22

437 25 1
                                    

Me gustaría permanecer cerca de ella tanto como sea posible, el sueño no lograba conciliarse en mí, tan sólo quedándome ahí, observándola cómo dormía plácidamente en mi pecho.

Su cabello castaño cayendo sobre sus hombros, su paz, su dulzura, su risa, sus abrazos, temía por tener que extrañar esas pequeñas cosas, temía por no volverla a ver con sus mejillas rosadas al decirle algún cumplido, temía por no volverla a tener después de esta noche.

Quisiera que esta noche en especial, no acabará nunca, pero el mundo gira sin importa qué, de mí, no tenía la suficiente fuerza para decirle aquella noticia y aún peor con lo que tiene encima.

No quisiera que ella me odie, cuándo yo podría darle todo lo que este a mi alcance, no deseo verla llorar por alguien como yo, es demasiado bella para que gasté sus lágrimas en cosas innecesarias.

Me levanté de aquella cama, dejándola a ella en su misma posición, estaba por amanecer, observe su habitación, estando unas fotos pegadas a la pared, cuando Becca era una niña, fotos de ella y su madre o junto a su familia, aquella que dejó atrás para salir adelante.

Una caja se encontraba en su escritorio, con muchas más fotos, pero esta vez eran de ella junto a Ivy o Dylan, ellos parecían conocerse desde hace mucho tiempo, entre las fotos había una carta deshecha, y escrita en ella el nombre de Becca.

No quise ser descortés al leerlo, pero estaba ganando aquellas respuestas a las preguntas que me tenía siempre y sería predecible decir que debería de estar enojado por esto, sin embargo, era todo lo contrario, en parte, lo que Dylan escribió, era demasiado cierto.

Él podría darle una vida mucho más normal y tranquila, entregarle un amor que siempre este presente, sin miedo a que te tengas que alejar.

Y si tenía planeado un futuro con ella, tal vez nunca lo lograría, ella me prometió que un día lo cumpliría pero tal vez no sea con ella.

~¶~

Mis ojos se abrieron de par en par, observando a Jared sentado al borde de la cama, a pesar de no haberle preguntado que era lo que le pasaba, se percibía esa tensión apenas lo vi.

Tome asiento a lado de él, mirándolo algo extrañada, ya que ni por mi movimiento fue capaz de hablar, tan solo centrándose en un punto fijo.

—¿Qué pasa? ¿No puedes dormir? –pregunte apoyándome en su hombro.

—No, es sobre Damián –respondió cabizbajo.

—¿Qué tiene? ¿Le paso algo? –dije observándolo preocupada.

Él tomo un suspiro pesado, y esta vez poniendo su atención en mí, sus ojos azules ya no tenían esa aura de felicidad, algo pasaba y me estaba preocupando mucho.

—Damián ha cambiado mucho, Becca, era otra persona a la que es ahora cuándo decidí firmar con él, y yo cómo todos los demás, no puedo hacer algo en contra de lo que él diga.

—¿Qué? Pensé que tomaba decisiones con todos ustedes, es decir ¿Deben de estar de acuerdo todos, no?

—Eso solo hace una persona justa y limpia, cosa que ahora ya no existe, eso era antes. –dijo con decepción.

—¿Qué fue lo que hizo entonces?

—El día que saliste con tu familia y esas cámaras te enfocaron, Damián de alguna manera vio la posibilidad de crear publicidad de una mala manera con nosotros y contigo, y si no hago lo que él me pide, una denuncia podría caer a mí ya que se supone que al firmar estuve de acuerdo con lo que él podía hacer.

—... ¿Que quiere de nosotros? –pregunte con miedo.

—Que esto se acabé, Becca, eso quiere él.

—¿Y tu lo... Quieres? –pregunte a la vez sintiendo una presión en mi garganta mientras me alejaba de él.

—Claro que no, estuve toda la tarde enfrentándome a él y solo acepto que podía seguir contigo pero mientras esté con otra persona, alguien mediático, lo que quiere sacar son chismes de que yo te estuve engañando y así hacer que la gente hablé; no te estoy pidiendo que aceptes todo esto, tienes la libertad de acabar con esto si deseas... No puedo atarte, Becca.

No podía ocultarlo, aquello me dolía, me partía en dos, sacrificar mis sentimientos era como un suicidio para mí, no tengo idea a lo que estoy apunto de enfrentar, sin embargo, ahora lloraba no porque mi razón me indicaba que lo mejor era acabar, si no porque me di cuenta de cuánto lo amó cómo para tomar la decisión de que seré capaz de aceptar esto, me da tanto miedo mi amor por él.

—Lo acepto... Esta bien... Lo voy aceptar –dije segura, mientras él se quedaba de pie observando mi dolor.

—No puedo hacerte esto...

Lo miré a los ojos, le esta afectando demasiado verme de esta manera pero no podía evitarlo, coloque mis manos en su rostro, sonriéndole un poco entre tantas lágrimas.

—Lo vas a hacer... Tienes mi apoyo... Eso tiene que tranquilizarte... Si esto ayuda a tu carrera entonces supongo que esta bien.

—No lo está, prefiero renunciar a todo esto para...

—¡No! Ni siquiera lo pienses, ¿Porque crees que llegué a ti? Por esto, por tu sueño, no vas a terminar con algo que me permitió hacerme feliz, tienes que seguir, por mí... Por tu madre, estaré bien, por favor –Suplique.

—Dylan puede cuidar de ti, mejor que yo, él tiene razón... No tendrías que esconderte, o amar a escondidas, estarías mejor.

Observe a mi izquierda, aquella caja dónde había colocado la carta que ahora se encontraba tendida en la mesa, él lo había leído.

—No me importa, si tenemos que enfrentarnos a todo el mundo lo haremos, no será por siempre, solo tenemos que aguantar, pase lo que pase, ¿Estarás conmigo?

Él me beso, afirmando ante aquella pregunta, si en sus ojos no encontraba paz, sus labios son mi segunda opción.

—¿Cuándo es que todo esto va a comenzar?

—Ni si quiera yo lo sé, supongo que cuándo todo el mundo empiece a hablar de nosotros.

No Way » Jared LetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora