9. Distracción e interrupciones.

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Narra Luna:

Rayos, era algo tarde, por lo tanto me adentré al baño lo más rápido que pude, ya a los veinte minutos estaba lista con mi uniforme puesto, y los libros en la mochila.

Bajé a la cocina, tomé una manzana, me despedí de mis padres, salí corriendo, me encontré con el chofer, esperándome en la limusina, me subí y el vehículo no arrancaba.

—Disculpe, voy a llegar tarde ¿podemos arrancar?— pregunté fastidiada.

—Señorita Luna, apenas son las...— No lo dejé terminar.

—Voy tarde, arranque, por favor.

—Pero Señorita, aún falta su pr...— Lo volví a interrumpir.

¿Pensaba que sabía más que yo? Pff, puedo ser distraída, pero no tanto.

—Nadie falta, soy hija única ¿o no recuerda?. ¡Ándale, vámonos!— exclamé.

—Está bien— bufó.  ¿Y qué con éste?

Quité un mechón de cabello de mi rostro, y  mi brazalete de perlas se desprendió, que mala calidad. Las junté todas para guardarlas en un bolsillo de mi mochila. Eso me hizo sentir que olvidaba algo...

—Perla, diamante, topacio, rubí— murmuré y lo recordé —. ¡ÁMBAR!— grité, lo que hizo que el chofer frenara bruscamente.

¿Cómo la pude olvidar? Neta, soy distraída. Revisé mi celular 7:30 am, tenía que llegar al Blake a las 8, y regresar a buscarla no era una opción, Ámbar me mataría.

—¿Qué pasó?— preguntó el chofer, al parecer hay alguien más lento que yo en este mundo.

—¡Olvidamos a mi prima Ámbar!— dije frustrada.

¿Qué es eso? Estaba pensando, eso es raro. ¡Tenía una solución! Órale, Luna deberías pensar más seguido.

—Eso era lo que yo trataba de dec...— repetí mi interrupción, si no decía la solución, puede que se me olvidara.

—Una pregunta...¿El otro chofer está disponible, no?— él asintió—.  Llámelo y dígale que lleve a Ámbar al Blake, por favor— volvió a asintir.

Luego de unos segundos él finalizó la llamada, creía que el problema estaba resuelto, ni tanto, ya que no me quería imaginar la reacción de Ámbar al saber que la dejamos.

Ladeé mi cabeza. Ámbar  podría llegar a ser la persona más malvada del mundo, cuando se lo proponía.

Narra Ámbar:

Después de alistarme, me dirigí a la cocina, y  allí se encontraban mis tíos, junto con la cocinera. Tomé uno de los jugo de naranja para luego saludarlos.

—Hola, buenos días— saludé amablemente—. ¿Luna está por aquí?.

—Hola, mi niña. Ya Luna se fue, pensé que te habías ido con ellos— contestó mi tía.

—¿¡Cómo!? ¿Hace cuánto se fueron?— inquirí molesta.

-Hace cinco minutos— respondió fingiendo una sonrisa.

¿AHORA QUÉ DIABLOS?

—Disculpen interrumpirlos, pero me llamó el otro chofer, y me dijo que llevara a la Señorita Ámbar al colegio— intervino un señor, al parecer uno de los choferes.

—Okay— suspiré—, ya estoy lista, podemos irnos.

—Iré a preparar la limusina, la espero afuera, con permiso— expresó y se retiró.

¿Será Este Un Buen Momento? | Simbar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora