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Han pasado ya varios días. Jose ya se ha mudado a las afueras y yo sigo en este piso, sólo. La única compañía que tengo es cuando algún amigo viene a verme. El mismo día que vi a María, quedé con Andrea como acordamos. Decidimos vernos más veces, se la echaba de menos tenerla en el grupo de amigos.
No tengo trabajo. Desde que de Jose se mudó tengo que hacer frente a muchas facturas. Sigo pensando mientras hago limpieza general y suena el timbre. -¿Álex, puedo subir?- me dice Inesa. -Claro, sube.- le digo alegrado ya que no estaría sólo. Entra en casa y cierra la puerta con cuidado. -¡Vaya, veo que estas de limpieza!- me dice en tono burlesco mientras mira el salón. Le contesto con una sonrisa mientras sigo barriendo el suelo. Comenzamos a hablar sobre mi carrera, ya que me había graduado hace unos días. Poco a poco la conversación se centra más en mí. -¿Cómo llevas lo de que Jose ya no este aquí?- me contesta algo preocupada. Exploto. Comienzo a contarle mis problemas con las facturas y lo sólo que me sentía mientras limpió las puertas correderas de cristal del balcón. Tras terminar de limpiarlo veo mi reflejo y veo mi chándal corto negro y mi camiseta básica blanca. Continúo contándole mientras recorro el salón. Cuando termino de contarle me siento en el sofá y suelto un suspiro. Miro el reloj y veo que tan sólo son las diez de la mañana. Se sienta a mi lado y me consuela. -¿Y por qué no aceptas ese trabajo en el buffete de abogados de Ámsterdam?- me contesta dando una solución a mi problema. -¿Cómo sabes lo del trabajo de Ámsterdam?- le pregunto mientras la miro frunciendo el ceño. -Me lo contó María cuando te lo propusieron- me dice mientras se recoge su pelo negro en una coleta. -Tienes que ser muy buen abogado para que te cojan sin haber terminado la carrera- me dice con una cara un poco perversa. -¡Sólo fue un mes antes de acabar la universidad, tampoco es para tanto!- le digo sinrojado. Continuamos hablando. -Yo me quedé en Madrid por María y ahora se ha ido, no entiendo por qué me quedé aquí la verdad, podría haber tenido un buen trabajo si no fuese porque ella no se quería ir.- le digo un poco molesto y elevando un poco el tono. Inesa de queda callada un momento. La miro y me apoya diciéndome que no estuvo bien lo que hizo. -Pues vete, aquí no te retiene nada- me dice Inesa con seguridad. -No tengo dinero Inesa, necesito primero un trabajo aquí.- le digo cabizbajo mientras muevo los dedos de mis manos. Seguimos la conversación y me invita a llamar a Ámsterdam. Cojo el teléfono y comienzo a hablar con la jefa. Se llama Sofía y tiene una voz muy dulce. Sigo hablando con ella. Cuando termino le explico a Inesa todo lo que me había dicho. -Empezaría en noviembre, y tengo que buscar casa allí.- le explico. -Estamos en agosto, te puede dar tiempo a conseguir algo- me dice apoyándome. Inesa mira el reloj y se disculpa, que se tenía que marchar. No le pongo pegas. Le doy dos besos y se marcha.

Pensamientos Oscuros | Libro Erótico | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora