Capítulo 16 -Final-

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La madre de BaekHyun estaba sentada en el sofá, sus ojos rojos delataban su preocupación, había estado llorando a mares antes de que su hijo llegara. Sin embargo, ahora trataba de mantener una expresión tranquila para no alterarlo.

—Deberíamos llamar a la policía —propuso ChanYeol, quien se encontraba sentado junto a la señora Lee, presionando su hombro con ternura, para confortarla.

BaekHyun había tratado de despedirse de ChanYeol cuando llegaron a la casa del señor Lee, pero él se había empeñado en quedarse y ayudar tanto como fuera posible. Por lo menos, su presencia era agradable para la madre de BaekHyun.

—ChanYeol tiene razón, mamá. Todavía no pasan veinticuatro horas, pero ya llamé a todos lados y nadie lo ha visto. Debemos hacer algo.

La melodía del celular que sostenía firmemente en su mano, lo interrumpió. Todos en la habitación se exaltaron un poco y lo miraron expectantes mientras contestaba.

—¿Hola? —era un número desconocido, así que trató de sonar ecuánime, en caso de que fueran secuestradores a punto de pedir rescate—. Sí... No... Está bien.

BaekHyun no dijo nada, esperó unos segundos, hasta que su teléfono le avisó que tenía un nuevo mensaje.

—Necesito las llaves de tu auto, mamá. Saldré un momento.

—¡Espera! ¿Quién era? —preguntó ChanYeol, levantándose del sofá para acercarse a BaekHyun, su rostro reflejaba su ansiedad.

—Era mi asistente. Tengo que ir a firmar unas cosas a la oficina, y parece que papá se comunicó. Chan, quédate con mi madre, por favor. Los llamaré en cuando llegue, ¿está bien?

—¿Qué dijo? ¿Está bien? —preguntó la señora Lee, llevándose una mano al pecho, luego tomó las llaves de la mesita junto al sofá y se las entregó a su hijo.

—Parece que sí. Les llamaré en cuando hable con la asistente.

BaekHyun salió de la casa y subió al auto. Mientras conducía, recordó la conversación telefónica:

—Hijo, soy yo. ¿Estás con tu madre?

BaekHyun respondió afirmativamente.

—¿Llamaron a la policía?

No, había respondido el hijo.

—Estoy en un hotel en el centro. Necesito verte ahora. Por favor, no le digas a tu madre que soy yo. Con ella hablaré después. Voy a enviarte la dirección en un mensaje. Es muy importante, BaekHyun, por favor, apresúrate.

Mientras manejaba, BaekHyun se arrepintió de haber obedecido a su padrastro de forma tan vehemente. Quizá estaba en peligro.

Cuando llegó al hotel, corrió al elevador para subir al piso indicado en el mensaje. Tocó la puerta marcada con el número cuarenta, y esperó.

—¡Vaya! Realmente llegaste rápido —el señor Lee abrió la puerta con la sombra de una sonrisa en su rostro. Se veía sano, aunque algo cansado.

—¿Qué está pasando? —preguntó BaekHyun, cerrando la puerta detrás suyo. La habitación del hotel estaba limpia, a excepción de un par de tazas de café vacías sobre la mesita de noche—. ¿Por qué desapareciste así? Mamá está muy preocupada...

—¡Sh! —exclamó el señor Lee, antes de sentarse en la orilla de la cama—. No me cuestiones ahora. Tengo algo importante para decirte. Siéntate junto a mí —miró a su hijo y lo invitó, dando una palmada al colchón.

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