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Me levanto con la cabeza totalmente descolocada. Me voy. No puedo estar más en esta Iglesia. Sin decirle ni una palabra a la impresentable que tengo enfrente, cojo mi móvil y empiezo a caminar sin darme cuenta de lo mucho que la estaba cagando. Es mi momento, el momento en el que poder soltarle todo sin importarme nada.

-Supongo que nunca te importé demasiado.

-Sabes que no es así Álex.- y en este momento mis palabras se lanzan como cuchillos.

-Entonces explícame esto.- haciendo referencia al bebé rubio.

Lo mira y no puede contestar, parece que quiere pero algo superior a ella se lo impide.

-Álex, salir fuera era tu sueño...-

-¿Y a qué precio?¿Al precio de que tú pareja te deje sin explicaciones?¿De comerte la cabeza día tras día?¿De estar en la mierda porque no tuviste el valor de decírmelo hace un año? Venga va, no intentes justificarte porque no tienes la razón.

Una de las cosas que me enseñó los eternos años de derecho en la Universidad fue a saber controlar la situación siempre a mi favor y a saber hacer que la otra persona se sienta mal.

-Mira, sinceramente no entiendo como puedes llegar a ser así de mala persona. Una cosa es que quieras dejarlo y otra mucho distinta es desaparecer de la faz de la tierra sin explicaciones. Eres lo peor que me he cruzado en la vida, y mira que me he encontrado un poco de todo eh, pero tú lo superas.

-Álex.- las lágrimas comienzan a salir de sus ojos casi sin poder evitarlo al igual que a los mios.

-No, Álex no. No te voy a desear el mal pero que si te pasará algo tampoco me iba a preocupar.

Entonces me giro, y esta vez sí, me voy para siempre.

Pensamientos Oscuros | Libro Erótico | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora