Capítulo 4

59 6 0
                                    

Desperté sintiendo mi cuerpo totalmente pesado. Estaba acostada en la cama de la habitación en la cual me había desmayado.

Estaba muy asombrada. La habitación se veía totalmente diferente; había un sol radiante que entraba por el gran ventanal. El azul de las paredes era más hermoso de lo que se veía antes y el gran espejo reflejaba mi figura sentada en la cama.

¿Que había pasado? ¿Como había cambiado tanto la habitación en tan solo unos minutos?

Esto debe ser un sueño. Pensé.
Me pellizqué el brazo, quizas asi despertaba, pero lo unico que conseguí fue una marca roja y un gran dolor.

No estaba soñando. Todo era real. Me asusté, ¿quien me había dejado sobre la cama? Cuando caí, llegué directo al suelo. Observé con más atención. Mi bolso junto con mi mochila estaban a los pies de la cama. Queria volver a mi casa, la situación me estaba desesperando y no tenía idea alguna de que demonios estaba pasando.

Me puse de pie pero me volví a marear por lo que tuve que sentarme nuevamente. Toqué mi frente. Quizas tenia y fiebre y estaba alucinando, pero al parecer mi temperatura estaba normal. Iba a pararme nuevamente cuando la puerta de la habitación se abrió.

Un muchacho rubio, de ojos esmeralda y no muy alto, entró en la habitación.

-Al fin despiertas...- me dijo con una sonrisa que podría decir que era la más linda que había visto en mi vida.

-¿Quién eres tú?-Pregunté. Mi voz sonó normal, no sentía miedo a pesar de las circunstancias. El chico me miró e hizo una mueca.

-Hace mucho tiempo me cuestiono lo mismo...- me dijo nostalgicamente.

-¿Me estas diciendo que no sabes quien eres?-Le pregunté. Él rapidamente negó.

¿Cómo no va a saber quién era? Era una broma, ¿cierto?

Lo miré incredula.

Ahí pude notar más sus facciones, su cabello era algo crespo, piel blanca y algunas pequeñas pecas adornaban su cara. Su nariz era como una fina gota de agua.

-¿Te sientes mejor ahora?-Me preguntó cambiando rápidamente el tema. Yo asentí.

-¿Dónde estamos?-Pregunté.

-En mi casa-sonrió abiertamente dejandome maravillada con sus perfecta hilera de dientes completamente brillante. Sin duda, era la sonrisa más bonita que había visto en mi corta vida.

-¿Vives solo?-Pregunté. Su mirada se tornó algo melancolica. Su dolor de notaba y su expresión hizo que me arrepintiera de ser tan preguntona.

-Si...-Susurró.-Tú eres la unica persona que he visto en mi vida.

¿Cómo? Eso era imposible. Él no podía ser el unico ser viviendo dentro de la casa.

-¿Tus padres o amigos? ¿Familia?-Pregunté nuevamente sin creermelo aun.

-No recuerdo ni mi nombre...-Su mirada notaba desesperación.

-¿Y como sabes que esta es tu casa?¿Desde cuando estas aquí?-Nada de esto tenía sentido y necesitaba disipar mis dudas.

-Se que lo es. Un día simplemente desperté aquí, en esta misma habitación, pero no había nadie. Así que simplemente me quede. Intente salir fuera pero "algo"-hizo la comilla con los dedos-me lo impedía. Asi que un día dejé de intentarlo.

¿Dónde estaban las camaras? ¿Cómo era posible que todo esto fuera real? ¿Qué clase de mala broma era esta?

-¿Estas jugando conmigo, verdad?-Pregunté anonadada. Él me observó seriamente.

ParaleloWhere stories live. Discover now