-¿Asi que en tu sueño yo te había denunciado por 20 mensajes?-Preguntó retóricamente mi novio incapaz de dejar de reír por cada cosa que le contaba sobre mi sueño.
Creo que no hace falta decir que adoro presumir de novio.
-Y tu estabas enfadadísimo, habías llamado a la policía.-Sonreí acariciando su pelo mientras este se recostaba en mi pecho. Este se echa a reír.
-¿Qué?-Alzo las cejas incapaz de esconder mi sonrisa.-Isak que lo he pasado muy mal con el sueño, no es coña.
-Si llamara a la policía cada vez que me mandan veinte mensajes ya habría denunciado a medio instituto.-Rió de nuevo.
Me encanta tanto verle reír a carcajada limpia...
¿Que haría yo sin él?
Acaricié su nuca con mi pulgar y disfruto de la pequeña sonrisa que se forma en su rostro cada vez que toco "su punto débil"
-¿Y cuánto tiempo más me voy a tener que quedar aquí?-Le pregunté pero este estaba tan concentrado viendo mis labios que no respondía.-Hey.-Lo sacudo un poco del brazo.
-Even dejame, jo.-Murmuró acariciando mi mejilla. Sus ojos no perdían detalle de los mios-Te he dicho alguna vez que...-Susurró rozando sus labios con los mios.
-Que...-Lo invito a continuar.
-Joder esque es muy cursi, me da vergüenza...-Se cubrió los ojos con las manos. Me recordó demasiado al mono del whatsapp.
Mi novio es tan adorable.
-Va, dime.-Acaricio su mejilla.
-Mi vida ha sido...monótona y aburrida siempre metido en mi habitación jugando a videojuegos y...-Relamió su labio.-Nada en mi existencia ha significado lo suficiente como para que me comprometa a algo y le ponga toda mi...-Suspiró incapaz de mirarme. Estaba sonrojado y terríblemente tierno.
-Continúa...-Acaricio un mechón que caía por su frente.
-Luego apareciste tú en mi vida y no dejo de pensar en ti y en como hacer que no solo sean un par de minutos de Isak y Even.
-Suena a el nombre de un programa basura de la televisión.-Le sonreí.
-Creéme que cada minuto que pasamos juntos no es ninguna basura, Even.-Susurró en mis labios y le permití que su lengua entrara en mi boca y se reencontrara con la mía.
Nos metimos en una especie de dinámica en la que él me besaba y yo procuraba no atragantarme con su lengua mientras acariciaba su pelo.
-Recuerdame que es lo que tengo.-Isak bufó y se recostó ahora en la almohada fibrosa dejando una sensación de anhelo y vacío en la zona en la que tenía apoyada su cabeza.
-Pues no se qué aguda craneoencefálica blah, blah, blah...-Soltó una carcajada. Su teléfono empezó a sonar.-Será Jonas para decirme los deberes.-Asiento y se aleja un poco para coger el teléfono. Mi cerebro procesa sus palabras y lo miro perplejo.
-¿¡No has ido a clases?!
-No es la primera vez que falto esta semana...
-¿Cuánto llevo aquí?
-Me preocupa que te pueda pasar algo y no esté...
-Isak.-Repuse con autoridad.
-Dos días.-Dijo. Abrí los ojos.
-¿¡Dos!?-Exclamé sorprendido.
-Ayer despertaste, te dormiste, pasaron las horas y ya es otro día...-Dijo como si fuera la cosa más evidente del mundo.