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Jared.

Encontrarla a ella después de mucho tiempo, fue un milagro, mi mente se estaba rehusando a olvidarla y cuándo la volví a ver, sabía el por qué.

Cuándo escuche su nombre en aquél restaurante, volví a sentirme completo, cómo si ella fuera la única pieza que faltaba en mi vida y yo no me había dado cuenta de ello hasta que mis ojos se posaron en ella. De inmediato, su desconcierto conmigo me hizo entender que no me recordaba, hasta que se lo dije todo.

Su sonrisa, sus lágrimas, y su abrazo me hizo tener más esperanzas en ella.

Se que ella es diferente a todas las mujeres con las que me he topado, lo sabía por qué ahora la adoro no sólo por lo que es, sino por como soy yo cuándo estoy con ella. Becca ha sufrido demasiado, fui testigo de aquello, y desde ahora ella es más que merecedora de tener una felicidad eterna, intentaré dar todo lo que pueda para que aquello funcione.

Espero ser su principio de algo bueno para ella, cómo lo es para mí. Saber que Becca no conocía absolutamente nada de mí, despertó mi interés por ella. Es tan niña y tan mujer a la vez, su mirada parecía buscar refugio en mí, su paz conmigo era totalmente brillante.

Y aunque se que todo el mundo está a nuestras espaldas, estaba claro que aquello es un gran obstáculo para nosotros, aún más para Becca, pero nunca dejaría que eso la lastimé, no merece que reciba todo ese peso por mi culpa.

Ella es una de mis más grandes prioridades ahora.

                             

                              ~°¶°~

Becca.

—Creo que tendré que acostumbrarme a ver a mi hija en la televisión por las tardes —dijo mi madre al sentarse a la mesa conmigo.

—¿Te parece raro? —pregunté, preocupándome por su respuesta.

—No, supongo que me favorece al saber dónde estás —ella rió, mientras yo ponía los ojos en blanco —¿Te sientes cómoda con todo ese peso?

—Estoy tratando, él hace lo que puede para que esté cómoda —suspire, mientras que por milésima vez sonaba mi celular.

—Tu celular suena demasiado, ¿Qué es lo que tiene? —pregunto ella.

—Desde que salieron las fotos y lo vídeos de hace dos días, no hay muchos comentarios bonitos al respecto —le confesé.

—¿Y no puedes decirles que paren?

—No es fácil, ya he visto esto antes mamá, solo es cosa de ignorarlos —explique mientras me levantaba de la mesa con dirección hacía la puerta. —Estoy bien mamá, cualquier cosa llámame. —me despedí, saliendo de casa hacía la universidad.

Sabía que mamá no estaba del todo convencida con que yo me encontraba bien, digo que sus sospechas son realmente ciertas, tal vez porque era primeriza en esto.

Tan solo al día siguiente de mi primera salida con Jared, mi teléfono no dejo de sonar, y esto ocurre desde hace tres días, lleno de mensajes en cualquier medio social que tenía en internet, algunos mensajes eran totalmente hermosos, mostrando un apoyo hacía mí y a Jared, pero diría que el ochenta por ciento de los mensajes eran de odio, deseandome nada más que lo malo.

De alguna forma tenía que entender que esto sucedería de todas formas, es tan imprevisto cómo de la noche a la mañana ya todo el mundo sabía de mí, sólo por ser la novia de una persona pública ante todos.

Al llegar al instituto, la atención era mucho más frecuente, fue cómo volver a la escuela dónde añoraba ser la popular y ahora parece que si lo era, y no es muy agradable.

—Así que andas con alguien famoso, ¿Cómo es que lo hiciste? —de repente Daisy, una de las pocas chicas con quién entablaba conversación se abalanzo hacía mí con aquella pregunta.

—No hice nada —respondí de mala gana, entrando al salón.

—Claro que lo hiciste, ¿No crees que es muy diferente a ti? —murmuró.

Me di media vuelta, con una expresión de confusión.

—¿A que te refieres?  —la observé, analizando cuáles eran sus intenciones conmigo.

—No se, solo digo que él es mucho mayor que tú, ¿no es así? Y digamos que tú condición económica con la de él es muy... Diferente, supongo —ella levantó los hombros cómo si sus palabras hubieran sido de los más amable.

—Lo que pasé en mi vida, no tiene porque importarte.

—Dile eso a todo el mundo que ahora está pendiente de ti, no soy la única.

—No estamos en una escuela para que me estés haciendo este tipo de problemas, y deja de enfocarte en mí, que tu cerebro necesita más atención, te lo aseguro.

Daisy estaba apunto de abrir la boca nuevamente a no ser por Ivy que apareció en aquél tensó circulo.

—La clase está por comenzar, Daisy tú clase no es aquí, puedes irte.

Ella sin dejar de mirarme, se fue del salón y es cuándo por fin pude sentirme en paz.

—¿Te hizo algo? —preguntó Ivy, luego de que se fuera Daisy.

—Tan sólo se metió en dónde no debía, no entiendo porque tanta atención. —bufé.

—Eres novia de él, sabes que esto de todas maneras pasaría, tranquilizate un poco —ella me dio una pequeña sonrisa, dándome un poco de ánimos.

No sabía exactamente que era lo que pasaría ahora más adelante, sin embargo, creo que esto es lo poco tormentoso que podría pasarme. Que más da. 

No Way » Jared LetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora