Capítulo 3

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Estaba en mi cama muy enojada. Me daba vueltas hacia todas las direcciones posibles. ¡Como el estúpido de Vladimir había dejado mi mochila allí! ¡Maldito infeliz! No es que tuviera cosas muy importantes ahí dentro, pero es que era algo de dignidad. Después de largo rato me convenci de que la culpa era mia por pasársela a un completo idiota.

Miré mi celular. Eran las tres de la madrugada. Aproximadamente a las dos había llegado a mi casa, y por suerte mi abuela Freya no despertó después de todo el show que hice para entrar.

Llevaba una hora dándome vueltas y no podía dormir. Así que me senté y comencé a dibujar pequeñas viñetas de lo que había ocurrido en la mansión Holland.

La casa estaba abandonada, y llevaba muchos años en esa condición. Mi pregunta era, ¿Por qué? Ademas de eso, ¿Por qué debían cuidarla dia y noche? ¿Esos hombres no se cansaban?. Eran demasiadas preguntas sin respuesta. ¡Necesitaba saber cual era el misterio de esa mansión. Que había pasado con la familia. Por que se habían ido. Era obvio que en esa casa pasaban cosas paranormales. Yo lo había vivido. Quizas por eso la familia decidió irse.

Cerré mi cuaderno de dibujos y volvi a mirar mi celular. Cuatro treinta de la madrugada, ahora si me sentía mas cansada. Enchufé mi celular y me dispuse a dormir.

A la mañana siguiente desperté sintiendo mi cuerpo totalmente pesado. Debía ir a la ducha para mantenerme despierta.

Me mire en el espejo del baño, y tenia unas ojeras totalmente marcadas. ¡Parecia un monstruo! Pero nada que un poco de maquillaje no pudiera arreglar. Lo único malo...¿Dónde conseguiría maquillaje? No solia comprar por que no tenia nada importante que hacer con el. Pensé rápidamente en Claire, ella era una fanática de la moda y de andar linda.

Baje rápidamente las escaleras y vi a mi abuela en la cocina. La besé en la mejilla.

-¡Me voy!- Le dije llendo a la puerta.

-Pero Alison, ¡aun no comes nada!- Me dijo algo preocupada.

-¡Comeré en el colegio!- Corri en dirección al colegio. No habían muchos alumnos por que aun era temprano. Saqué mi celular de mi bolso. ¡Si! ¡Tuve que utilizar un bolso ya que mi mochila no estaba!

Abri whatsapp y escribí.

Alison: Claire, ¿Ya llegaste?

Escribiendo...

Claire: Estoy en la entrada.

¡Bien! Claire venía llegando, corrí rápidamente hasta la entrada divisándola a lo lejos.

-¡Claire!-Grité ella me vió y levantó su mano. Se acercó rápidamente a mí. La agarré del brazo y la llevé al baño.

-¡Por favor arreglame estas malditas ojeras!- Le dije desesperada. Ella sonrió de medio lado y sacó su maquillaje. Lentamente comenzó a pasar el pincel por debajo de mis ojos.

-¿Cómo pasaste la noche?- Preguntó. Su voz sonaba algo extraña, aunque no me sorprendía. Ella era muy miedosa y ayer había vivido una experiencia demasiado mala.

-La verdad pude conciliar el sueño recién a las cuatro de la mañana...- Le respondi. Ella asintió. Ya me estaba angustiando. Mi amiga se sentía muy mal. Ayer no habíamos hablado de nada, cada uno se fue a su casa después de lo sucedido. Tenia claro que a todos le había sucedido algo, pero nadie quiso contar el qué. - ¿Qué te sucedió ayer, Claire?- Pregunté lentamente. Ella comenzó a temblar, dejo la brochita encima del lava-manos y me miró.

-Yo... estábamos con Davis mirando una gran habitación que parecía un gimnasio. Era inmensa. Davis comenzó a tomar las fotografías mientras yo le apuntaba con la linterna. Se notaba que no habían sido usados desde hace mucho tiempo. Cuando Davis camino a sacarle una foto a unas pesas, comenzó a sonar una maquinita donde puedes poner música. La canción era muy antigua. Davis enojado por el susto que había pasado, la apagó de mala manera. Ahí fue cuando una de las pesas puestas en lo alto se cayó ocasionando un fuerte estruendo. Estaba muy asustada...-Miré a Claire, se notaba desesperación en su relato.-... Davis me miró, no hizo falta hablar para saber que debíamos salir de allí. Comenzamos a correr a la salida, pero...-Sus ojos se llenaron de lagrimas.-... Algo tomó mi pie e hizo que cayera con fuerza al piso. Presionaba fuerte, tanto que dolia. Y no me solto hasta que Davis se acercó a mi y tomó mi mano jalándome con fuerza. Ahí recién pudimos salir de la habitación.

ParaleloWhere stories live. Discover now