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Con las palabras de Sofía decido no darle mas vueltas, ya que se que esta conversación no va a llegar a ningún lado. Ella desabrocha mi camisa y me la da para que pueda largarme de este sitio. Me la pongo y cojo mi chaqueta que esta en la habitación. Cierro la puerta y bajo por el ascensor mientras busco mi paquete de tabaco. Las puertas se abren y recorro la larga entrada del edificio hasta llegar a la puerta rotatoria, la empujo y lo primero que hago nada más salir, es enchufar el cigarro, el cual me sabe a gloria y hace que todo se tranquilice.

Echo todo el humo y con el todo el estrés

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Echo todo el humo y con el todo el estrés. Miro a los lados y veo a Jhon haciendo lo mismo que yo, mirándolo de pie y fumando, ambos con cara de poker.
Le echo una última mirada y parece que no quiere mirarme pero a la vez sí. Suspiro y voy justo a la dirección contraria en la que está él.

-Espera.- me dice su voz.

Me giro y veo como tira su cigarro y lo pisa. Sinceramente tampoco tengo muchas ganas de que venga a comerme la cabeza así que saco mi lado más estúpido, sí, puedo ser más estúpido de lo normal. Levanto una ceja y sin dejar de fumar me muestro totalmente superior y con la moral bien alta, aún que por dentro esté hecho una mierda.

-Siento lo de antes, no es culpa nuestra.-

Espera, ¿qué mierda esta pasando? Yo creo que toda la gente de aquí esta loca.

-¿Perdón?-

-Vamos, se que tu tampoco sabías que yo existía.- afirma con total seguridad. -Tu cara hablaba por si sola.-

-Sí vale, ¿y esto a que viene?- por Dios, que alguien me explique lo que se mete la gente en esta ciudad.

-No te fíes de ella, es más inteligente de lo que piensas.-

-¿A qué te refieres con eso?-

-Nada es lo que parece, y no todos son lo que dicen ser.- sentencia con su grave voz.

El claxon de un coche blanco hace que Jhon se de la vuelta, una mujer de pelo corto y rubio con raíces negras le está llamando desde el coche y él, sin tardar mucho se mete con ella.

-Habla con Darren, él tiene todas las respuestas que estás buscando.- cierra la puerta del coche.

-No, espera.- el coche arranca pero no sin antes darse un beso Jhon con la mujer, lo que me hace intuir, sospechar y afirmar que él tampoco había perdido mucho el tiempo.

-Joder.- maldigo.

Camino despacio, esquivando charcos y pensado en todo lo sucedido, lo primero de todo, puede que Sofía no se estuviera refiriendo a María, podría ser perfectamente Laila, ella también es rubia, aun que, espera, antes de que la conociera ya sabía lo del trabajo, entonces descartado. Parece ser que mucho que intente auto engañarme, María ha tenido algo que ver, lo que no sé, es cómo, cuándo y por qué.

Mientras camino, paso por delante de un cibercafé que ofrecía llamadas internacionales. Freno en seco y miro mis bolsillos a ver si tengo dinero suficiente. Perfecto, tengo un dinero para una llamada relativamente corta, pero algo es algo. Antes de poder cualquier número, analizo a la perfección con quien podría hablar. Como si de una aparición mariana fuera, el nombre de Inesa aparece en mi cabeza como primera opción. Marco su número y espero el interminable tono mientras maldigo y a la vez rezo por que coja el teléfono.

-¿Si?- contesta algo extrañada.

-Dios gracias, Inesa soy Álex.- bendigo a Dios por hacer mis plegarias reaidad. -No tengo mucho tiempo, necesito que me contestes con sinceridad. ¿María tiene algo que ver con mi trabajo en Ámsterdam?-

Un silencio me hace pensar por un momento que había cortado la llamada.

-Inesa, ¿estás ahí?-

-Sí, sí.-

-Por favor contesta.- ruego.

-Álex no lo sé.- resoplo y empiezo de nuevo.

-Inesa joder, me debes una puta explicación, han pasado más de seis meses y ya no he vuelto a saber nada más de ella. Creo que al menos merezco una explicación.

-Si, ya, no te digo que no te la merezcas, pero me estas metiendo a mí en medio y esos no son mis problemas.

Vale, confirmado, hoy el mundo esta contra mi.

-Ay mi madre.- pongo los ojos en blanco y me llevo la mano a la cabeza, esto no me está pasando.

-Álex, entiendeme, ella es mi amiga.-

-¿Y yo lo soy? Joder Inesa no puedes hacerme esto.

-Lo siento.- Inesa corta la llamada.

Salgo del local completamente cabreado, no sin antes pagar la llamada.

Llego al hotel, un poco mojado porbla poca lluvia que cae y comienzo una ronda de llamadas de Skype a todo el mundo, pero nadie parece saber nada, ni Jose y Noelia, ni Laila ni Marcos. Acabo harto así que me doy una ducha caliente y me tumbo en la cama a oscuras escuchando música.

Pensamientos Oscuros | Libro Erótico | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora