientras se sentaba en el sillón que ocupamos hace una semana con Jacob, donde me besaba, me acariciaba de una forma que nadie antes lo había hecho. Ni siquiera James. La forma en que cuidaba cada detalle para que fuera perfecto, debí haberme imaginado que era virgen. Es que, ¡diablos! Ni siquiera lo tuve como opción, por eso la vez de la fiesta casi ni me tocó… todo cuadra. Comprendo que vivió casi sin vida social pero, no sé ¿es que no tenía alguna nana bien buena? Alguien con quien pudiera…

-¡JADEN! ¿Qué mierda te pasa? Te he dicho mil veces que he traído estas flores y chocolates para ti. Esa vez que tu príncipe-marica azul te trajo aquello estabas bastante contenta, así que quise traerte algo para que – pausó y se rascó la nuca con un gesto pensativo – No lo sé, sólo quería dártelo, toma.

Estaba absorta en mis pensamientos con Jacob, algo que hizo querer golpearme el cerebro por aquellos recuerdos y conclusiones, mientras Jay quería darme aquellas hermosas rosas naranjas y azules y los bombones que más me gustan.

Dios mío, es que este chico es perfecto no sé cómo no tiene novia… ah sí, ahora lo recuerdo, es un romántico, por lo tanto es un idiota. Siempre he discutido con Jay acerca de eso, tiene cientos de chicas a sus pies y él no sale con ninguna, es un caballero con todas, eso todos lo saben pero en cuanto a parejas… nunca le he visto ninguna, siempre le pregunto si le gusta alguien, pero todas las veces cambia el tema repentinamente. Creo que tiene a alguien en mente pero aún no me ha dicho quién, está bien, algún día me lo dirá.

-Gracias bobo – recibí los regalos y le di un afectuoso abrazo a Jay, necesitaba uno así.

Nos soltamos y Jay vio su móvil. Faltaban pocos minutos para entrar a clases y luego de un mes faltando a ellas necesitaba mantenerme al día, necesitaba la beca, saldría adelante. Por mi abuela.

 Las clases comenzaron normales, aunque me sentía el doble de incómoda que antes por la molestosa mirada de todos los presentes. Como si fuera un desagradable mounstro sin corazón, así y todo no es muy distinto a mí.

TormentasWhere stories live. Discover now