Mía

1.4K 161 9
                                    



Abro mi boca completamente para él, inundándola por completo, nuestras lenguas se juntan, avanzamos lentamente hacia su casa, cierro con el pie de un portazo. Estamos besándonos sin parar, disfruto de su sabor a menta...


- Laura... - dice cuando separa mis labios de los suyos -.

- ¡Cállate! – digo bruscamente y vuelvo a llevar sus labios con los míos, muerdo su carrillo y parece que le gusta demasiado, me agarra fuertemente del culo y me toma en sus brazos -.


Acabamos en la cama saciándonos el uno del otro... dejándonos llevar por la pasión y el desenfreno...


Abro mis ojos cuando suena mi móvil, por un momento no sé dónde me encuentro, estoy completamente desnuda y desubicada, mientras una fina sabana de seda gris tapa mi cuerpo, miro hacia todos los lados y recuerdo donde estoy, es la habitación de Oliver. Agarro el teléfono y veo que es Erika.


- Ahora no puedo hablar – digo muy bajito, tanto que creo que no me ha escuchado – luego hablamos, cuelgo rápidamente -.


Veo que vuelve a llamar, insistidas veces. Oliver entra por la puerta con un gran tazón de café caliente para mí, solo lleva una toalla tapando sus partes íntimas, su cabello esta mojado... parece que se ha dado una buena ducha.


- ¡No me has avisado! – sonrío picarona, el muerde su carillo -.

- Estabas durmiendo tan plácidamente que no quería despertarte – asiento – pero oye no me vendría mal dos duchas... sigo sudando después de anoche -.


Recuerdo lo que sucedió anoche, completamente y con todo detalle, nos fundimos en uno solo, nuestros cuerpos iban al mismo compás, me hizo suya y lo disfruté muchísimo, tanto que no solo fuero uno ¡Tres! Lo hicimos tantas veces que acabe totalmente agotada.


Me levanto y me dirijo con el hacia la ducha. Llevo sobre mi cuerpo la sabana, vale que me ha visto desnuda pero no sé por qué me da vergüenza...


Abre el grifo y comienza a salir el agua caliente, inundando el pequeño baño de vapor caliente. Se despoja de su toalla dejando su perfecto pene al aire... lo miro disimuladamente. Se acerca hacia mí y me quita la sabana, dejándome completamente desnuda.


- Así estas mejor – me mira de arriba hacia abajo, tapo mis pechos con mis manos, comienzo a ponerme roja como un tomate - ¿Tienes vergüenza? – lo miro y arrugo mi entrecejo – he recorrido cada parte de tu cuerpo y créeme que lo volvería a hacer una y otra vez.


Siento como todo dentro de mí se remueve y me activa mis sentidos nerviosos, me lleva hasta la ducha, es pequeñita, pero cabemos perfectamente, nos quedamos muy pegados. Nos miramos, sé que me está comiendo con los ojos.


- Te volvería a hacer mía una y otra vez – susurra cerca de mis labios – me pones demasiado – asiento, trago saliva difícilmente, me está provocando demasiado -.

Locura Insaciable ©Where stories live. Discover now