Capítulo 8

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Mi abuela Freya ya había ido a dar aviso de mi aparición. En el colegio me dieron una semana para reponerme antes de volver a la carcel diaria.

Claire apenas escuchó aquello llegó a la puerta de mi casa.

Lloró por horas apenas me vió. Trató de calmarse y me hizo las mismas preguntas que mi abuela.

Le respondí exactamente lo mismo que le dije a la abuela Freya. No quería contar nada de Holland. Sentía que eso era muy personal y solo yo quería saber lo que pasaba con él. Quizas estaba siendo egoista, pero no podia evitarlo. Cada vez que pensaba en Joshua Holland mi corazón se apresuraba y no tenía idea del por que.

-Davis me ha pedido que sea su novia.-Me dijo de repente. Decir que estaba sorprendida fue poco.

-¿Davis? ¿Es quien estoy pensando?-Mi voz aun sonaba como si fuera dificil de creer.

-Bueno, tú desapareciste y él me apoyó todo el tiempo. Y bien, creo que comenzó a gustarme. -La mirada brillante en sus ojos la delataba. Se notaba a leguas sus sentimientos.

-¿Y que le diras?-Pregunté.

-¡No lo se! Dime, ¿que hago?-Me preguntó.

--¡Claire por dios¡ Tú debes ver que haces. ¡El novio es para ti!-La regañe.

-Pero tengo miedo de que me lastime-La abracé. Mi amiga era como un pequeño pollito a veces.

-Debes tomar el riesgo si lo quieres, Claire.-Ella asintió reiteradas veces.

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Mi abuela Freya había ido a comprar pero yo no quise ir ya que me sentia muy cansada.

Me recosté en mi habitación mirando al techo. ¿Que estaría haciendo Joshua en ese momento? ¿Me recordara? Quizas el chico piense que lo abandone de la peor manera. Quizas piense que se esta volviendo loco.

Quizas las sombras lo molestaban nuevamente. Al pensarlo mi corazón se estrujó. Ver el horror en sus ojos me hacia sentir impotente e inutil.

Cuando tenía esos momentos yo solo lo abrazaba mientras él lloraba.

No caí en la cuenta de que a medida que recordaba más me hundía en mis pensamientos y en el sueño.

No me di cuenta cuando me quedé dormida.

Joshua estaba acostado en su habitación mirando el techo a medida que jugaba con una pelota. La tiraba una y otra vez contra la pared hasta que la pelota volvía nuevamente a sus manos.

La puerta de su habitación se abrió lentamente. Él miró hacia esa dirección y sonrió sentandose en la cama.

Erin caminó en dirección al chico y junto sus labios en un beso. Mi pecho dolió como nunca antes. No grité, no traté de llamar su atención pues ya sabía que era inutil. Simplemente lloré. Sentía como mis lagrimas caian y mis sollozos aumentaban. Por un momento creí que había llamado la atención de Joshua ya que sus inmensos y bellos ojos verdes se posaron en mi por una minima de segundo. Pero para romper mas mis ilusiones rapidamente la desvió a la chica que tenía en frente.

Ellos se amaban; yo lo notaba y estoy segura de que todo el mundo lo notaría.

Mis lagrimas no paraban y mis ojos observaban como estos dos chicos no hacian más que darse amor.

Me senté en mi cama, toqué mis mejillas las cuales estaban humedas. ¿Había llorado de verdad? Sentía mi pecho cerrado. Sentía una necesidad de ver a Joshua Holland, abrazarlo y no soltarlo jamas.

ParaleloWhere stories live. Discover now