Capítulo 11

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El corazón de BaekHyun palpitaba aceleradamente dentro de su pecho. No sabía por qué. Quizá, porque había decidido terminar su relación clandestina, y aquello lo ponía ansioso. O, quizá, porque ChanYeol se veía particularmente guapo esa tarde, con el cabello rojo cayendo sobre su frente, y sus ojos brillando con esa chispa de travesura.

—Esto es inusual... Es demasiado temprano para un encuentro —bromeó ChanYeol, mientras se sentaba frente a BaekHyun, en un pequeño restaurante frente al edificio donde el futuro presidente vivía.

Estaba de buen humor, era agradable ver a su amigo a plena luz del día, sin ocultarse entre cuatro paredes. Sin embargo, era un acontecimiento extraño y eso también lo ponía nervioso.

—Pide algo de tomar —BaekHyun lo miró fijamente, su expresión era triste, pero sus ojos estaban llenos de amor y deseo.

ChanYeol pidió un café americano, igual que él. Después de tomar el primer sorbo, se recargó en el respaldo de su silla, con los brazos cruzados. Esperaba escuchar lo que BaekHyun tenía que decirle. El futuro presidente suspiró y agachó la mirada.

—Creo que... debemos terminar, ChanYeol. Yo... yo ya no puedo seguir con esto.

ChanYeol se mantuvo inexpresivo, tomó otro sorbo de café y continuó mirándolo, sin decir palabra alguna.

—Nunca fui bueno para engañar, para ocultar la verdad. Sabes que no soy bueno para eso. Todo esto me afecta demasiado, creo que moriré de nervios. Cada vez que hablo con SunHee, siento que voy a explotar por la culpa... Todos parecen tan emocionados por la boda... yo... ya no puedo seguir.

—No lo acepto —ChanYeol tomó el último trago de café, se levantó sin decir más y salió del restaurante.

BaekHyun lanzó un billete sobre la mesa y salió corriendo detrás de su amante. Lo alcanzó, tomando su mano con fuerza.

—¡Espera! Por favor, por favor, no te vayas así —exclamó con desesperación.

De pronto, se dio cuenta de la decisión que estaba tomando. Su corazón se aceleró todavía más. En el fondo, no quería perderlo, no podría sobrevivir sin él. Todos los años que pasaron separados, estuvieron llenos de un silencioso pesar. BaekHyun no quería atravesar por eso otra vez.

—¡Estúpido! —dijo en un susurro.

ChanYeol dio media vuelta para encararlo, así se encontró con sus mejillas humedecidas por las lágrimas.

—¿Por qué tuviste que aparecer de nuevo en mi vida?... Todo estaba muy bien... todo estaba muy bien.

BaekHyun soltó la mano de ChanYeol. Por un momento, sintió que perdería la conciencia. El estrés y la ansiedad acumulados, por fin comenzaban a explotar. ChanYeol lo rodeó con sus brazos, sin importarle que la gente los mirara.

—¡Baek! ¡Baek! ¿Estás bien?

El muchacho suspiró. La calidez del abrazo, lo reconfortó y logró mantenerse en pie.

—No estoy bien... —respondió, apartándolo suavemente, pues sentía las miradas lacerantes de aquellos que caminaban por ahí—. Pero, ya no sé cómo arreglar esto, ChanYeol... No sé qué hacer.

ChanYeol suspiró frustrado. Se mordió el labio inferior con rabia, luego tomó el brazo de BaekHyun con fuerza.

—Vamos a tu departamento. Este no es un buen lugar para hablar.

Cruzaron la calle en silencio, completamente ajenos al auto último modelo, estacionado en la acera de enfrente, desde donde las hermanas los observaban con sorpresa.

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