seventeen.

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                                             Harry se pasea por los pasillo de la base militar de La Alianza, buscando una manera de salir de ahí. Va hacia la puerta tratando de abrirla, pero sabe que es inútil. Conoce la base como la palma de su mano y sabe, a la perfección, que no hay manera de escapar si no tiene, al menos, una granada en el bolsillo de su pantalón o le abran la puerta, cosa que, definitivamente, no sucederá. Se detiene un momento a observar la estancia, sin embargo, quizá haya algo que esté pasando por alto.

Se pasea revisando cada esquina de la habitación hasta que un 'Puerta abierta' lo toma por sorpresa y Harry está tan confundido que mira hacia todos lados esperando que sea una trampa. Cuando han pasado cinco minutos y ningún soldado de La Alianza entra, tratando de sacarlo a la fuerza de la habitación y la puerta se mantiene abierta, Harry sabe que es mejor aprovechar la oportunidad.

Sale hacia el pasillo, las luces están apagadas en toda la base, la luz de emergencia ha dejado de funcionar y no se ve nadie en los alrededores. Harry frunce el ceño, preguntándose qué demonios ha pasado y por qué todo se siente tan extraño. El frío lo entumece por dentro, incluso cuando el aire es cálido y huele a carbón. Inhala, colocando sus pensamientos en orden. ¿Dónde están todos?

Moviéndose a través de la oscuridad, tocando las paredes para asegurarse de que va por buen camino, camina alrededor de cinco minutos hasta que logra divisar una puerta abierta de la que brota una luz blanca.

Se detiene en medio del pasillo, evaluando sus opciones; no está muy seguro si debería entrar ahí, porque hasta todo lo que sabe de la poca información que ha recolectado es que, la base en sí, es una trampa. Y no es ninguna noticia que quizá, ese pequeño halo de luz, sea un señuelo. Pero, por otro lado, sería interesante saber qué demonios pasa, dónde están las personas y qué es lo que se está tramando detrás de esa puerta.

Con la curiosidad picando detrás de sus manos, empieza a caminar lentamente hacia la puerta. La abre ligeramente, asomando la cabeza para ver si hay alguien dentro. Afortunadamente, no hay nadie, por lo que Harry puede entrar sin temer ser visto.

La habitación es parecida a las otras, pero hay algo que llama su atención. El cuerpo de Harry se tensa inmediatamente al reconocer la sala. Es una sala de torturas, o como Decker decía 'una sala de interrogación con golpes'. Harry tiene que respirar antes de vomitar todo lo que no ha comido.

Internándose más en la habitación, nota que hay una consola con diferentes botones y un micrófono justo frente de una ventana que cubre la mitad de la pared. No está polarizada por su lado, pero sabe de antemano, que lo está por el lado del rehén al que interrogarán.

Un sonido llama su atención y mira hacia todas partes buscando la fuente. Sabe que no está solo, porque puede sentir las respiraciones de algunas personas en los altavoces de la habitación

Acercándose al vidrio con determinación, puede ver a Decker, a Rumman rondar a una persona amarrada en una silla de metal en medio de la sala, Harry no puede ver bien quién es, ya que tiene la cabeza inclinada hacia abajo y su cabello cubre gran parte de su rostro. Tiene un presentimiento, sin embargo, de que quizá sea alguien importante para él.

Paseando su vista en la sala de torturas, un poco tembloroso al ver a las personas que lo tenían cautivo y a pesar de todas sus predicciones, ve a Smith. El líder, la cabecilla, el gran jefe. El líder estadounidense que lo comenzó todo, que arruinó sus vidas y pisoteó sus derechos. Smith no le sonríe a nadie en particular, sólo se mueve con lentitud ante el vidrio polarizado, de lado a lado en la sala. Hasta que se detiene frente a él en un punto exacto, sus manos detrás de su espalda y Harry deja de respirar.

Drop the game. [Larry Stylinson] [AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora