Dulces sueños

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15 de septiembre, sonidos en casa de Claus lo desgarran de su coma nocturno diario, con sus párpados pegados como si los hubiesen untado con concreto, o esa rara pega del viejo Bernz, era muy rara pero pegaba mucho para ser casera, pensaba Claus, mientras hacía gestos de buscar su móvil, pero recordó que lo había dejado en el pasillo con su billetera, golpea el edredón con su brazo diciendo

—Mal...-,

un estruendo proveniente de su casa lo hace callar de inmediato. Claus se queda inmóvil, sin decir nada, pensando "¿de dónde ha venido ese ruido, entró un ladronzuelo?",

—Ya se las verá conmigo-, dice mientras tantea un paraguas en la oscuridad, y se lanza de valiente a la negrura de su casa,

nada de luces estas podrían espantar al ladron.

Pasos lentos y cuidadosos acercándose al lugar de donde resaltan los sonidos, con un paraguas en mano, como arma para defensa contra ladrones, pensar en eso le causaba gracia a Claus pero no tanta al recordar las palabras de su abuelo, cuando el acompañaba a su abuelo a visitar a su padre en el cementerio,  siempre le expresaba sus miedos de estar allí, y su abuelo quién no creía en nada de eso, le respondía escéptico,

—Hijo mío, hay que temerle más a los vivos que a los muertos-,

Claus quien creía ciegamente en las palabras de su abuelo hasta ahora, por qué sabía que había algo peor que un ladronzuelo aquí en West Pines, eso era lo que realmente asustaba a Claus que en la cocina de donde provenían eso sonidos no era un ladron si no otra cosa más.

Un respingo de Claus da la ubicación del móvil bajo su pie, ahora armado con un paraguas y una linterna improvisada, respiró profundo apoyado contra la pared escuchando los golpes, caídas y roces en su cocina, sin pensarlo más se abalanzó contra aquella amenaza que estaba allí. Ojos como platos, piel erizada y expresión de terror describen el rostro de Claus mientras observa atónito a aquella criatura negra gigante que estaba posando sus enormes garras dañando la caoba, cosas locas diría Claus después, ya que se preocupaba por la caoba mientras tenía una criatura enorme aterradora frente a el. Su lomo alcanzaba las alacenas de arriba, sus ojos brillantes ante la luz le hacía ver un rasgo de muerte, y sus enormes dientes blancos dejaban caer baba en el piso, sus gruñidos le robaban la calma a Claus en cantidades enormes, su respiración se acelera y su corazón quiere salir corriendo de su pecho, la criatura hace un gesto hacia Claus, y el logra denotar que es un lobo gigante más grande que cualquier que haya visto, sin pensarlo dos veces rompe a correr a su habitación, mientras atropella todo objeto frente a el, intenta cerrar la puerta, "como si lograra detener a esa cosa pensaba el" pero igual se devolvió a hacerlo, pero el lobo ya estaba allí, parado en el marco de esta, quedando frente a frente, sus ojos blancos inundados de muerte, aterrorizaban a Claus, estaba inmóvil contra aquel animal gigante.

"No me quedaré a aquí a morir" pensaba el mientras hace otro intento de correr siente la zarpa fallida del animal que roza su camisa. Claus sale por el cobertizo adentrándose al bosque nublado,

—Excelente camino Claus-, se decía sarcástico para el mismo,

asustado escucha el aullido de el lobo quien igualmente se adentra al bosque, en busca de su presa, Claus se llena de terror, corre a toda velocidad en cualquier dirección.

Pronto logra visualizar un sendero, posiblemente el sendero que lleva a la granja Macrabe, el señor Macrabe lo han arrestado por asesinar animales con su rifle, tal vez si logro llegar allí ese rifle sea mi única salvación, pensaba Claus corriendo en dirección del sendero. No fue recorrido mucho cuando es bloqueado por un hombre, alto, muy alto, con brazos grandes y guantes, traje muy formal negro y una bufanda roja que cubría su boca, tan roja como la sangre, completaría después Claus, frena bruscamente casi pierde el equilibrio y cae. El hombre se queda estático, mirando a Claus fijamente sin parpadear, sus ojos eran blancos como la nieve, hacían sentir a Claus frío y le causaban pavor, no logró formular una pregunta, una palabra, ni siquiera una advertencia de aquel animal, cuando el hombre corre a Claus a una velocidad inhumana, casi ni logro verlo, lo agarra por su garganta con una mano y lo levanta como si fuese un muñeco de trapo, los sonidos de ahogamiento y asfixia de Claus fueros callados cuando el ser lo mira a los ojos frente a frente, Claus podía sentir su respiración, y le dice,

—Aquí sucede algo muy interesante-

hace una pausa y sus ojos se desvían un momento de Claus, su voz era gruesa, seca y su respiración era muy leve, es como si no respirara y todo fuesen suspiros vacíos, vuelve en sí y lo arroja al suelo, Claus jadea, e intenta respirar entre carraspeos, y voz ronca, se levanta con ceño fruncido y sin entender completamente nada, le responde a el sujeto,

—¿Que demonios te pasa, quien eres?-, molesto con voz irritada,

primero no hubo respuesta, el hombre se da media vuelta y hace un intento de irse, pero se detiene y responde,

—Creo que se te olvidó algo-,

Claus no comprendió al principio, pero luego agacha su cabeza y con expresión de exaltó se da media vuelta y allí estaba sin escapatoria el lobo le brincó encima, Claus pensó en su final, morirá, hasta aquí llego su vida, suelta su último alarido de terror y cierra sus ojos, esperando su juicio.

Pero no llegó, su espera fue culminada por su reloj despertador, liberándolo de su hipnótico sueño, después Claus se corrige

—¿Sueño?, eso era una pesadilla-,

se levanta y queda sentado en su cama, mira por su cobertizo los árboles, una sorpresa se lleva cuando cree haber visto una silueta detrás de un árbol y luego denota una bufanda roja perderse en los matorrales.

Hola qué hay?, eh vuelto con entusiasmo de continuar esta misteriosa historia, n.n saludos.

Ella LunaWhere stories live. Discover now